El incidente de la encuesta no generó demasiados problemas porque los fanáticos seguían preocupados por la relación de Mo Ting y Tangning. Parecía que, mientras no se diera una respuesta, esta obsesión continuaría durante bastante tiempo.
Sin embargo, a Charlene no le importó. Mientras Zhen Manni viera los resultados de la encuesta, sus esfuerzos no se perderían. Como la modelo había aceptado su sugerencia, tan pronto como regresaron a Hai Rui, Charlene solicitó una reunión con Mo Ting.
Fang Yu hizo una llamada interna a Mo Ting en nombre de Charlene y recibió su aprobación.
—Manni, definitivamente haré lo mejor que pueda, no te preocupes —declaró Charlene antes de subir las escaleras, mirando a Zhen Manni a los ojos. Sus ojos contenían una sinceridad inusualmente apasionada.
Zhen Manni respondió como siempre lo hizo, y simplemente asintió con la cabeza de una manera casual. No fue hasta que Charlene desapareció de su vista que guardó su teléfono y se acercó a Fang Yu.
—Quiero escuchar lo que ella dice.
Fang Yu se encogió de hombros y acompañó a Zhen Manni hasta el piso superior unos minutos después que Charlene.
En la oficina del Presidente, Charlene se sentó en el sofá con la cabeza baja desde el momento en que había puesto un pie en la oficina. No tuvo el coraje de mirar a Mo Ting: este hombre tenía control total sobre la vida y la muerte de un artista. Ella podría estar eternamente condenada con una simple palabra de su boca.
Pero ya había llegado a este punto. Ya no podía volver atrás.
Si Mo Ting iba a descubrir que ella era la que se interponía entre Zhen Manni y Hai Rui, no tenía ni idea ni control sobre cómo terminaría su destino. Desde que decidió dar el primer paso, de ahora en adelante, no tuvo más remedio que continuar.
Entonces, Charlene contuvo su corazón palpitante mientras hablaba con voz temblorosa:
—Presidente Mo...
—Habla —ordenó Mo Ting se recostó en el sofá. Llevaba un traje marrón que acentuaba su físico musculado.
Antes de casarse con Tangning, su ropa consistía principalmente en prendas gris oscuro, pero como a Tangning le encantaba escoger su ropa, su estilo comenzó a cambiar. Lo que sea que eligiera Tangning, él lo usaría. Todo su cuerpo estaba cubierto con la calidez de las puntas de los dedos de Tangning, lo que le permitió sentirse cálido y protegido incluso en el duro invierno y la oscura industria del entretenimiento.
—Manni se sintió un poco descontenta anoche después de regresar a Beijing —empezó Charlene, expresando su primera preocupación—. Aunque no dijo nada, me di cuenta de que no estaba cómoda con que el presidente Mo se convirtiera en el representante de Tangning.
—¿Qué tiene que ver mi decisión de ser el representante de Tangning con ella? —preguntó Mo Ting a Charlene con una mirada penetrante.
Charlene estaba tan intimidada, que miró hacia otro lado. No mucha gente podría enfrentar a Mo Ting sin sentirse asustado.
—Honestamente, Star King le ha dado a Manni múltiples ofertas, pero nunca la han afectado porque es una persona agradecida. Ha logrado un estatus insustituible a través de su arduo trabajo. Sin embargo, el primer día que regresó a Beijing ya fue maltratada por los fanáticos de Tangning...
...Presidente Mo, como agente de Manni, simplemente espero que no se preocupe por una cosa y pierda de vista otra...
—¡Ve al grano! —la cortó Mo Ting. No tenía interés en su largo discurso.
—Dado que el presidente Mo ya decidió ser el representante de Tangning, entonces también debería considerar a Manni... Aunque Manni es leal a Hai Rui, puedo sentir que está teniendo una batalla interna consigo misma. La oferta de Star King es extremadamente generosa. Incluso se reunió con el heredero de Star King la semana pasada. Me temo que Manni puede perder su confianza en Hai Rui por todo lo que ha sucedido, sin mencionar que, después de regresar a Beijing, fue acosada por una despiadada novata.
Mo Ting se incorporó: sus ojos estaban encendidos. En realidad, él sabía desde el principio cuál era el motivo de Charlene, pero escucharlo en persona era otra cosa era bastante divertido.
¿Despiadada?
¿Acababa de decir que su esposa era una novata despiadada?
—Si me convierto en el representante de Zhen Manni, ¿qué será de ti? —preguntó Mo Ting en un tono interesado—. Nunca he conocido a un representante dispuesto a renunciar a sí mismo por el bien de su artista. No sabía que eras tan generosa...
—Yo... simplemente quiero que Manni obtenga lo que se merece.
Sin embargo, para Mo Ting, solo había dos tipos de personas en este mundo: estaba Tangning y luego todos los demás.
—Parece que todavía no te has dado cuenta de quién es el jefe de esta industria.
—Pr... Presidente Mo, yo...
—¿Sabes qué error has cometido? —increpó Mo Ting levantando la cabeza con una mirada intimidante—. Mírame.
—Yo... no lo sé—farfulló. Charlene estaba tan asustada que todo su cuerpo temblaba y su voz se había quebrado.
—Describe a Tangning para mí otra vez.
Charlene pensó en lo que dijo antes, en cómo había llamado a Tangning una novata despiadada.
—No me importa lo que estás tramando tras bambalinas y los trucos que tienes bajo la mangas. Nada es tan horrible como la forma en que describiste a Tangning.
-Yo...
—La gente de Star King no solo te ha comprado, sino que también ha aumentado tu confianza. De lo contrario, ¿cómo tendrías el coraje de negociar conmigo directamente? — espetó Mo Ting. Se sentó en la silla de su oficina y continuó: —Aunque no eres una representante adecuada para Zhen Manni, todavía he decidido mantenerte a su lado.
Los ojos de Charlene se abrieron de par en par:
—No, presidente Mo, Manni me torturará hasta morir...
—No tienes otra opción en el asunto. ¡A ver si vuelves a hablar mal de Tangning!
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: El Hombre que Robó Mi Corazón