—No, no es el momento. —le dijo él, bastante perplejo con lo que estaba apunto de decir Alicia, una ebria que obviamente no estaba pensando con claridad.
Ahora con la mente nublada por el alcohol, tenía todo ese coraje para expresar abiertamente su relación con Salvatore sin importarle lo que dijera su padre o la gente.
—Alicia —mencionó Hope en un intento desesperado por hacerla recapacitar —. Salvatore tiene toda la razón, no debes hacer esto, no estás pensando con la cabeza fría y si es cierto que debes decirle a tu papá pero no de esta manera, menos aquí, es el momento equivocado y el lugar también.
Hizo un puchero como si fuera una niña chiquita y batió la cabeza frenéticamente mientras soltaba a su novio y retrocedió dos pasos un poco vacilante. Lo haría, ya no había reversa que la detuviera.
—¡Escuchen todos, escuchen todos! —exclamó y como no logró captar la atención de la mayoría cuando un mesero pasaba por su lado, tomó una copa de esas la hizo sonor con las llaves que tenía en la mano. Ya el tintineo sobre el cristal y su invitación a gritos que no se hizo esperar captaron la suma atención de los presentes, quienes la veían frunciendo el ceño y algo extraños no comprendían lo que estaba pasando.
¡Tremenda bomba la que estaba a poco de explotar!
Asthon, quién terminaba de estrechar las manos con un viejo amigo, escuchó la voz de su hija e intuyó que nada bueno estaba por pasar puesto que esta hablaba de forma atropellada y decidió acercarse hacia donde la muchacha se encontraba a punto de ocasionar un show. No le dio tiempo a detenerla, no tuvo la chance de llegar completamente a su hija y tomarla por el brazo para alejarla de todos esos ojos que se habían clavado en su persona.
El enojo ya atravesaba su torrente sanguíneo y lo llevaba a sentir ese pinchazo de furia extrema. Rugió y maldijo por lo bajo cuando ella había dicho la verdad.
—Papá sea donde estés, quiero que sepas que Salvatore y yo estamos juntos... salimos y no había tenido el valor de decirte porque no encontraba la forma de decírtelo, y sabía que te ibas a oponer a lo que tenemos... —hizo una pausa para alzar la copa y darle un sorbo, todos seguían con mirada cada cosa que hacía. Algunas mujeres murmuraron entre sí, decían que eran una vergüenza lo que hacía la jovencita, otros parecían inexpresivos. El caso es que Asthon estaba quedando muy mal por culpa de su propia hija —. Yo de verdad lo amo y quiero estar con él y pasar el resto de mi vida con ese hombre qué es el amor de mi vida. Lo siento mucho pero tenía que decírtelo. Y ustedes todos los que me están mirando de esa forma como si fuera un bicho raro, quizás no me entienden porque nunca se han enamorado de esa persona idónea.
Y para colmo dejó caer la copa que sostenía en la mano causando un ruido fuerte cuando la misma impactó y se volvió añicos sobre el suelo. La sorpresa entre los presentes era desmedida. Salvatore se acercó y la jaló fuera de peligro, le daba miedo que cayera sobre todos esos trozos de cristal y se hiciera daño.
Asthon fue el siguiente en el foco puesto que las personas al reconocer a Alicia como su hija centraron la atención en su persona. Hope apretó los párpados con fuerza, sabía que las cosas terminarían en una pelea, tal vez en una discusión entre él y el abogado qué se veía arrobado con la situación.
—Maldición Salvatore, dime que todo eso que está diciendo Alicia es mentira. —se acercó a él como si fuera un animal y lo tomó por el cuello de la camisa, mirándolo con odio y furia a la vez.
—Y te lo íbamos a decir, pero eso no quita lo imbécil que soy por haber sostenido esto en secreto, sin embargo quiero que sepas que yo a Alicia la amo. Ella es la mujer de mi vida y creo que debemos platicar más a fondo esta situación a solas. Te pido que te calmes, por favor. —expresó sereno a pesar del momento de tensión Salvatore supo mantener las cosas en paz y no se alteró como lo hizo Ashton.
El mencionado, lo liberó y miró a su alrededor dándose cuenta que tenía toda la atención de las personas y antes de retirarse de allí se disculpó con los invitados. Le echó un vistazo a su hija quién se le cayó la cara de vergüenza y solo veía sus pies, estaba a la par de su amiga quién le acariciaba la espalda y trataba de mantener las cosas calmadas. En cuanto Salvatore y Ashton se fueron a al despacho para hablar como dos personas civilizadas, Hope y Alicia decidieron retirarse de allí y subieron a la segunda planta para entrar a la habitación de la afectada.
Aún borracha lo primero que hizo al llegar al interior de su recámara fue tirarse a su cama y se puso a llorar como una niña. Se arrepentía de todo lo que dijo allá afuera.
—Ya no te sientas culpable, lo dicho está dicho, ahora lo que debes hacer es pedirle disculpas a tu padre porque claramente no fue la forma correcta de hacer las cosas, él no merecía enterarse así. Pero te va a perdonar porque eres su hija y él te ama.
—Es que soy un idiota, no debí hacer eso se va a enfadar conmigo. Yo solo sentía que era el momento de hacerlo, te lo dije, te prometí que iba a ser sincera con él. —decía, poco se le entendía ya que estaba hablando con la cara contra la almohada.
Hope, con sumo cuidado y cariño la giró para hacerla quedar boca arriba sobre la cama y empezó a mover su mano dulcemente sobre su frente para tranquilizarla, lo necesitaba.
—Todo va a estar bien, ya lo vas a ver, no tienes de qué preocuparte.
—Yo creo que sí debo hacerlo, he cometido una estupidez, todas esas personas allá abajo se han enterado de mi secreto y eso ha dejado en ridículo a mi padre. ¿Es que quieres quitarle peso a la situación? Me arrepiento una y otra vez y no lo dejaré de decir.
—No sé qué decir. Nunca imaginé que mi abogado, en quién confío y le he dado mi confianza por años, se estuviera acostando con mi propia hija, en mi maldita cara. ¿Cómo pude ser tan ciego? —frunció el ceño.
—Alicia es mi amiga y tu hija, déjala, está enamorada y ya no es una niña, tú lo has dicho, déjala ser feliz. Si bien no te lo dijo, comprende que tenía miedo y hoy ha sido una estupidez del alcohol.
—¿Tú lo sabías?
—Hace poco lo supe también. De hecho me lo dijo hoy. —admitió, omitiendo el hecho de que se había puesto al tanto mucho antes por andar husmeando.
—¿Me estás diciendo la verdad? No creo que siendo tan cercana a ti, te lo ocultara como a mí.
—Por supuesto que te estoy diciendo la verdad, no sabía nada de la relación que mantenienen Alicia y Salvatore, me enteré hoy, sin embargo...
—¿Qué?
—Hace algunas semanas atrás la escuché hablando por teléfono con él, yo me dirigía a su habitación cuando escuché que sostenía una conversación telefónica y estuvo mal quedarse escuchar detrás de la puerta, aún así permanecí allí y por eso lo supe... pero nunca le dije que yo lo sabía. —emitió finalmente, tan pronto habían dejado salir la confesión, se arrepintió de inmediato y se sintió una mala amiga por haberle contado eso a Asthon. Tal vez debió quedárselo para siempre.
—Mírame, entiendo que no le hayas dicho nada y mucho menos a mí, de no ser así habrías sido una mala amiga y tú no eres esa clase de persona. Además tomemos en cuenta que es un asunto de Alicia y ella ya no es una niña, tú lo has dicho y me lo has recordado.
—Bueno, igual siento muchísimo que te hayas enterado de esta forma, pero como ya te he dicho... sé que ella no tenía malas intenciones y tú debes entenderlo, tenía miedo de contarte, de ver tu reacción al enterarse de la noticia. No ha sido nada fácil para ella conseguir guardarse esto durante tanto tiempo, no me imagino lo que habrá sentido al mantener esta relación furtiva por tantos años y no poder tener el valor de decirte por miedo a un posible rechazo, u oposición de parte tuya.
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