El hombre con la máscara de zorro romance Capítulo 75

Obviamente, era un cliente que admiraba a Laura. Él preguntó, -Señorita, ¿cómo te llamas?-

Laura sonrió y respondió, -¡Señor, por favor suba al segundo piso para cenar!-

-¡Subiré inmediatamente después de que me diga su nombre! Aquí está mi tarjeta de visita.- Después de decir, el hombre metió su tarjeta de visita en la mano de Laura, pero ella no la cogió. Incluso el hombre extendió su mano para acercarse de Laura. Laura estaba tan asustada que le encogió la mano pero aun así fue sujetada por él con fuerza.

-¡Señor!- Laura dijo con una sonrisa, esperando que este hombre pudiera dejar de molestarse a ella, -¡Por favor, suéltame!-

En las escaleras, Oscar vio la escena desde lejos con rostro sombrío.

Bajando con grandes pasos, llegó a su lado.

El hombre se sorprendió un poco al ver a Oscar quien era muy guapo y preguntó, -¿Qué quieres hacer?-

Laura esquivó. En cuanto se dio la vuelta, se topó con un par de ojos majestuosos que miraban a la persona que estaba a su lado en vez de ella.

En el momento en que ella estaba aturdida, Oscar le sujetó la muñeca con una mano y la otra sujetó la del hombre con tanto fuerte para que esté soltara la mano de su mujer. El hombre soltó la mano de Laura por dolor. Luego Oscar tiró de todo su cuerpo hacia atrás y se enfrentó al hombre, -Ella no quiere tu tarjeta de visita, ¿no lo ves?-

-¿Qué tiene que ver contigo?- respondió el hombre, tragando saliva, pero se vio obligado a alejarse por el temperamento de Oscar.

Laura se quedó atónita sin saber cómo manejar esta situación en su primer día de pie en el vestíbulo. Fue Oscar quien la ayudó, de lo contrario no sabía hasta qué punto fue acosada. Durante un tiempo, tenía unos sentimientos complicados por él y tal situación entre ellos estaba embarazosa.

Oscar se dio la vuelta y no dijo nada, pero aprovechó esta oportunidad para verla.

-¡Gracias!- Laura susurró.

-¡Ven conmigo!- volvía a agarrarle la muñeca y tiró de ella hacia la puerta.

-¡Oye! ¡Suéltame, que yo estoy en el trabajo!- Laura gritó con fuerza.

-¡No necesites trabajar!- dijo con voz grave.

Laura observó su espalda erguida mientras salía con ella por la puerta a grandes zancadas. Los guardias en la puerta se quedaron tan boquiabiertos, obviamente su vergüenza era palpable.

¿Qué iba a hacer? Era incapaz de dar una explicación racional a su presencia y a todas las cosas inexplicables que siempre hacían .

Laura no abandonó finalmente la lucha hasta que la metió en el coche y el Bugatti corrió por la calle.

-¿Dónde está Iker?- él preguntó con brusquedad.

-¿Qué quieres hacer?- ella preguntó despierta.

-¡Quiero recogerlo!- respondió Oscar. Sabía que la noche anterior hizo que Laura revelara el secreto por su culpa. Ya había pedido a alguien que investigara la experiencia de Laura en los últimos cinco años y pronto sabría lo que había hecho.

-¿Para qué vas a recogerlo?- se preguntaba. Mirándolo fijamente, vio que su pelo negro era tan espeso que cubría esos ojos brillantes con un destello de luz maravilloso.

En cuanto a Oscar, encendió un cigarrillo, dando unos caladas, mientras conducía.

El olor a tabaco se desvaneció y Laura lo miró inmersa por un momento.

-Él se quedó solo en la guardería ahora después de haber llorar tanto ayer, ¿No te preocupes por él?- Oscar preguntó lentamente con su fría voz masculina.

Laura reaccionó de repente mordiendo el labio y dijo en voz baja, -Todo que ha sucedido, ¿así qué puedo hacer?-

Tragó anillos de humo blanco y dijo en voz indiferente, -¡Dime la dirección!-

-¿Qué quieres hacer? ¡Oscar!- preguntó, mirándolo fijamente.

Su voz era indiferente, -Solo me preocupo por Iker.-

Oyendo sus palabras y luego mirando su rostro muy tan fino que podría confundir a innumerables mujeres. Pero ella todavía quería desgarrarle la cara, ponerla en el suelo, pisarla con fuerza a ver si todavía se atrevía a ser tan arrogante.

-¡Mi hijo no necesita la preocupación de nadie!- dijo con un tono hostil, sin entender por qué su temperamento era tan malo una vez que lo conoció.

-¡Eso es algo que hay que preguntarle al niño! Tal vez debería tener un padre, ¡así es mejor para el niño!- dijo de forma condescendiente, fumando, conduciendo y hablando.

Laura se quedó helada por un momento dudando qué significó.

¿Tener un padre?

¿contar con un padre era una cosa que ella pueda decidió a su antojo? Además, ¿qué tenía que ver con él si el niño tenía un padre o no?

No tenía ninguna intención ni quería encontrar un padre para el niño. Laura bajó la voz y contuvo sus emociones, -¡Dime! ¿Qué quieres hacer? ¡Oscar!Eso es asunto nuestro, no tiene nada que ver contigo, ¿no? ¿No crees que ahora ya afectaste a nuestra vida cotidiana?-

¿Por qué este hombre era tan molesto como pegajoso?

Acababa de decir que no se conocían, de hecho, ¡volvió al restaurante para acosarla! La cuestión era que ella no sabía lo que él quería. Es posible tocarse el corazón si ella esta calificada, pero en realidad, no tenía nada. No le faltaban dinero ni mujer, ella realmente no sabía qué quería Oscar. ¿Acaso solo Oscar le consideró como una forma de pasatiempo?

Aparte de eso, ella no podía pensar en por qué él siempre apareció a su alrededor.

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