El Prohibido Amor de un CEO romance Capítulo 62

Emily había despertado más temprano por la mañana, después pasar la noche en la cama con Edward.

Se apresuró a darse una ducha para alistarse.

La niña debía ir al trabajo y entonces ella recordó.

Mandó un mensaje para Dániel.

"Dániel, llegaré directamente al lugar del proyecto, te veré allá de acuerdo?"

Dániel contestó.

"Emily, todo en orden?"

"Si, claro, te veré más tarde de acuerdo?"

Respondió la niña.

"Está bien Emily."

Contestó Dániel.

El chico se quedó mirando su celular pensando si debía poner el "te quiero" al final de la oración o no...

No quería que Emily lo alejara.

Ayer la había besado finalmente.

El beso hizo florecer ese amor lindo que sentía por esa niña hermosa que se metía en su mente, en sus sueños y que se estaba metiendo lentamente en su alma.

Tommy salió del cuarto con una limpia y dócil Teresse.

Hoy era el día en que ella regresaria con los Black para iniciar el contraespionaje.

"Seguro que ella lo hará bien?"

Cuestionó Dániel con severas dudas.

"Muy seguro Dániel."

"Teresse?"

Murmuró Tommy.

La chica asintió antes de de responder.

"Seré fiel a Tommy, cumpliré mis deberes y regresaré cuando tenga algo importante en mis manos."

Respondió con firmeza la chica.

Después de un rápido beso en los labios de Tommy, Teresse abrió la puerta y se fue.

Ambos la vieron cerrar la puerta detrás de ella.

Dániel miró a Tommy con incredulidad.

"Y si nos delata?"

Preguntó Dániel.

"No lo hará, te lo garantizo."

"Ahora quieres saber algo más de tu Emily?"

Inquirió Tommy hacía Dániel quien afirmó.

"Encontré a su primo en esta ciudad, pero hay demasiados hombres con ese nombre."

"Dániel, algunos de los miembros de su familia dirigen operaciones clandestinas."

"Aún debo averiguar más."

"Ella puede ser alguien importante."

Aseveró Tommy caminando a la cocina para preparar su desayuno.

"A quien estás mandando mensajes?"

Edward detrás de Emily le dió el susto de su vida por lo que casi tira el celular al suelo.

"A nadie, nos vamos?"

Preguntó Emily entre nerviosa y asustada.

Edward la miró intrigado, pero no dijo más.

La examinó a detalle y decidió que debería comprarle más ropa adecuada.

"Si, vámonos ya."

Respondió Edward.

"Recuerda que hoy te llevarán de comer y no puedes rechazar la comida, entendiste?"

Sentenció Edward.

"De acuerdo."

"Yo vendré todas las tardes después del trabajo para poder terminar de diseñar el departamento."

Afirmó Emily algo triste al recordar que Edward soñaba con su futuro bebé que tendría con Shirley.

Su prometida y futura esposa.

"Nunca más debo de enredarme con este hombre de nuevo."

"Su prometida ya está embarazada, por lo que no puedo ser su amante."

"No, nunca más."

Pensó con decisión Emily mientras Edward la observaba en silencio.

El Aston Martin que ya conocía Emily se estacionó frente a la entrada de los lujosos departamentos.

El chófer les abrió la puerta del auto.

Emily apoyada por Edward entró al auto y él entró del otro lado.

Dániel la esperaba dentro de aquella casa ayudando a Cinthia, la nueva chica del equipo que suplía a un chico que había pedido licencia por enfermedad.

Cinthia estaba total y perdidamente enamorada de Dániel y le había rogado de rodillas al señor Carl para poder tomar el lugar del enfermo.

Cuando lo logró, supo que tendría una oportunidad de oro para pasar todo el día con Dániel.

Sin importarle que él estuviera interesado en Emily.

Ella envidiaba secretamente a Emily, desde la fiesta de la empresa cuando ella había llegado de la mano del guapísimo Dorian.

Se veían tan lindos juntos y ahora Dániel había aparecido.

Y también Emily lo acaparaba.

No era justo!

"Dániel, podrías ayudarme a colocar está estantería por favor?"

"Pesa demasiado para mi."

Rogó en tono dulce la niña.

Dániel no se pudo negar, por lo que le ayudó.

"Por la noche quiero que estés en Golden Osmanthus, enviaré el auto por ti."

Ordenó Edward antes de que Emily saliera del auto.

La detuvo un instante para darle un rápido beso tomándola de la barbilla.

Emily descendió del auto esperando que nadie la viera antes de entrar a la casa.

La niña se puso a trabajar para poder olvidar todo.

Sobretodo quería terminar de diseñar el departamento de Edward.

"Quien es Emily Mu?"

Preguntó un mensajero de la compañía.

Todos miraron a Emily.

Dániel se acercó al repartidor y le quitó las cosas de las manos antes de dárselas a una apenada Emily.

"Firme aquí, vendré en unas horas."

Comentó el repartidor y se fue dejando a todo el mundo anonadado.

"Porque le trae comida a ella el mensajero de la empresa?"

"Acaso por ser líder de este proyecto se le dan más privilegios a Emily?"

Todos murmuraba.

Al escucharlos, Dániel volteó a ver a todos con ojos de pocos amigos, por lo que todos guardaron silencio.

"De hecho, está comida es para compartir, acerquense!"

"Todos podemos comer, es demasiado para mí!"

Comentó Emily feliz sacando platos y cucharas desechables de las bolsas.

Pronto todos tomaron algo del delicioso desayuno.

"Bien manejado."

Dániel le susurró a la niña cuando nadie los veía.

El joven llevó a Emily a una habitación vacía para abrazarla

"Te extrañé."

Pensó Dániel.

El chico buscó la pequeña boca de fresa de la niña, pero en ese preciso momento sonó el celular de Emily.

"We're falling in and out."

"We're Falling in and out."

(Caemos en lo inconsciente, caemos en lo inconsciente.)

"Maggie, hola!"

"Que.. que?"

Respondió Emily en brazos de Dániel.

Él la volteó y la abrazó por detrás para poder oler su cabello y besar sus mejillas.

"Emily, me voy de emergencia en unas horas."

"Necesito verte en este momento."

"Se que estás trabajando pero, puedes venir a la galería de James?"

Rogó de forma imperativa Maggie, quien veía a James hablar con alguien.

El joven elevaba el tono de su voz más y más con auténtico enfado.

"Está bien, avisaré y llegaré en un momento..m"

"De acuerdo ya voy!"

Emily terminó la llamada y sujetó a Dániel por los brazos.

"Dániel, debo irme por unos minutos."

"Podrías cubrirme?"

Cuestionó la niña algo nerviosa tratando de zafarse del abrazo de Dániel.

Dániel la miró y está vez si tuvo éxito al besarla.

Tomando su carita entre sus manos impidió que la bella niña alejara.

Suspirando y a regañadientes, Dániel dejó de besarla.

"Iré contigo, no te dejaré ir sola a donde vayas."

Respondió Dániel caminando a dónde estaban todos antes de dar instrucciones.

Ambos salieron rápidamente en el auto de Dániel.

"Porque se irá de repente Maggie?"

Se preguntaba Emily preocupada pues su vida era su trabajo en la editorial.

James había terminado de discutir por teléfono con su padre adoptivo al decirle que Maggie lo acompañaría y no la dejaría atrás.

No había sido una conversación placentera pero su padre pudo entender sus razones.

Él mismo había querido proteger a la madre de James pero al final no pudo.

El sonido del timbre de la galería hizo que ambos se sobresaltaron.

Maggie caminó a la puerta.

Emily y un chico esperaban en la puerta.

Maggie los dejó entrar.

Emily le pidió a Dániel que la esperara un momento sentado en un sofá individual.

Por pura casualidad James se asomó y vió a Dániel sentado en la recepción.

"Que bueno que pudiste venir, no me avisaron que estabas aquí."

Comentó James estrechandole la mano a Dániel muy agradecido.

"Vamos, hablemos en mi despacho."

Pidió James.

Dániel asintió mirando hacía dónde Emily se había ido.

"Maggie que pasa?"

"Porque te vas con tanta prisa"

Inquirió Emily.

"Emily, me voy con James a casa de su padre."

"Emily no se cuándo regresaré."

Declaró tristemente Maggie.

"Toma las llaves de nuestro departamento."

"Emily debes saber algo importante ahora mismo."

"Cuando regresé, Ryan compró ese departamento para ti."

Se sinceró Maggie con Emily.

"Me pidió que nunca te dijera, pero ahora que está comprometido con Flora no encuentro razón para seguir ocultandote eso."

El semblante de Maggie se puso serio.

"Emily, quiero que sepas que siempre serás mi mejor amiga."

"Cuídate de ese bastardo de Edward Situ."

"Alejate de él lo más posible."

"Emily, te quiero mucho amiga."

Maggie caminó hasta la niña para abrazarla fuertemente.

Emily sintió miedo y tristeza por las palabras de su amiga querida.

Parecía que su amiga se despedía para siempre y jamás volvería a verla.

"Maggie, porque?"

"Pero no podré mandarte mensaje o hablarte por celular?"

"No entiendo, tu vida está aquí, la editorial..."

Comenta Emily intentando reprimir sus lágrimas.

"Mis prioridades cambiaron."

"Quiero estar con James siempre."

"Lo amo Emily y no puedo vivir sin él."

Las palabras llenas de amor y convicción dejaron sin habla a Emily.

Maggie amaba a James.

Ella jamás dijo que amaba a su ex novio y ahora sentía amor por James.

Resignada, Emily le devolvió el abrazo, besando la mejilla de su amiga, Emily contestó.

"Cuídate tu también."

"Si algo malo pasa llámame, iré por ti a dónde estés."

La abuela veía por primera vez la verdadera naturaleza egoísta, maniaca y desquiciada de Shirley.

Ella adivinaba que debajo de esa falsa careta de amabilidad y ternura combinada con complacencia se escondía una bruja altanera con las peores intenciones.

Y la abuela siempre acertaba.

"Tengo una proposición que hacerte Shirley e involucra más dinero del que ustedes invirtieron."

"Además de un posible título de nobleza en Dinamarca, les interesa?"

Preguntó la abuela después de un breve momento de silencio.

Ambos Leng asintieron.

"Título de nobleza."

Fue lo único que pensaron padre e hija, cortados por la misma avariciosa tijera.

Emily no quiso contarle a Dániel porque estaba triste, solo le pidió tiempo para comprender lo que su amiga le había dicho.

Además que ella no quería llorar frente a su equipo.

Cuando llegaron a la casa del proyecto, la niña se puso sus audífonos y se encerró en un cuarto con una mesa a dibujar y dibujar.

Cinthia no perdió el tiempo e invitó a Dániel a comer con las demás personas del equipo.

El chico aceptó de mala gana, pero quería respetar a Emily.

Sabía que después ella le contaría que le pasaba.

Dániel no quería forzarla a nada.

Emily se mordía con fuerza el labio inferior tratando de reprimir los sollozos y lágrimas.

Poco a poco se fue hincando hasta hacerse ovillo debajo de la mesa.

Su celular vibró y ella contestó.

"Hola?"

Dijo con voz entrecortada.

"Señorita Emily Mu?"

Preguntó una voz familiar.

Ella trató de recordar dónde la había escuchado...

"Si, perdón no se quién me llama."

"Niña, ya no te acuerdas de mí?"

Preguntó la señora del otro lado de la línea.

"Usted, es la abuela de Edward?"

Preguntó Emily aclarandose la garganta mientras se levantaba del suelo.

"Si niña, se que estás ocupada, pero quisiera que vinieras a la casa a comer conmigo."

"Esta anciana está tan sola sin sus nietos."

Pidió la abuela Situ de forma amable.

"Yo?"

"Pero..."

Murmuró Emily incrédula

"Porque en este momento?"

Pensó para si misma la niña.

"Niña, mis nietos están demasiado ocupados."

"Además quiero saber el avance de tu padre y su nuevo corazón."

"Vendrás verdad?"

Afirmo la abuela.

"Si, pero no sé dónde vive abuela Siru."

"Yo no tengo auto."

Respondió Emily.

La abuela se rió.

"Sal a la calle, mi chófer te espera."

"Trae tus cosas, quiero ver el cuarto del bebé."

Comentó la abuela.

"No tardes."

Fue lo último que dijo la abuela Situ antes de colgar.

Emily miró la pantalla un segundo y con pesadez tomó sus cosas.

Escribió una nota rápida para su equipo y para Dániel avisando que tenía que salir y regresaría para afinar detalles.

Efectivamente, cuando salió a la calle otro Aston Martin más antiguo y bello la esperaba.

El chófer de la abuela la saludó amablemente y le abrió la puerta para que subiera.

Pronto estuvieron en camino a la casa de la abuela Situ.

"Porque querrá verme ahora su abuela?"

"Acaso Edward le dijo que estoy diseñando la habitación para su futuro hijo?"

Los pensamientos de Emily la inundaron.

Se volvían más y más sombríos, al grado de pensar que tal vez la llamaban a la villa donde seguramente Shirley estaria ahí para reírse de ella.

Incluso la abuela de Edward sabía lo que le había hecho en ese entonces.

Resignada, Emily quiso que el tiempo pasara rápido y salir de esa situación.

Ella aún estaba demasiado triste por la repentina partida de Maggie.

Jugando con las llaves del departamento donde ambas habían vivido un tiempo, la niña meditó.

"Ryan lo compró para mí en ese entonces?"

"Será mejor que hable con él a solas."

"No quiero que Flora se molesté con mi futuro cuñado."

Pronto Emily sería tía de un hermoso bebé producto del amor de ellos dos, sus personas favoritas y más preciadas.

Además la boda estaba próxima.

Ese sería un evento intimo y familiar.

Un bache en el camino hizo que la bolsa de Emily cayera al suelo del auto y todo su contenido se vaciara.

Recogió todo a toda prisa, pero al estar agachada en esa posición, Emily se mareó un poco.

Su estómago protestó pues en la mañana no había comido y había recibido una noticia terrible y devastadora.

En su espejo se vió algo pálida y triste.

"Ya casi llegamos señorita, no se preocupe."

Comentó el chófer al ver a la niña.

Emily se quedó maravillada de la entrada de la casa de la abuela.

Era hermosa, amplia, con árboles y vegetación, flores y lámparas.

Todo era de muy buen gusto y era solo la entrada.

Sentada debajo una sombrilla, tomando un té fragante, la abuela vió entrar el auto que transportaba a su futura nieta embarazada.

"Ahora, arreglaré otro lío de ese tonto mocoso."

Pensó la abuela Situ antes de levantarse de su asiento.

Esbozando su mejor sonrisa se preparó para recibir a Emily.

***By Liliana Situ****

Valoro mucho tu opinión.

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