El santo millonario romance Capítulo 5

Donovan Bristol

—Señor Bristol que bueno que ha llegado a su consulta, —la médica me da la mano en forma de saludo y la tomó para luego tomar asiento.

—Últimamente tengo mi agenda llena, —anuncio a lo que ella asiente.

—Pero igual debe poner como prioridad su condición, —hago una mueca pero sé que ella tiene razón. —Lo cite porque le estaré cambiando su medicamento, —anuncia.

—¿Por qué motivo?

—Como le comente estos medicamentos suelen tener efectos secundarios, —asiento recordando cuando lo dijo. —El que lleva ha disminuido su conteo de esperma según el análisis que le hicieron, —alzo mis cejas.

—¿Entonces quedare estéril? —Niega.

—Su producción disminuyo, pero eso no implica que quedara estéril pero si sigue con el medicamento que lleva puede quedarlo dentro de varios años más, —nunca me he imaginado con hijos a mi lado. Tengo treinta y un año, no me relaciono sexualmente con mujeres por lo que no se si quiera tenerlos, es un tema que no he debatido conmigo mismo.

—Comprendo, —mascullo.

—Este que le indicare tiene sus efectos también, —escribe la recepta y me la entrega.

—¿Cómo cuáles?

—Excitación, sueño, falta de apetito, entre otros. Siempre funciona diferente en los paciente, —lo que menos quiero son los dos últimos y el primero supongo con una ducha de agua fría puede resolverse.

—¿Algo más? —Niega, me pongo de pie y me despido de ella.

En el camino a mi apartamento hago parada en una farmacia para comprar lo indicado. Estando en mi hogar me quedo en bóxer y preparo algo para cenar, reviso mi teléfono encontrando mensajes de mi madre, ruedo los ojos ya que no se cansa, no estoy interesado en hablar con ella. Su vida de lujo seguirá junto a su esposo e hijastro, son dos zánganos y solo saben derrochar dinero en cosas caras, pero me vale poco mientras se mantengan lejos de la empresa de mi difunto padre. El timbre de mi casa me saca de mis pensamientos, frunzo mi ceño sin entender quién viene a esta hora, pero recuerdo que debe ser Alexandro, camino a esta y abro sin importarme mucho estar en ropa interior, me quedo de piedra al ver que es el mismo Alex y lo malo es que viene en compañía de dos mujeres.

—Oh… Donovan, —saluda y entra como perro por su casa junto a su dos acompañante que no disimularon ni un segundo al mirar mi cuerpo «Juro que lo matare» cierro la puerta y camino hacia mi habitación para poder colocarme un pantalón de chándal y una musculosa. Cuando regreso a la sala ya Alexandro tiene una botella de vino y varias copas servidas, siento mi ojo izquierdo tener un tic nervioso, inhalo y exhalo para calmarme.

—Alexandro, —lo llamo mirándolo sin expresión alguna, camina hasta mi y me pasa la copa que tomó a regañadientes. —¿Me puedes explicar que es todo esto? —Atrapo el puente de mi nariz con mi dedo indicie y pulgar mientras picoteo mi pies en el suelo.

—Venga no te enojes, solo quiero que te diviertas un poco. —Ruedo los ojos.

—Te estás pasando, Alexandro. Sabes bien que odio que otras personas invadan mi espacio, —hace una mueca.

—Lo siento mucho, pero ya estoy aquí y tengo dos bombones conmigo, por cierto la rubia es para ti, —mira a las chicas y le guiña un ojo.

—No quiero absolutamente nada. Solo quiero que te vayas de mi apartamento, —mascullo tensionando mi quijada conteniendo mis impulsos de querer echarlos a patada de mi casa.

—Eres un agua fiesta, —reprocha, —Solo toma una copa conmigo y me voy ¿Sí? —suspiro.

—Bien, —refunfuño para beber de mi copa, camino hasta un sofá individual tratando de ignorar todo a mí alrededor. Escucho en silencio los chiste de Alexandro y me recuerda mucho a cuando éramos unos adolescente, él siempre fue el de las citas y salidas con chicas, yo por mi parte era el raro nerd con frenos que nadie se acercaba hasta que entre a la universidad y cambie mi apariencia, pero ya mi prioridad no era estar con mujeres sino terminar de estudiar y conseguir mi título universitario antes de que mi padre fuera consumido por el cáncer.

—¿Por qué tan callado? —Miro a la chica que me sonríe.

—No tengo nada que comentar, —contexto serio.

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