El secreto del bebé adorable romance Capítulo 16

Marina había estado tan ocupada en el trabajo toda la mañana que se había olvidado del incidente de la mañana. Ya no había visto a Paulina ni a Saúl después de eso. Pensó que la pareja se había ido.

Esa tarde, aunque Rita le había pedido que se uniera a ellos para almorzar, no lo hizo. En vez de eso, fue al baño. Pero de manera inesperada, cuando salió del baño, vio a Paulina de pie junto al tocador mientras retocaba su maquillaje. Por un momento, Marina quedó aturdida. Su rostro se oscureció mientras caminaba muy lento para lavarse las manos. Las dos estaban una al lado de la otra. Paulina midió con la mirada a Marina por el espejo y sonrió con sarcasmo.

-Hola, mi maravillosa hermana. Nos encontramos de nuevo. —Marina ignoró a Paulina como si nadie más estuviera en el baño excepto ella misma. A Paulina no le importó en absoluto y siguió-. Han pasado cinco años y no hemos tenido noticias de ti en absoluto. Pensé que te había pasado algo. Veo que te has estado escondiendo en esta pequeña compañía. Aw, hermana Marina... No has cambiado en absoluto. ¡Sigues siendo tan aborrecible! -Dicho eso, soltó una risa cínica.

Marina se mostró disgustada.

-No somos tan cercanas. De hecho, mi madre sólo tuvo una hija. No recuerdo que haya dado a luz a una bastarda.

Al oír la palabra «bastarda», Paulina, que en un inicio se sentía alta y poderosa, se puso fría. Su rostro se oscureció:

—¿A quién llamas bastarda? Quien me responda será la bastarda.

Marina cerró el grifo y sacudió el agua de sus manos con orgullo, luego miró directamente a los ojos de Paulina.

—Paulina, ha pasado un tiempo desde la última vez que nos vimos, y todavía estás tan nerviosa como una pulga que salta arriba y abajo. Tan irritante.

Paulina estaba enfurecida. Odiaba ser referida como una bastarda. Cada vez que escuchaba eso, sentía como si la gente se riera de ella por haber nacido fuera del matrimonio. Ahora Marina no sólo la había llamado así, ¡incluso la refirió como una pulga irritante!

-P*uta, ¿quién eres tú para llamarme bastarda? Soy mucho mejor que tú que dio a luz a un bastardo y dejó al niño. -Paulina insultó venenosamente con intenciones de provocar a Marina.

Marina fue provocada, en efecto. Apretó el puño y los dientes.

-¿Qué acabas de decir? ¡Te reto a repetirlo!

Como obligada, Paulina dijo con frialdad:

—¿Y si lo repitiera? ¿Dije algo malo? Te habías convertido en una sustituía por el dinero. ¡Fuiste tan barata y desvergonzada! Has deshonrado a toda la familia Campos. No me extraña que papá y Saúl ya no te quieran. Si tu madre habría sabido esto... ¿Quién sabe? Tal vez ella hubiera deseado mejor estar muerta a tener que sentirse avergonzada por tu culpa...

Cuanto más hablaba Paulina, más emocionada estaba.

Terminó diciendo todo tipo de tonterías a Marina.

Marina estaba enojada. Ya no podía contener la ira que estaba reprimiendo. Levantó las manos y abofeteó a Paulina tan fuerte como pudo. «¡Pafl», se podía oír una fuerte bofetada resonando a través del inodoro. La cara de Paulina se volvió hacia un lado debido a la fuerza de la bofetada. Había una marca de palma rojiza impresa en su cara clara y se hinchó un poco al instante. Miró a Marina con incredulidad. Le tomó bastante tiempo finalmente reaccionar. Ella le gritó con saña:

-¡Marina!, ¡cómo te atreves a golpearme!

En ese momento, Marina la abofeteó de nuevo con todo su poderío.

-¡Por supuesto que me atrevo a abofetearte! Paulina, terminé así por tu culpa. ¿Cómo te atreves a reírte de mi miseria? ¡Déjame decirte esto! ¡Te lo mereces! —Dicho eso, Marina salió del baño sin mirarla de nuevo.

Paulina no dejaría que las cosas se le resbalaran tan fácil.

Ella la persiguió y gritó:

-¡¡¡Marina!!!

Ella la ignoró por completo.

En ese momento, vio a Saúl que estaba esperando afuera. Al igual que en el pasado, este hombre era afable y guapo. Se sorprendió cuando vio a Marina, pero poco después, cuando vio la marca de mano en la cara de Paulina, su rostro se oscureció.

-Paulina. ¿Qué te pasó?

Paulina de inmediato ocultó su maldad cuando vio a Saúl, y aparentó ser débil y lamentable mientras fingía quebrarse.

-Saúl...

—Tu cara... —Saúl vio sus mejillas hinchadas y se sorprendió. Reprendió a Marina con ira-: ¡Marina!

Ella se dio la vuelta con frialdad y lo miró.

-¿Y qué?

Saúl frunció el ceño hacia Marina, sin siquiera preguntar qué había pasado con exactitud.

Capítulo 16 1

Capítulo 16 2

Verify captcha to read the content.Verifica el captcha para leer el contenido

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: El secreto del bebé adorable