El Prohibido Amor de un CEO romance Capítulo 214

Un mes ha pasado.

Un dulce mes para los nuevos padres, que a pesar de disfrutar enormemente de sus recién nacidos, también ha sido un mes de angustia y desvelos.

Algunos bebés duermen bien por las noches.

Otros hacen de la noche una verdadera tortura para sus padres primerizos.

Las rutinas en las diversas casas se han modificado bastante ya que toda la actividad gira en torno a los horarios de los pequeños bebes de casa.

Todas las chicas contrataron ayuda para mantener limpias sus casas, pues quieren dedicarle el mayor tiempo posible a sus bebés.

Para mayor seguridad y tranquilidad de los papás, las abuelas reunen en sus villas a las mamás y sus bebés.

Todas pasan maravillosos días juntas en especial las abuelas quienes siempre acunan a un bebé en brazos.

Las dos abuelas no se cansan de acunar a sus bisnietos dulcemente.

Tim está acompañando a su esposa quien también ha dado luz a su hijo.

La abuela Situ cómo muestra de afecto y cariño para el chico le obsequió una linda casa amueblada a la joven pareja para que vivan felices.

El nacimiento del hijo de Tim propicio que la familia de la chica, quien en contadas ocasiones  la visitaba, se reuniera con ella después de su parto.

Tim y su esposa pasaron una temporada agradable junto con la familia de ella.

El joven Tim, al igual que todos los hombres, disfruta su tiempo como padre primerizo.

Esa mañana como se ha vuelto costumbre las mamás son conducidas en camionetas y autos junto con sus esposos a la villa de la abuela Freda.

Los hombres muy a su pesar deben retomar sus actividades cotidianas y volver a ser los CEOS importantes de sus empresas.

Una a una, las jóvenes y orgullosas madres descienden de sus autos ayudadas por sus esposos antes de entrar a la casa de la abuela Freda quien las recibe encantada.

Los renuentes hombres se despiden  de sus amados retoños y sus adoradas esposas.

Ellos piden alguna cosa a la abuela antes de salir rumbo a su trabajo como cualquier otro padre normal.

A excepción que a estos padres los custodian día y noche sus guardaespaldas privados.

Además que las dos villas de las abuelas estan fuertemente vigiladas por hombres armados.

"Mis niñas, estos bebés cada día están más pesados y grandes!"

"Están creciendo a pasos acelerados!"

Exclama feliz la abuela Freda mientras una enfermera pediátrica termina de tomar el peso y talla de todos los bebés reunidos en la enorme estancia.

Estancia que se había convertido en una enorme guardería bien equipada.

"Abuela Freda solo seguimos tus consejos y nos aseguramos de tomar las infusiones para tener buena nuestra leche materna para nuestros bebés."

Responde Teresse mientras arrulla a su hermoso Ethan quien se ha quedado dormido pues esta satisfecho por lo que ha soltado el pezón de su madre.

"Todas cumplimos al pie de la letra las recomendaciones que nos dan abuelas, pues ustedes son más expertas que nosotras."

"Y agradecemos que nos cuiden tanto."

Agradece Lorelay quien le entrega a la  pequeña Emily a la abuela Situ.

Bebé Emily por fin ha comenzado a abrir sus ojitos mas tiempo cada día y la abuela Situ esta totalmente loca con la hermosa e inteligente beba.

"Las cuidamos porque las amamos, ustedes son nuestra alegría."

"Sus bebés son nuestros más preciados tesoros y debemos cuidarlos lo mejor posible."

Responden alternadamente la abuela Situ y la abuela Freda quienes miran felices a las mamás y bebés.

Algunos bebés lloran, otros duermen, pero todos se encuentran seguros y tranquilos en brazos de sus madres.

"De acuerdo niñas, ya es hora que las abuelas también las cuiden."

"Una por una subirán a la bañera especial para que tomen un baño regenerador."

Indica la abuela Freda.

"Sus cuerpos con el embarazo y parto sufrieron grandes cambios por lo que ya es hora que recuperen su fuerza y vitalidad perdidas."

"En especial tú mi querida niña Elizabeth debido al embarazo de mis adorados angelitos."

Elizabeth se siente amada por las abuelas por lo que asiente mientras que termina de darle pecho a su apegado Erik.

Elizabeth entrega en los brazos a la abuela Freda al satisfecho bebé para que le saque el aire.

Erik llora por un momento al sentirse en otros brazos, pero la abuela Freda recita una especie de hechizo y el bebe Erik deja de llorar.

"La primera en darse el baño será Johana, después llamaremos a las demás una por una."

Indica la abuela Situ, las chicas asienten.

Bebé Cassandra mueve sus puñitos contra el seno de su mamá, Elizabeth acomoda a su hija para que se alimente del seno izquierdo, el favorito de la pequeñita.

Emily regresa a los brazos de su madre antes que la abuela Situ tome en brazos a bebe Sören para que la chica se prepare para su baño.

La abuela Freda conduce a Johana a la bañera la cual esta llena de deliciosa agua templada.

La joven se desnuda con algo de pena pues en su cuerpo se aprecian estrías, algunas más marcadas que otras y flacidez en su estómago.

Sus senos hinchados y sus pezones un poco resecos le apenan, pero la abuela Freda la tranquiliza.

"Mi niña, es normal todos los cambios."

"Todas las madres los tuvimos al estar embarazadas, no hay nada de que avergonzarse."

Esas palabras llenan de amor a la chica.

"Anda, sumérgete en este baño y te prometo que tu cuerpo recuperará más rápido su firmeza y fuerza."

"Recuerda que eres una guardiana y los guardianes siempre deben estar listos para defender a sus protegidos."

Tomando la mano de la chica, la abuela ayuda a la chica a entrar a la bañera.

"En tu caso, Sören ahora es tu protegido."

"Con el tiempo tus dos hijos y tu esposo serán tus únicos protegidos."

"Es por eso que debes de reponer tus fuerzas, comprendes?"

Cuestiona la abuela Freda a la chica quien asiente.

"Además debes curar tu cuerpo de heridas pasadas y sanarte por completo de la bacteria que te invadió."

Johana se estremece al recordar cuando recuerda que esa maligna bacteria estuvo alojada en su cuerpo

De no haber dado a luz ese día, tanto ella como su amado hijo Sören habrían fallecido durante el parto.

"Lo comprendo abuela y agradezco tus cuidados."

"Ser mamá en verdad cambia por completo tus prioridades y tu forma de ver la vida."

Declara la chica disfrutando del delicioso baño de tina.

"Definitivamente si mi niña."

"Y esperamos ustedes entiendan todo lo que las abuelas hacemos."

Johana se relaja pues las variadas hierbas que colocó la abuela Freda precisamente ayudan a que el cuerpo de la joven madre sane el doble de rápido.

Terminado el tiempo del baño de Johana, la abuela Freda la pide que salga para que se seque y cambie en la habitación contigua.

La abuela le recuerda que debe usar la faja especial.

Johana asiente antes de ponerse de pie para salir de la tina.

Cuando se envuelve en una gran toalla, la chica se siente increíblemente mejor.

La abuela Freda llama a otra chica después de vaciar la tina, llenarla nuevamente con agua caliente y colocar nuevas hierbas.

Elizabeth fue la siguiente en entrar a la tina dejando al cuidado de las chicas a los gemelos quienes duermen profundamente.

Una a una las chicas subieron a darse el baño de tina mientras las demás madres platican de su vida y actividades con los bebés.

Todas charlan acerca de los constantes cambios de ropa a sus bebés, los lindos eructos, sus desvelos por las noches y el reflujo de la leche materna.

Varias enfermeras pediátricas ayudan en todo momento a las madres, las chicas confían en ellas.

Las enfermeras ayudan en todo momento incluso a las más pequeñas cosas.

Todas las chicas se sienten renovadas después del baño especial.

Para cuando todas las jóvenes madres estuvieron bañadas, fajadas y cambiadas el reloj marca más de las cuatro de la tarde.

"Muy bien, es hora de que comamos juntas."

"Sus esposos no tardarán en regresar por ustedes."

"Mañana las esperamos en la villa Situ a primera hora de la mañana niñas."

Exclaman las abuelas alternadamente hacía sus amadas nietas.

Thomas informa que comida esta servida por lo que las chicas dejan a cargo de las enfermeras a los pequeños dormidos.

Reunidas todas en la mesa del comedor disfrutan ese tiempo juntas por lo que pronto la comida está llena de risas y pláticas.

"Están en camino?"

Cuestiona la abuela Situ a la abuela Freda cuando las dos fingen revisar a los bebés.

"Todos están en camino, pero sigo opinando que sería mejor si hiciéramos todo esto en el Coliseo Aline."

Responde la abuela Freda.

"Además ellos conocen el Coliseo perfectamente, por lo que considero que es mejor el lugar que hemos acondicionado Freda."

"Esos chicos ya estuvieron de vacaciones demasiado tiempo."

"Es hora de reactivar sus instintos y su fuerza."

Declara la abuela Situ mirando a los bebés.

"Concuerdo contigo Aline aunque sigo pensando que sería mejor lugar el Coliseo."

Sigue pensando la abuela Freda, pero al ver la mirada de la abuela Situ, se rinde.

"Esta bien, quien será el primero?"

Cuestiona la abuela Situ.

"Mi nieto Bruce pues tiene tres hermosas razones para ser el primero."

"Además quiero ver el resultado del entrenamiento que le diste en Dinamarca."

Exclama la abuela Situ.

"Me parece justo Aline, tomaste el elixir del poder?"

Cuestiona la abuela Freda a  a su amiga.

"Si, ese niño no sabrá que le espera."

Responde la abuela Situ con una sonrisa perversa en su rostro.

"En marcha."

Indica la abuela Freda.

En una villa apartada y escondida, el Comandante cae al suelo de nuevo.

No hay tregua para el padre de Alondra quien sigue entrenando día y noche.

Solo de noche, después de tomar un baño especial que le prepara Arana para que sanen sus heridas, se le permite al comandante tener en brazos a su hermosa hija quien siempre lo hace tan feliz.

"Levantate muchacho!"

"Que pasará el día de mañana cuando ataquen por sorpresa a tu esposa y tu hija?"

Vocifera la abuela Arana hacía el hombre.

"Te quedarás en el suelo lamentándote y escupiendo sangre o te levantarás como el hombre y esposo que merece mi hermosa protegida?"

El Comandante se levanta del suelo tomándose con las manos las costillas y se limpió la sangre que le corría libremente por la frente y boca.

"De nuevo."

Tose el comandante su respuesta.

"Lo haré de nuevo, esta vez si lo lograré."

Amairani observa todo el entrenamiento mientras arrulla a su bella hija quien es una mini versión de ella y del Comandante.

En verdad que los antiguos como la abuela Arana tienen una magia poderosa y mística.

La abuela Arana ahora parece más o menos de la edad del Comandante, pero posee el doble de fuerza y velocidad que el hombre.

El entrenamiento de la abuela Arana hacia el padre de Alondra es intenso pues no sabe lo que le depara el futuro.

Por eso es que la abuela es tan estricta con el hombre quien ahora corre para intentar golpear a la poderosa abuela.

Arana observa con calma los movimientos del hombre, por lo que  cuando estuvo cerca de ella le da un codazo en la espalda tan fuerte que el Comandante, de nuevo a morder el suelo.

"Concentrate en el oponente y en leer su lenguaje al momento de atacar."

"No uses tanto la fuerza bruta, usa más tu cerebro niño!"

Declara con voz firme la abuela Arana.

"Si logras tocarme, te daré la tarde libre para que disfrutes de tu preciosa hija y tu esposa."

"Es una buena recompensa, no crees?"

Ofrece la abuela Arana mientras permanece sentada sobre la espalda del Comandante.

El Comandante intenta levantarse para tomar la mano a la abuela Arana sin embargo ella es más rápida, por lo que logra ponerse de pie antes de patear la mano del hombre.

Ignorando el dolor en su mano, el Comandante logra tocar el pie de la abuela.

Relajando su postura, la abuela Arana sonríe antes de dar unas palmadas en el hombro al hombre mientras se pone de cuclillas frente al hombre quien respira trabajosamente en el suelo.

"Vas mejorando hijo."

"Te ganaste la tarde libre, ve con tu esposa."

Amairani se acerca al Comandante quien se levanta de un salto encantado porque tiene la tarde libre con su esposa e hija adorada.

El hombre les envía a ambas un beso a la distancia pues no quiere mancharlas de tierra, sudor y sangre.

Amairani quien tiene a Alondra en brazos acompaña al comandante a  la habitación donde  ya esta lista la tina con hierbas medicinales que ayudaran a su esposo a recuperarse.

La joven madre deja por un momento a su hija al cuidado de la niñera que ha contratado la abuela Arana antes de ir a hablar con ella.

"Y bien?"

Cuestiona la chica a su abuela.

"Va mejorando, pero tenemos que reactivar su instinto protector y nada mejor que ustedes dos para esa tarea."

Responde la abuela Arana.

"Pero él lo sabrá?"

Inquiere Amairani.

"Esto no está sujeto a discusión alguna niña, tu también tendrás el mismo entrenamiento que el comandante."

"Este es el precio que los dos deben pagar por la bendición que les fue otorgada, comprendes?"

Amairani asiente antes de contestar.

"Y en verdad vale mucho la pena pagar por ella Arana."

"Alondra es mi sueño hecho realidad y defenderé a mi amada hija con uñas y dientes."

Declara con firmeza la chica.

"Y lo harás mi niña, ahora ve con tu esposo y relájense."

"Debo proseguir con el negocio."

Amairani obedece s su abuela quien

mira a su protegida desaparecer dentro de la casa.

La abuela se dirige a su despacho para responder una llamada que esperaba.

"Te espero mañana en las coordenadas que te proporcioné ya que necesito poner en regla mis propiedades ocultas."

Indica la abuela.

"De acuerdo Arana, te veré donde acordamos."

La voz que responde del otro lado del auricular trasporta a la abuela Arana  a la época en la que ella fue joven.

"Mañana te volveré a ver."

Piensa la abuela antes de dedicarse a revisar cuentas y pedidos que su gente le entrega.

El negocio de las drogas legales e ilegales es muy lucrativo pero a la vez muy peligroso.

Mientras la abuela Arana sigue haciendo cuentas, las jóvenes madres se despiden de las abuelas siendo Elizabeth y sus gemelos los últimos en quedarse en la casa.

"Mi niña, me gustaría consultarte algo, podrías subir un momento a ayudar a esta anciana?"

Pide la abuela Freda a la joven madre quien asiente mientras deja en manos de la abuela Situ a los gemelos.

Bruce entra a la casa de su abuela, el hombre saluda primero a la abuela Situ.

"Tu esposa bajará en un segundo, ven quiero pedirte un favor mi nieto."

Bruce acaricia y besa a sus amados hijos por igual, aunque besa con más amor a su hermosa Cassandra antes de acompañar a la abuela Situ afuera.

La abuela Situ lleva a Bruce a un área apartada la cual parece estar en reparación.

De pronto Bruce siente un piquete lo en el cuello, la droga alucinógena hace su efecto rápidamente.

Bruce no sabe cómo llegó a una zona de guerra y lo peor es que puede escuchar a su esposa e hijos llorar.

"Se que ahora son tu mayor debilidad y si te mato podré coronarme como Rey del inframundo."

"Además tu esposa me servirá como sirvienta en mi casa y puta en mi cama."

El hombre que habla frente a Bruce se burla de forma siniestra mientras sostiene a un bebé que no deja de llorar.

"Creo que asesinare a tu adorada hija ahora mismo."

Bruce intenta levantarse de su lugar, pero no puede al estar atado de pies y manos por lo que lucha para librarse de sus ataduras.

"Cassandra!"

"Espera bebé, papá va a salvarte nena!"

Grita Bruce con apremio.

"Ja, tienes demasiada confianza en ti maldito bastardo, pero ni siquiera puedes ponerte de pie!"

"Despídete de tu adorada hijita!"

Los llantos de la bebé se intensifican, Bruce puede sentir fluir la testosterona y adrenalina en su torrente sanguíneo.

Rompiendo las ataduras de un salto se pone de pie Bruce antes de correr hasta donde esta el hombre quien tiene a su hija.

"No sabes con quien te estas metiendo cabrón hijo de puta!"

"Date por muerto por haberte atrevido a poner tus asquerosas manos en el cuerpecito de mi hija!"

Vocifera furioso Bruce.

"Obligame Bruce, o debería decir Máscara de bronce?"

El hombre enemigo se mueve agilmente esquivando todos los ataques que un enfurecido Bruce lanza.

"Eso es todo lo que puedes hacer bastardo?"

"No eres más que un patético pedazo de mierda y no mereces llamarte rey del inframundo!"

Grita el hombre enemigo.

"Bruce ayudanos por favor, auxilio!"

Suplica Elizabeth.

"Elizabeth, Erik, enseguida los salvaré!"

Exclama Bruce.

"Tu salvarlos?"

"No me hagas reir!"

"No me has tocado y mucho menos has salvado a esta niña que tengo en brazos."

Se burla el hombre de Bruce.

"Sus vidas son mías, yo reclamo tu trono y tu mujer!"

Enfurecido por esas palabras, Bruce enfoca su fuerza para derribar al bastardo sin dañar a su hija en el proceso.

"Eso quisieras hijo de puta, te desollaré vivo en el Coliseo!"

Bruce ataca las piernas del hombre una de ellas hace que el hombre caiga de rodillas, Bruce arrebata de los brazos a su amada niña.

Bruce corre para desatar a su esposa quien esta atada.

A su lado Erik llora también, por lo que Bruce entrega a Cassandra a su esposa.

"Huye mi amor, mataré al tipo y los buscaré!"

Elizabeth asiente tomando a ambos bebes en brazos antes de levantarse y correr.

El hombre lanza un puñetazo a Bruce quien termina en el suelo, la batalla es muy desigual.

"Estas jodido."

Se burla el hombre.

El enfurecido padre regresa al ataque hasta que logra tirar al hombre al  suelo.

"Vaya, veo que has recuperado tu instinto asesino."

"Bien jugado joven."

Bruce se sienta en el suelo pues los efectos de la droga alucinógena estaban pasando.

La verdadera Elizabeth presenció todo desde la ventana junto con la abuela Freda.

La chica consuela a su hijos porque en un momento lloraron para que la representación fuera más real.

La abuela Situ junto con uno de sus elementos más cercanos son ayudados   por Thomas y una enfermera pediátrica para levantarse del suelo.

Los dos atacaron a Bruce y a los dos los había derrotado el chico.

"Vamos Elizabeth, tu esposo no sabrá que pasó."

"Es vital que le hagas creer que tuvo un enfrentamiento antes de llegar por ustedes, comprendes mi niña?"

Indica la abuela Freda.

"Si abuela Freda, pero esto es necesario?"

Cuestiona la chica.

"Ustedes como su familia siempre estarán en la mira de personas que querrán hacerles daño."

"Por eso tu también deberás entrenar."

"Pero en tu caso, el entrenamiento será en armas de fuego."

Declara con seguridad la abuela Freda.

***By Liliana Situ***

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