El hombre con la máscara de zorro romance Capítulo 76

-Paco, ¿has sido abandonado por tus padres al igual que yo?- Iker estaba hablando con un pequeño delfín de marioneta.

Paco era el nombre que Iker había dado para el pequeño delfín, ese juguete. -Tú también ha sido abandonado por tus padres y no te gustan porque no eres desobediente ni comportarte bien, ¿si?-

El corazón de Laura se estremeció, escuchando lo que dijo su hijo. Así que, ella pensó que ¿realmente este asunto había dado el sombrío en el corazón de Iker.

Oscar miró a la figura con los ojos oscuros, torcieron sus labios y suspiró, solo se sintió triste . -Paco, estás peor que yo porque tengo Laura, mi madre quien me quiere tanto. Yo solo cuento con Laura. Ya no quiero a mis padres biológicos. Solo quiero mi Laura. Paco, eres tan miserable aquí solo, pero no te preocupes ¡yo me haré tu papá!-

El corazón de Laura palpitó de dolor con las lágrimas brotadas en sus ojos y casi se ahogó en un sollozo.

Oscar le rodeó los hombros con las manos para darle apoyo.

-Paco, me haré tu papá, y no pienses en tus padres propios. Tengo Laura y tú, cuentas con mí, así que ninguno de nuestros se había abandonado, ¿vale?-

Laura no pudo contenerse más y se abalanzó sobre él, -¡Iker!-

Desconcertado, Iker levantó la vista y vio a Laura, se sorprendió, -Mamá, ¿por qué estás aquí?-

Laura estaba muy ocupada y nunca lo visitó en la guardería al mediodía. ¿Qué había pasado hoy? En cuanto levantó la vista, vio a Oscar que se acercaba y llamó en voz baja, -¡Oscar!-

-¡Mi hijo!- Laura lo rodeó con sus brazos y lo estrechó entre los suyo, -¡Nunca serás abandonado, mamá nunca abandonaré a Iker! Niño tonto. Eres mi hijo, ¿por qué ya no crees en las palabras de mamá?-

-Pero... tú vas a tener tus propios hijos. Cuando tengas un hijo y una hija... - vio a Oscar abrazando a mamá y pensó, tal vez mamá también necesitaba casarse.

Al escucharlo, el corazón de Laura tembló, ¡cuando tenga sus hijos! ¡Sí! De verdad, ella tenía su propio hijo. Pero aún así no abandonaría a Iker, -¡Aunque mamá tenga otros hijos, Iker es el único niño que nadie puede reemplazar!-

Iker bajó la cabeza, aparentemente contemplando algo, luego dijo, -¡Mamá, ya lo sé que soy el único y Paco también!-

Pero, en su rostro, nunca pudo encontrar la inocencia infantil que debería tener un niño de cinco años.

-Iker, te llevo al patio.- Oscar lo levantó y le dijo a Laura, -Laura, es hora de que pidas permiso al profesor.-

-¡Sí! Me voy ahora.- Laura sintió de repente que era correcto visitar al niño hoy quien había sido tan fuertemente estimulado, pero ella ni siquiera lo había acompañado, haciéndole sentir tan solo. Había sido tan negligente.

-Oscar, ¿no tienes que ir a trabajar?- Iker miró la cara de Oscar.

-Soy el jefe y todo se decide de mí, pues, ¡no hay trabajo!-

-¡Pero mi mamá ya no trabaja en la empresa tuya!-

-¡He pedido permiso por ella!-

-¡Vale!- Iker asintió, -¡Puedes bajarme porque ya soy tan mayor que no hace falta que me abrazas!-

A partir de hoy, ya era mayor y era un niño que había sido abandonado. No quería ser el niño que fue odiado.

-¡Está bien, pero me gusta abrazarte!- Oscar solo sintió que al tener a este niño en sus brazos, su corazón parecía ser un poco más sólido y algún inquietud inexplicable ya no existía. Esto era un sentimiento que ni siquiera Andrés le trajo.

Oscar pensó en esto, perdió la sonrisa y sacudió la cabeza. Era realmente extraño. Debía ser demasiado comprensivo con Iker, compensando la culpa de su corazón y consiguiendo la tranquilidad. ¡Debía ser así!

Sostuvo al niño en sus brazos con fuerza en los suyos.

-Oscar... - abrazado fuertemente, Iker le dolió un poco y dudó durante mucho tiempo antes de gritar suavemente, -¡Oscar, me estás abrazando muy fuerte!-

Aflojó un poco la fuerza, aún lo sujetaba con fuerza, -¿Puedo pedirte prestado el hombro para apoyarme?-

-¿Oscar?- Iker no lo entendía.

-¡Me gustas!- Oscar asintió con la nariz de que la piel tierna como la porcelana y un toque era como encontrar una corriente eléctrica. Se rio, -¿Ya no te gusto? Por eso odias el abrazo mío, ¿si?-

-¡No!- Iker sacudió la cabeza bruscamente, -Iker tiene miedo de cansar al Oscar, y a todos ya no les gusto.-

Oscar se sintió muy triste con el corazón agriado, -Niño tonto, eres tan lindo, ¿a quién no le vas a gustar?-

-Pero... - seguía inquieto, -¡Pero mis propios padres no me quieren!-

Oscar se sintió más triste. En realidad, resultó que el daño fue demasiado fuerte para el niño.- ¿Quién dijo que tus padres ya no te quieren? Eres el hijo de Laura. Ayer bromeaba conmigo. Mira que te parece a Laura, ¿no?.-

-Oscar, ¿fue realmente una broma?- Iker no estaba muy convencido.

-Por supuesto, si te miento, se convertiré en Paco, ¿vale?-

-¿Entonces no tendrías sus padres?- preguntó Iker.

-¡Sí! Nadie me querrá. También puedes ignorarme en aquel momento.- Oscar pensó para que ayude a Iker a disipar esta sombra en su corazón.

-¡Oscar, no me consueles! Lo sé todo.- Iker no era un niño ordinario, ¿cómo podía engañarlo con una sola frase?

-No te consuelo. ¡Estoy diciendo la verdad!- Oscar levantó las cejas, pero en su corazón se sentía frustrado. Era realmente un dolor de cabeza conocer a un bebé genio.

Sin embargo, Iker sonrió, pensando en que mamá estaba tan nerviosa por él, en cambio sintió que no debía estar tan decaído. No le importaba ser el hijo de Laura, mientras ella lo quisiera, era suficiente, -¡Gracias, ya estoy bien! No tienes que consolarme sino que consuela a Laura quien se ve un poco triste.-

Oscar se quedó atónito, -Tú... -

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: El hombre con la máscara de zorro