El Joven Secreto romance Capítulo 27

Desde chica supe que me encantaba el aire libre y ahora lo confirmo nuevamente con la vista perdida en aquellas extrañas formas de espuma que se dibujan delante de mí, quién sabe a cuántos millones de kilómetros de distancia. Mirar las nubes siempre fue mi pasatiempo favorito cuando era niña, en esas épocas en las que vivíamos en la casa simple que en ese entonces era lo único que le pertenecía a mi padre.

Estoy acostada de espaldas al pastizal, con los ojos apuntando hacia arriba y los brazos extendidos. No hay absolutamente nadie que me moleste ni interrumpa. De repente, tomo asiento, ni yo sé por qué y observo la superficie del campo, lisa, sin ningún obstáculo que lo cuestione, hasta que una forma extraña comienza a dibujarse en el llano, aumentando de tamaño gradualmente, como si estuviera acercándose. Y sí, lo está haciendo, lo noto por el cambio de su color a medida que lo hace, por cómo el irreconocible relleno negro de su sombra se vuelve blanco, hecho que me obliga a ponerme de pie, algo confundida, tratando de descifrar la identidad del extraño. Llego a la conclusión de que es un hombre por la forma de su cuerpo y comienzo a dar pasos cortos, inseguros hacia lo que se aproxima. Los de él son decididos y rápidos, hasta se podría decir que está trotando en mi dirección. Instintivamente yo también empiezo a hacerlo hasta que finalmente los dos logramos estar frente a frente. Lleva pantalón blanco y una remera del mismo color algo desgastada, cuyo cuello forma una "v" mediante dos hilos que en este caso no se unen, dejando parte de su pecho al descubierto. Está descalzo.

Una sensación de frío y humedad hace que abra los ojos, dándome cuenta de que estoy temblando y que mi corazón late como si lo persiguiera lo más horrendo del universo. Inhalo y exhalo varias veces, volteándome y viendo que había dejado la ventana abierta, logrando que las gotas de la lluvia cayeran sobre mí. ¿Qué clase de explicación se le puede dar a ese sueño? ¿Quién era él? ¿Dónde estaba yo? Por la perfección del paisaje y lo visto en las películas dramáticas de ese tipo, lo relaciono con el paraíso y al chico misterioso con Samuel. Acto seguido, llego a la conclusión de que el estrés comienza a afectarle a mi cabeza. Pero, de todas formas, el miedo a haber acertado y el hecho de creer que los sueños se cumplen me aterroriza. Cierro la ventana y tomo mi teléfono, marcando el número de Eva a esas altas horas de la noche. Ni siquiera sé que voy a decirle, para qué se supone que la molesto, pero lo hago, ignorando lo demás. Al ver que no contesta, opto por un mensaje de voz, pidiéndole perdón por el horario y preguntándole si tiene novedades. Vuelvo a acostarme, esta vez protegida de la lluvia y sus gotas heladas. Suspiro, sabiendo que lo más probable es que ni me conteste a esas horas y cierro los ojos en un intento de conciliar el sueño un par de horas más cuando de un instante a otro la almohada comienza a vibrar bajo mi cabeza. Saco el teléfono desesperadamente y vuelvo a sentarme, con el dispositivo en mis manos.

CHATS --- Eva.

"¿May, pasó algo?".- 3.25 AM.

"Perdón es que tuve una pesadilla algo rara y quería saber si había...".- 3.25 AM.✔✔

"¿Pesadilla o sueño?".- 3.26 AM.

"¿Hay diferencia?".- 3.26 AM.✔✔

"Las pesadillas son malas y los sueños son buenos".- 3.27 AM.

"No me digas", pienso en mi interior, sin entender su comportamiento alegre que no concuerda con la situación.

"¿Tuviste un sueño o una pesadilla?".- 3.29 AM.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: El Joven Secreto