El Papá De Mi Amiga +18 romance Capítulo 9

Ya se había puesto en marcha hacia la oficina de su jefe y trató de estar tranquila de controlar el nerviosismo que ya rodeaba todo su sistema como si fuera una serpiente que buscaba quitarle todo el oxígeno, aunque al momento de tomar entre sus manos el pomo de aquella puerta oscura sintió la presión cada vez más fuerte y le pidió no solo en ruegos al cielo que su jefe no fuera tan duro ese día. También sabía y aceptaba que debió al menos llamar y avisar que no podría ir solo que lo dio por sentado y con todo el tema de la muerte de la mamá de su amiga lo olvidó por completo.

Nunca le había gustado el interior de aquella oficina, en su opinión era demasiado oscura y eso le daba un aire aterrador y nada más de ver al dueño de todo eso las cosas se ponían peor porque el señor Salvador era un hombre con un rostro muy serio, más en ese instante.

—Te escucho, dime cuál es la excusa que vas a poner para justificar tu ausencia de esta mañana sabías perfectamente que tienes un horario y lo debes cumplir al pie de la letra, ninguna cosa que diga va a salvarte de la consecuencia ¿me has entendido?

Ni siquiera la saludó, ya iba a dar su veredicto y ella se sintió más apretada, contra la espada y la pared, ni siquiera sabía si debía tomar asiento frente a ese escritorio, aunque para ser sincera solo quería huir de allí pero primero intentaría tratar de enmendar la situación y pedirle una oportunidad al señor Salvador. Este le hizo un ademán con la cabeza, una seña para que ella finalmente pudiera sentarse en esa silla, no estaba muy convencida de haber entendido el gesto hasta que él habló nuevamente.

—Puedes tomar asiento, ¿qué estás esperando? Oh vamos, eres una empleada buena, me gusta tu forma de trabajar, ¿qué ha pasado? Veamos si hoy puedo hacer la excepción y dejarte quedar con el trabajo, tal vez te dé una segunda oportunidad, pero primero quiero escuchar lo que tienes que decirme. —condicionó, y era justo lo que decía, la joven debía explicar el motivo del retraso o de la falta por completo pues justo ese día solamente laboraba turno medio.

—Primeramente me disculpo por eso, yo siempre soy responsable, ayer fue un día difícil, entre tantas cosas que... En fin, a mi mejor amiga se le murió su mamá y me quedé hasta tarde con ella por eso no pude descansar bien y me quedé dormida, no tengo otra cosa que añadir es toda la verdad y jamás mentiría al respecto porque sería algo demasiado cruel, y no jugaría con la vida de una persona. —terminó diciendo bajando la cabeza y entrelazando los dedos sobre su regazo, solía hacerlo cuando se encontraba nerviosa y también era una forma de escapar de aquel contacto visual tan intenso y profundo que le daba el hombre envejecido.

—Bien. Lamento mucho la pérdida de su amiga, aún así, sigo creyendo que debió al menos hacer una llamada y sé que usted sabe que tengo toda la razón. Hoy ha sido una mañana muy agitada y necesitamos de alguien que ayudara y que nos echara una mano por eso estoy tan malhumorado.

¿Y...? La joven ya quería que le diera una respuesta torno al tema, ahora más que nunca necesitaba quedarse con ese empleo porque si lo perdía no sabría qué hacer, no tenía que otra cosa hacer. Aunque fuera difícil de creer los empleos estaban difíciles de conseguir y lo mejor que había encontrado era ser mesera una cafetería, juraba que habían peores trabajos que ese, así que simplemente no podía perderlo ahora, no quería ser otra carga para el padre de su amiga, por lo menos se mantendría ella y podría comprarse sus cosas, las que tanto necesitaba.

—¿Cuál es su decisión? ¿Me dará una segunda oportunidad? Si usted me da una segunda oportunidad se lo voy a agradecer y le prometo que no volverá a repetirse algo así, de verdad. —confesó con el tono cargado de urgencia casi un ruego.

Finalmente el hombre asintió, le permitiría seguir allí.

¡Eso era un milagro! No sé lo esperaba, tenía esa imagen de él de que ni siquiera el discurso más emotivo podría volverlo bueno, pero estaba muy equivocada porque de ese hombre recibía una segunda oportunidad que iba a valorar más.

Se levantó emocionada de su lugar, parecía como si estaba recibiendo su primer empleo cuando en realidad era la segunda oportunidad que el jefe le daba. Se apenó de actuar como una chiquilla, pero es que están súper emocionada que no podía controlarse, así es que sonrió y se calmó. O este la creería una loca.

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