El Jefe romance Capítulo 37

Eileen revisaba el closet de aquella habitación, se sorprendió mucho al ver mucha ropa de mujer en este. Ese loco sujeto había pensado en todo. Se despojó del incomodo vestido de novia escogiendo un mono suelto y una blusa de tela suave. Reviso el cuarto de baño quedando más asombrada que nunca, era como ver la habitación de su apartamento junto con el baño.

Al final regreso a la cama, no había mucho que hacer estando allí encerrada. El troglodita que la capturo ni una maldita televisión le puso… en eso abrieron la puerta dándole un sobresalto a la rubia quien se puso en pie rápidamente.

— No se asuste señorita. Dice una mujer vestida con un uniforme gris

— ¿Quién es usted?

— Me llamo Olga, soy la que se encarga de cocinar y limpiar esta casa. Sonríe amablemente. — El señor Walker me ha pedido que le suba la cena.

— ¡Que considerado de su parte! Responde con sarcasmo.

— Lo siento. Ésta se disculpa.

— Está bien, déjelo donde quiera. Oiga, Olga… ¿Usted me ayudaría a escapar?

— Señorita…

— Claro que no… en eso entra Kara en la habitación. — Fuera Olga, y te prohíbo que seas amable con esta mujer ¿te queda claro?

— Si señorita Kara. La mujer se retira rápidamente.

Eileen miro expectante aquella mujer, era la misma que había ido al museo para amenazarla. Entonces era enviada por Lión. Siempre estuvo detrás de todas esas amenazas. ¡Maldito sujeto! Exclamo para sí misma.

— ¿Qué es lo que quiere? Frunce el ceño.

— Así que te quieres escapar, me temo que eso será bastante difícil. Musita cruzándose de brazos. Convino

— No pretendo quedarme aquí para siempre. Eileen la observa reírse.

— ¡Me haces reír! De aquí no saldrás idiota.

La rubia aprieta la mandíbula, pero retrocede un poco. Esa mujer era peligrosa.

— Váyase de mi habitación.

— ¿o qué? estoy aquí para cuidar de que no te escapes, aunque sea una pesadilla vigilarte tengo que hacerlo.

Kara camina hacia ella de forma amenazante logrando que Eileen retroceda hasta toparse con la mesita de noche. La cercanía de la mujer la hace tragar saliva…

— Más te vale que te portes bien, ya que yo no tengo la misma paciencia de Lión. Kara toma el mentón de la rubia ejerciendo presión. — Espero que te quede bien claro.

Ésta la suelta de mala gana retirándose de la habitación… mientras que la rubia se quedó con el corazón en la boca, como siga en ese plan sufriría de un infarto muy pronto.

Esa noche Lión no regreso a su mansión, a cambio prefirió quedarse en la suite del casino. Mientras se despojaba de su ropa pensó en la chica. Seguía haciéndose la misma pregunta desde hace varios días ¿de verdad tendría que casarse con ella?

[…]

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