El Prohibido Amor de un CEO romance Capítulo 213

La ambulancia viaja a toda velocidad abriéndose paso por la vía rápida.

Todos los autos se orillan para darle preferencia al vehículo de emergencias en el cual la embarazada Carolina respira y aprieta con mucha fuerza la mano de Paul, su esposo.

"Respira, respira, no pares "

"Respira, tranquila."

"Todo estará bien mi amor."

Pide de manera nerviosa Paul a su esposa.

"Es fácil para ti...."

"aaayyyyyy!"

Carolina se queja pues es muy dolorosa la contracción que la aqueja.

"Es fácil para ti decirlo..."

"Y todo porque tú no sientes lo mismo que yo siento!"

"aaaaaayyyyyyy!"

Carolina casi no soporta las contracciones las cuales parecen pequeñas dagas que se le clavan en la baja espalda.

Como si algún tipo malvado las hubiera clavado para después moverlas en círculos contra su piel.

Esa es la única explicación que Carolina le encuentra a su dolor.

"Tranquila mi amor, tu puedes!"

"Nuestro hijo...oooucchh!"

Paul se queja de dolor pues Carolina casi le está rompiendo la mano.

"No sigas hablando Paul!"

"Quiero cesárea, no soporto este dolor!"

La pobre Carolina no puede creer el dolor que siente!

Es como si a su bebé no nato le gustara hacerla sufrir en el parto.

"Dense prisa!"

"Oh qué bien ya llegamos."

"Carolina, ya estamos en el hospital, si quieres cesarea, cesarea tendrás, le diré al doctor!"

Murmura Paul de forma nerviosa a su agitada y adolorida esposa.

"Apresúrense, que no....aaayyyyyyy!"

Carolina aprieta con sus manos la camilla mientas intenta sobrevivir a en la dolorosa contraccion que parece estar partiendo dolorosamente en dos su cadera.

Carolina prefiere mil veces el dolor de huesos rotos pues este dolor es incapacitante!

"Doctor, mi esposa requiere cesárea de inmediato!"

Ordena Paul cuando ve al obstetra.

"Señor Black, evaluaremos a su esposa, por favor lavare y preparase para estar a su lado."

"La enfermera le proporcionará vestimenta adecuada mientras nosotros evaluaremos si necesita cesárea la señora Carolina."

"Enfermera, prepare al futuro padre!"

Ordena el médico sin darle oportunidad de responder nada a Paul quien se siente mal por no poder ayudar a su esposa para aliviar su dolor.

Los quejidos de dolor de su amada esposa le duele en el alma, por lo que nervioso, Paul se coloca la ropa quirúrgica antes de lavarse perfectamente las manos para estar presente en el parto.

"Señor Black, debe de ser fuerte, su esposa debido al trauma anterior de su cuerpo y su cadera estrecha le están causando más dolor del normal."

"El bebé esta bien, no está sufriendo todavía..."

Declara el médico obstetra.

"No recomendamos una cesárea porque madre y bebé están bien, pero le dejamos a usted la decisión final."

Paul mira a su esposa quien trata de respirar pues su carita está roja y sudorosa, además de que en sus ojos un se puede apreciar bastante dolor.

La abuela Situ, con su ropa quirúrgica puesta abre la puerta del quirófano para asistir en el parto.

La abuela Situ le ordena a Paul que salga de la habitación para que espere afuera con todos los demás.

Paul obedece de inmediato y sale del lugar pálido y agitado.

Afuera, el primer hombre que consuela a Paul es Edward, su entrañable amigo, se le unen Tommy, Dániel y James.

Bruce esta en camino al hospital pues se enteró que su esposa y los gemelos estan también en el hospital.

Bruce ordenó a su chófer que maneje lo más rápido posible para llegar a ver a su pequeña adorada Cassandra quien de ha vuelto su perdición, su alegría y su mayor preocupación.

Bruce tambien quiere estar con su esposa y su pequeño Erik, pero Cassandra de verdad ha hechizado al hombre con su belleza y ternura.

"No se como ustedes..."

"No se..."

"Esto es tan difícil y Carolina..."

"Ella..."

Paul balbucea mirando a sus amigos mientras se estruja las manos en ese pasillo de hospital.

Dentro del quirófano se logran escuchar tenuemente los gritos de Carolina, por lo cual el hombre es detenido para que no ingrese de nuevo.

"En tu estado no ayudarás, creenos."

Declara Edward.

"Será mejor que esperes y te calmes."

"Vamos, debes de ser fuerte!"

Pude James a Paul.

"Ni siquiera cuando atentaron contra nosotros o me dispararon a quemarropa he sentido tanto miedo y preocupación!"

Exclama preocupado Paul hacia sus amigos.

"Te entendemos Paul, pero debes quedarte con nosotros."

Paul no tiene más opción que esperar rodeado de sus amigos que lo confortan.

Las chicas están sentadas en sus mecedoras en el área de maternidad del hospital.

Las enfermeras pediátricas revisan el color, peso, talla y sus reacciones a estímulos varios de cada bebé.

Lorelay sostiene en sus brazos a una dormida Emily quien mueve su boquita rojita y hermosa como si succionara del seno de su mamá.

Elizabeth arrulla a su adorado bebé Erik quien no quiere separarse de su madre pues llorab si alguien más lo carga.

El vínculo madre-hijo es intenso y profundo.

Cassandra mientras tanto es revisada por una enfermera que la pesa y mide con extremo cuidado.

Johana habla con Lorelay mientras sostenía en brazos a bebe Sören quien mueve sus bracitos mientras se alimenta del seno materno.

Teresse acaricia con ternura a su pequeño Ethan mientras le canta una canción de cuna.

La abuela Freda mira con ternura a todas las nuevas madres, el corazón de la abuela está lleno de afecto y amor.

Maggie cambia el pañalito de su pequeña Cristine antes de hacerle cariñitos y besarla.

El área es amplia, cálida, se mantiene esteril y cuenta con camas para las mamás, cunas para los bebés y estaciones de cambio.

Ropa de bebé nueva y limpia se encuentra a su disposición en los variados armarios decorados con animalitos.

Además, también hay muñecos de felpa, frazadas, biberones, almohadas para mejorar la lactancia, tapetes con figuras infantiles, sillas de ruedas en caso de necesitarlas y muchas mecedoras para las mamás primerizas.

También tienen un estante donde se aprecian todo tipo de libros acerca de maternidad, lactancia y crecimiento del bebé.

Así como una pantalla donde pueden ver videos infantiles y de consejos de maternidad impartidos por expertas en pediatría infantil.

Un paraíso en verdad para las chicas quienes disfrutan del trabajo más bello y algunas veces difícil de ser madre por primera vez.

"Ahora, me tomarás de la mano y respiraras con calma."

"Concéntrate en pujar y no pienses en nada más."

Indica la abuela Situ.

"Tu cuerpo está un poco resentido, pero con esto no sentirás dolor."

La abuela Situ coloca dentro de la boca de Carolina una pequeña pastilla antes que una nueva contracción la haga gemir.

"Muerde la pastilla y puja."

"Quiero que pujes, tu hijo debe nacer por via normal, ahora puja Carolina!"

Carolina obedece la orden de la abuela por lo que puja, una, dos, tres veces, el obstetra se prepara para recibir la bebé.

"Solo una vez mas mami, solo una vez más!"

Pide el obstetra.

"No me diga mami...aaayyy!"

"Abuela Situ, no puedo, no puedo!"

Se queja la chica.

"Si puedes, una vez más Carolina, hazlo ya."

Reteniendo las lágrimas por el dolor, Carolina se enfoca en pujar cuando otra contracción llega, esta vez en verdad pone todo su empeño en pujar.

"Puedo ver su cabecita, pero...espere..."

Carolina espera un momento como le pide el médico, pero otra contracción sobreviene y tiene que pujar.

"Muy bien señora Carolina, está bien, puje una vez más, ya casi..."

Apretando la mano de la abuela que le susurra algo, Carolina hace un esfuerzo antes de dejarse caer rendida sobre las almohadas, los médicos se apresuran a auxiliar al bebé.

Al parecer en el último momento algo raro le había pasado.

Recuperando el aliento, Carolina abre los ojos esperando escuchar el llanto de su bebé, pero solo hay silencio en el quirófano.

"Que pasa abuela y mi bebé?"

"Porque no llora, por que?"

Cuestiona con aprehensión la chica.

El médico que se encarga de limpiar y suturar la herida de la nueva madre esta demasiado callado.

Ade igual todas las enfermeras que no dejan de auxiliar al médico en la mesa.

"Mi bebé!"

"Está bien o no?"

"Que alguien me responda carajo!"

"Abuela mi bebé..."

Carolina deja salir sus lágrimas de angustia por no saber nada.

"No te preocupes, tu bebé es fuerte, estará bien, lo sé."

Declara la abuela Situ.

Envuelto en una frazada azul la enfermera le entrega a su pequeño quien respira, si.

Es sano y se le ha practicado un tamiz pero no llora.

Cuando Carolina carga a su retoño el pequeño siente la presencia de su madre por lo que comienza a llorar, lo cual hace que todos los médicos respiren tranquilos.

No es normal que un bebé no llore de inmediatamente y que pueda respirar con normalidad.

Paul entra al quirófano pues sus piernas parecen de gelatina justo en el momento en que su esposa acuna a su bebé en brazos.

El nuevo padre quiso tomarlo en brazos y arrullarlo, pero Carolina no lo deja, pues quiere que siga llorando.

Paul mira a la abuela porque no comprende que pasa.

Se supone que las mamás calman a los bebés cuando lloran, pero en ese caso parece todo lo contrario.

"Abrazalos solamente, tu esposa te contará después lo que pasó, me retiro."

La abuela Situ sale de la habitación al igual que los médicos quienes necesitan un descanso después de ese parto.

Lorelay entra por la puerta, ella puede escuchar al bebé llorar en brazos de su amiga.

Acunando a bebé Emily en brazos, Lorelay se acerca para ver al nuevo pequeño bebé quien tiene mucho cabello.

Emily se mueve un poco en brazos de su madre antes de hacer un puchero para después soltar un quejidito que hizo que el bebé de Carolina se tranquilizara por fin.

"Testarudo igual que su madre y su padre, lloró hasta que el quiso, no porque lo obligaron."

Declara Carolina.

"Luke, tu serás mi mayor desafío."

Paul toma en brazos a su hijo para acunarlo un momento en sus brazos.

El nuevo padre de maravilla con el delicado aroma y fragilidad del delicado cuerpecito del bebé.

Luke mueve sus manitas un poco, quitándose la frazada, Lorelay se acerca para darle un beso en su pequeña cabecita.

"Es hermoso, sano y hermoso como todos los bebés."

"Felicidades amiga, bienvenida al club de las mamás primerizas."

Felicita la bella chica a su amiga.

"Lorelay, en verdad que es muy duro el parto, el dolor."

Se queja Carolina sin aliento.

"Pero vale la pena para conocer al ser más pequeño y delicado que cambiará para siempre tu mundo."

Lorelay abraza a su bebé dormida, Carolina recibe a bebé Luke para amamantarlo.

Más tranquilo, Paul ayuda a su esposa para que amamante a su hijo tal como le indica la enfermera que está en la habitación.

Pronto Luke succiona fuertemente del pezón de su madre.

Sonrientes los padres, Lorelay los deja solos para que disfruten de ese momento.

Afuera Bruce sostiene a su amada Casandra quien hace pucheritos y sonrie con los ojos cerrados.

Elizabeth acuna a su hijo Erik fuertemente, los demás papás charlan animadamente de las peripecias de ser padres primerizos.

Las primeras noches sin dormir por cuidar de cualquier sonido, llanto o movimiento del bebé.

El desafase de dormir cuando el bebé duerme pero en las noches dormitar solo unas horas.

La preocupación de todas las mamás por evitar las rozaduras, los cólicos y el reflujo.

Las abuelas divertidas miran a todos los bebés, la abuela Situ se acerca a Lorelay pidiendole cargar a su bisnieta.

Edward se acerca a su esposa quien entrega cuidadosamente a su hija a la abuela, Emily suspira feliz antes de acurrucarse contra el pecho de su abuela.

Que otra felicidad en el mundo podría haber que tener a las personas que más amas reunidas en un solo lugar?

Después de besar a su esposa de forma tierna, Edward toca la puerta para conocer al hijo de Paul y Carolina.

Por turnos, las parejas con sus bebés entran a felicitar a los padres quienes cierran el ciclo de embarazos y partos.

Una a una las madres comparten sus experiencias de ser nuevos padres con Paul y Carolina para que no se alarmen como ellos lo habían hecho.

Las abuelas fueron las últimas en entrar.

"Tu bebé como todos los demás bebés tienen una personalidad muy fuerte y serán importante no solo por lo que les hereden."

"Todos son especiales a su modo."

Declara la abuela Situ.

"Los bebés necesitarán de su guía para no cometer los errores que cometieron alguna vez sus padres."

"Paul deberás de hablar mucho con tu hijo."

Indica la abuela Freda.

"Carolina no deberás imponer tus reglas, se que es más sencillo para ti debido a tu formación."

"Pero si eres flexible tendrás al hijo que tanto has soñado."

"Con el nacimiento de...como se llama su bebé?"

Cuestiona la abuela Situ.

"Luke abuela, se llama Luke."

Responde Paul con orgullo.

"Luke cierra este ciclo de nacimientos en esta gran familia, por lo que con este pequeño, ustedes sellan el destino de la misma."

Luke suelta el pezón de su madre por lo que Paul tiene su oportunidad de cargarlo.

De ese modo luke tiene una oportunidad de estar con su padre.

Igual que Emily, Luke se aferra con firmeza del dedo de su padre, tanto que Paul se sorprende.

"Abuela, pero que pasó en el parto?"

Cuestiona Carolina a la abuela Situ.

"Por que tu bebé lloró hasta que estuvo en tus brazos?"

"Porque tiene una voluntad férrea que será su debilidad y fortaleza."

Declara la abuela Freda.

"Una voluntad que debe ser conducida por el buen camino, no lo olviden, en especial por ti Paul."

Indica la abuela Situ antes de mirar a todos los hombres.

"Tienen la oportunidad al igual que los otros padres de hacer lo correcto con sus hijos."

"Deben encaminarlos en la senda del bien."

"Deben darles un mejor ejemplo y romper el círculo que los llevó a ustedes a ser como fueron en su juventud."

"Todos los pequeños bebés serán un reflejo de ustedes, pero también los ayudaremos a educarlos."

"Paul, Carolina, como los demás padres tendrán nuestro apoyo al cien porciento."

"Todos los días y noches, las veinticuatro horas durante los siete días de la semana."

"Y ustedes también tendrán un mes de felicidad hogareña."

Freda se levanta de su silla antes de besar al pequeño Luke quien sigue en brazos de Paul.

"Disfruten a su recién nacido, no se preocupen por nada en estos momentos."

"Aline basta de charla, andando, quiero bañar a mis gemelos ahora."

Exclama la abuela Freda.

"Esta bien, yo iré a comerme a besos a mi nieta Emily, felicidades papás."

Las abuelas se marchan, los demás se despiden de los nuevos padres antes de retirarse también.

Cuando Carolina se siente mejor, Paul toma uno de los autos que estan en el hospital para llevar a su esposa e hijo a su villa y comenzar la vida de padres.

Una vida que ninguno de los dos nunca antes hab experimentado.

Luke resultó ser un bebé muy tranquilo y bien portado.

Luke no llora más que para alertar a sus padres de sus necesidades básicas como cambio de pañal, hambre y cariño.

Carolina, más relajada en casa deja que su instinto maternal aflore.

Ese sentimiento se lo contagia a Paul, por lo que en ese momento le cuenta a su esposo lo ocurrido en el quirófano.

"No entiendo por que la abuela me dijo que no sentiría más dolor si tuve en el parto."

"También me sorprendió que Luke solo llorara en mis brazos."

Indica Carolina.

Los nuevos padres miran con ternura a su pequeño bebé dormido en medio de la cuna con sus bracitos fuera de la manta y sus puñitos cerrados con fuerza.

"Es tan fuerte como tú, como nosotros."

"No importa lo que haya pasado, ahora todo está bien, somos una nueva familia de tres."

Asevera Paul antes de besar a su amada esposa.

La vida de Paul y Carolina efectivamente dió un giro total pues s ellos dejó de importarles lo que antes les importaba demasiado.

Ahora solo les interesa Luke y nada más.

El tiempo con los bebés vuela, pronto todos ellos tienen más de un mes y los hombres sienten esa necesidad propia de tener intimidad con sus esposas.

Sin embargo sus bellas esposas se sienten inseguras por su aspecto pues el embarazo, como a toda mujer normal, les ha cambiado el cuerpo de forma radical.

Aunque las abuelas les han dado un baño con hierbas para sanar sus cuerpos, sin duda alguna quedan marcas en sus vientres de estrías y alguna flacidez en el abdomen.

En especial el vientre de Elizabeth quien al haber tenido gemelos y cesárea, por más estética que la cicatriz fuera, se siente incómoda mostrando su estómago.

Aunque sus esposos no notan esas pequeñas imperfecciones o les dijeran que eran como cicatrices de guerra que un hombre portaría con orgullo y enseñaría, las chicas no piensan de ese modo.

Por lo que la intimidad fue relegada para cuando ellas se sintieran mejor con sus cuerpos, cosa que frustra un poco a sus esposos porque las encuentan terriblemente encantadoras y deseables.

Y es una tentación casi imposible de soportar cuando dan pecho a sus bebés, algo que les hace agua la boca a ellos.

Pero se controlan pensando que la recompensa después será mayor, mejor y más satisfactoria.

Las abuelas deciden que es hora de que citar a los padres de sus bisnietos por lo que los convocan a todos para su entrenamiento.

Debido a que sus mayores hazañas en este tiempo han sido dormir solo una o dos horas e ir al trabajo, las abuelas saben que deben volver a entrenarlos para que supan cuidar bien de su familia.

James, Dániel, Paul, Edward, Tommy e incluso Ryan acuden puntuales s la cita de las abuelas en la villa de la abuela Freda donde el comandante también esta citado por estricta instrucción de Arana.

Amairani se ha mantenido apartada de las demás chicas porque Arana así lo ha querido.

"Lista Aline?"

Cuestiona la abuela Freda a su amiga

"Lista Freda y tu Arana?"

Cuestiona la abuela Situ a la abuela Arana.

"Lista, esos chiquillos están muy fuera de forma."

"Creo que deberíamos de hacer algo para reactivar su gen combativo."

Indica de forma misteriosa la abuela Situ.

"Tranquila, lo harán, su instinto les ayudara..."

"Con el estímulo correcto."

Declara sonriendo malevolamente la abuela Arana.

***By Liliana Situ***

Valoro mucho tu opinión y voto!

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: El Prohibido Amor de un CEO