—Presidente Mo, ¿sucedió algo? —adivinó Lu Che al ver la expresión en el rostro de Mo Ting.
—La gente de Creative Century se ha llevado a Long Jie y está obligando a Tangning a cenar con ellos. Parece que van a presionarla para que firme un contrato.
—Pero, Creative Century ha estado operando legalmente en los últimos años, no parece que utilicen en métodos tan despreciables —repuso Lu Che. Le preocupaba pensar en cómo solía ser Creative Century: una vez le habían administrado a la fuerza drogas a una celebridad, lo que provocó que esta se suicidara, el incidente se volvió viral en los últimos días. Después del incidente, la compañía cambió al gerente y dio vuelta la hoja: suspendiendo su participación en actividades ilegales. ¿Serían tan atrevidos como para presionar a Tangning?
—¡La raíz del mal ya está plantada en lo más profundo de sus huesos! ¿Me llevo a algunos hombres conmigo para recuperar a la señora? —sugirió Lu Che.
—No necesitas hacerlo; iré yo mismo.
Mo Ting se levantó de la silla de su oficina, recogió las llaves del auto y salió del edificio.
No es que Tangning no fuera consciente del pasado de Creative Century, pero ya habían pasado muchos años. ¿No habían dado vuelta la página y, como resultado, habían visto un gran éxito? ¿Por qué de repente estaban usando métodos tan despreciables contra ella?
Tangning se apresuró al restaurante con sentimientos encontrados; preparándose emocionalmente mientras se acercaba. Antes, cuando estaba en Francia, había presenciado cómo a una modelo le habían administrado drogas a la fuerza en un hotel hasta que murió, todo porque se había puesto del lado equivocado de un gran jefe. La industria tenía demasiadas historias amargas, a diferencia de la imagen glamorosa que fue retratada al público.
Tangning organizó sus pensamientos y se recordó a sí misma que debía mantener la calma. No estaba sola, tenía a Mo Ting.
Media hora más tarde, Tangning llegó a su destino, pero no entró de inmediato. En cambio, esperó tranquilamente en su coche: acababa de enviar su dirección a Mo Ting no hacía mucho tiempo, así que decidió esperar a que llegasen los guardaespaldas antes de entrar para buscar a Long Jie.
Diez minutos después, los guardaespaldas aún no habían llegado, pero la gente de Creative Century ya la había llamado para apresurarla. Tangning dejó su teléfono, lista para hacer un movimiento, pero entre la oscuridad, un brazo largo se estiró para sostenerla por la espalda.
Tangning se dio la vuelta con cautela. Al darse cuenta de que era el brazo de Mo Ting, dejó escapar un suspiro de alivio.
—¿Por qué estás aquí?
—Entremos primero —repuso Mo Ting mientras le colocaba el brazo sobre su hombro y la llevó rápidamente al restaurante. Evitó a todo el personal y se dirigió directamente a la sala VIP.
La gente de Creative Century nunca imaginaría que Mo Ting haría una aparición con Tangning.
Todo el incidente provino del reportero, Lu Xiaoqian. Él era el ahijado del presidente de Creative Century.
Después de sufrir una gran derrota hoy, él, por supuesto, tuvo que encontrar una manera de defenderse. En cuanto a Creative Century, después de haber sido rechazado por Tangning tantas veces, habían guardado rencor contra ella durante mucho tiempo. Después de descubrir que su ahijado había perdido una batalladebido a Tangning, el presidente armó rápidamente la escena de hoy para asustar a aquella modelo miserable. Sin embargo, nunca esperó que el presidente de Hai Rui, Mo Ting, la acompañara.
Sentados a la lujosa mesa de cristal estaban Lu Xiaoqian y el presidente de Creative Century, un hombre conocido como Padre Cinco. Mo Ting llegó con Tangning y se sentó frente a los dos hombres mientras los miraba.
Independientemente de si Padre Cinco se había asustado por esta visión, Lu Xiaoqian estaba temblando. Pensó que estaba alucinando: ¿cómo podía ser que Mo Ting estuviese ayudando a Tangning a resolver este problema? ¿Quién era ella? ¿Cómo se las había arreglado para conseguirlo?
—No esperaba que al invitar a la señorita Tang pudiera reunirme con el presidente Mo de Hai Rui, por favor, discúlpeme por no venir a saludarlo.
Padre Cinco era un hombre de cuarenta y tantos años; estaba delgado y lleno de energía. Sus ojos penetrantes recorrieron a Mo Ting y Tangning.
—Creo que debe haber un malentendido aquí. Si hubiera sabido que la señorita Tang estaba conectada de alguna manera con el presidente Mo, no habría hecho algo tan imprudente, sin importar lo valiente que fuera. Por favor. Disculpe, Presidente Mo.
Después, Long Jie fue escoltada fuera de la sala de espera. En realidad, no le habían tocado ni un pelo en absoluto, porque sin importar lo locos que hubieran sido los de Creative Century, jamás volverían a ser como antes.
—Además, Tangning y yo nos conocemos bien, pero no quiero que nadie lo sepa. Si...
—No se preocupe, presidente Mo, nadie se enterará de esto —aseguró Padre Cinco, con una sonrisa en su rostro todo el tiempo. Sabía que Mo Ting era más despiadado de lo que parecía en este momento, especialmente cuando estaba trabajando. No quería arriesgarse a perder Creative Century.
—Con respecto al contrato de administración de Tangning, ella no firmará con Creative Century, así que no pierdan el tiempo.
—Por supuesto —concedió. La expresión del Padre Cinco era de adulación. Sonrió a Tangning: —Señorita Tang, lamento haberle causado tantos problemas.
Tangning contempló a Long Jie, sin responder a Padre Cinco.
Viendo que Tangning no tenía respuesta, Mo Ting no quería perder más tiempo. Así que se levantó y sacó a las dos del restaurante.
El Padre Cinco vio cómo se retiraba el trío.
—Estos dos tienen una conexión inusual. Si son tan cercanos, ¿por qué Mo Ting no la ha contratado con Hai Rui? Pero si no lo están, ¿cómo logró que viniera con ella? De ahora en adelante, sé muy cuidadoso.
Compénsale un poco a Yang Jing e intenta evitar difamar a Tangning.
—¿Podría ser que Mo Ting sea su consejero?
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