El hombre con la máscara de zorro romance Capítulo 98

No la había visto en unos días, pero seguía siendo tan hermosa y simple. En su rostro sin maquillaje se podía apreciar su delicada piel blanca, y sus ojos grandes se quedaron atolondrados cuando lo vio. Y la debilidad y timidez que exudaba de su ser hicieron que Oscar no pudiera evitar abrazarla para sentir sus penas. Al verlo, ella frunció el ceño ligeramente y puso una cara de no saber qué hacer. “Maldita mujer, ¿cómo se atreve a escapar?”.

Richard arqueó las cejas preguntándose qué era eso. ¿Alguna escena de abandonar la ciudad con su hijo?

Cuando Laura vio a Oscar, inmediatamente cogió a Iker para dirigirse al baño.

-¡Maldita sea!- Oscar frunció el ceño, maldijo y corrió hacia adelante.

Richard entrecerró sus ojos agudos, estaba un poco sorprendido por su reacción, pero no se movió, solo se limitó a observar el buen espectáculo.

-¡Espera!- El brazo fuerte de Oscar se estiró para agarrar su muñeca, -¿Puedes contarme con claridad lo que pasó?-

Por su agarre, Laura se vio obligada a dar la vuelta para enfrentarse a él. Entonces una cara hermosa apareció a la vista y pudo ver con claridad que había ira en la cara familiar de Oscar.

¡Pero se sentía muy triste!

-¡Señor, suéltame!-

Al escuchar que decía esas palabras con una voz indiferente y distante, Oscar casi se volvió loco. Enseguida su cara hermosa mostró descontento y tomó directamente la mano de Laura para llevarla hacia la esquina donde no había nadie.

-¡Tío Oscar, os esperaré aquí!- Iker sonrió con picardía. Aunque no sabía lo que pasó, estaba muy contento de ver a Oscar así en ese momento. ¡Resultó que a Oscar le importaba mamá!

-¡Oscar, suéltame!- gritó Laura con ansiedad. Laura apretó los dientes de mala gana para aguantar el dolor que le venía de las muñecas por su agarre. Pero solo cuando llegaron a un lugar tranquilo, Oscar se detuvo, soltó su mano y se volvió para mirarla.

Le había hecho daño con el agarre, por eso Laura agachó la cabeza, frunció los labios y no dijo nada.

-Dime, ¿qué es lo que ha pasado?- Su voz era profunda.

-¡Quiero irme!- dijo con indiferencia, bajando la cabeza y mirándose los dedos de los pies. Sentía angustia por dentro, no sabía por qué sentía tanta pena por marcharse. De pronto recordó las palabras de Lorenzo, y volvió enseguida a su consciencia.

Se dio la vuelta para irse, pero Oscar la agarró por la espalda.

La escena de los dos tirándose en público llamó la atención de la gente.

Laura estaba tapada por su cuerpo alto, así que no notó la mirada curiosa de la gente. Volvió a bajar la cabeza presa del pánico, entonces Oscar extendió la mano para pellizcarle la barbilla y la levantó. Después de un largo silencio, apretó los dientes y preguntó, -¡Dime! ¿Qué es lo que ha pasado? ¿Por qué estás huyendo?-

Ella lo fulminó con la mirada y sus ojos se nublaron. Por su lado, él descubrió que después de casi una semana sin verla, sintió una conmoción inexplicable ahora que la volvió a ver. Esa cara sin maquillaje era realmente hermosa y deslumbrante. Era tan maravillosa que le hacía acelerar las palpitaciones, e incluso sintió un ligero mareo.

Laura aún estaba alterada, pero apretó el puño con fuerza. Entonces notó el dolor de la herida de las uñas que se hizo ayer, y el dolor físico le impedía sumergirse mucho en la conmoción. Mirándolo de esa manera, pronunció algunas palabras débilmente, -¡Ya estoy cansada, la vida en la ciudad no es para mí!-

Al escuchar sus débiles palabras, Oscar sintió pena por ella. Entonces de repente la abrazó, ¡no iba a permitir que se fuera! Tal vez porque estaba muy asustado, o tal vez quería comprobar algo, pero de repente besó a Laura en medio del aeropuerto abarrotado...

Sus besos mezclados con el olor a tabaco no dejaron ni tiempo de respiración a Laura, haciendo que su corazón se conmoviera produciendo el sonido de las rápidas palpitaciones.

Pero Laura solo mantuvo los ojos abiertos así, no se negó, pero tampoco le devolvió el beso, solo se quedó indiferente allí.

No podía dejarse llevar por las emociones, tenía que dejar a él y a Andrés, ¡ya no podía dejarse llevar por su cariño!

Él era el presidente del Grupo Rasgado. Aunque ahora no lo era, seguía siendo el heredero en el futuro. Una mujer como ella no podía quedarse a su lado, ni siquiera como una amante, porque aún le quedaba un poco de dignidad. No solo lo hacía por ella misma, sino que le daba más consideración a Andrés.

Richard se quedó asombrado. ¿Ese era el Oscar que conocía? ¿Estaba besando a una chica en público?

Por su parte, Iker volvió la cabeza para mirar a Richard y sonrió alegremente, -¡Hola, señor!-

Richard agachó la cabeza y vio a un pequeñajo. En realidad, lo vio desde mucho antes, ¡pero estaba tan sorprendido por la reacción de Oscar hacia la mujer que ignoró al niño! Tan pronto como bajó la cabeza, vio que sus ojos eran extrañamente familiares, “¡Ah! Oscar, son los ojos de Oscar!”.

-¡Pequeñín, preséntate!- Richard arqueó las cejas.

-¡Señor, eres muy guapo!- Iker elogió sinceramente, ¡ese señor era atractivo, guapo y le caía muy bien!

-¡Mmm!- Era la primera vez que fue elogiado por un niño, Richard se sintió un poco incómodo por un tiempo, -¡Dime tu nombre!-

-¡Iker Abasto! ¡Mi nombre es Iker!-

En no muy lejos, el rugido de Oscar volvió a sonar, -Maldita sea, dime qué diablos está pasando.-

Laura se limitó a no decir nada, solo se contuvo y preguntó con indiferencia, -¿Este es un beso de despedida?-

-¡Maldita sea!- Oscar se estaba volviendo loco. Realmente lo enojó hablándole con ese tono indiferente.

-Oscar, ¿no me lo vas a presentar?- Una voz baja vino de repente desde atrás en tono de broma, pero también muy emocionada.

Oscar se volvió de lado y Laura vio venir a la persona.

Oscar dijo con indiferencia, -¡No es asunto tuyo!-

Laura vio que era un hombre muy guapo, pero todo su cuerpo emitía un aura indiferente, aunque sonreía, su sonrisa no parecía sincero. El traje blanco le quedaba muy bien y su figura era esbelta y alta. Con un espeso cabello negro cubriendo su frente, sus cejas bonitas se levantaron, entonces supo de un vistazo que esa persona tenía mal genio.

Había una sonrisa juguetona en la comisura de su boca. Sus ojos bonitos entrecerrados miraron a Laura con agudeza, parecía que lo hacía sin ninguna intención, pero transmitía una sensación perspicaz, eso hizo que Laura sintiera claramente que estaba siendo observada en ese momento. Parecía como si estuviera admirando algo y evaluando algo.

Laura bajó la cabeza, no se atrevió a mirar esa mirada, solo dijo con indiferencia, -¡Iker, nos tenemos que ir!-

Oscar se sorprendió, ¿aún quería marcharse y dejarlo mal frente a su amigo?

Richard se rio de pronto, -Oscar, veo que ni siquiera tu beso ha conseguido calmarla, ¡tienes que practicar más cómo besar a la gente!-

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