El Socio de mi padre romance Capítulo 24

Amaia Domínguez García

León, Guanajuato, México

En ese momento, tocaron la puerta, salí de la recámara y fui a ver quién era, y al abrirla era Axel; en la torre pensé dentro de mí. Él ya estaba muy guapo e impecablemente arreglado para ir con su cliente, él nunca me decepcionaba.

–Hola, cariño ¿Puedo pasar? He venido por Ale – Se me acercó demasiado provocando un escalofrío que me recorrió toda – Te ves muy bien, para la borrachera que cogieron anoche ustedes dos.

–Hola, amor – Lo besé rápido y él me correspondió encantado el beso – Ale no podrá ir, se siente muy mal.

–Amaia – Gritó Ale, haciendo que nos separáramos del segundo beso – Tráeme algo, quiero devolver.

Le llevé una cubeta de las de trapear, en ese momento era lo más práctico y ella hizo lo propio, sin darse cuenta de que Axel, estaba ahí viendo todo lo que pasaba con ella.

–Qué bonita se ve mi socia – Axel se reía – Pero anoche, ustedes dos querían acabar con todo el vino de la fiesta.

Bueno yo tenía un motivo para hacerlo, verlo con su mujer me puso muy mal, y me quise tomar todo el alcohol, como lo había dicho él, de mi hermana no tenía idea de por qué lo había hecho.

–Axel, lo siento, pero tendrás que ir solo con el cliente – Se disculpaba Ale – Le pedía a Amaia que te avisara y veo que no lo hizo.

Ella, como estaba tan mal, ni cuenta, se dio que no me había dado tiempo de hacer la llamada. Pues el timbre sonó antes de que lo hiciera.

–Iba a llamarle Ale, pero cuando iba a hacerlo Axel ya se había adelantado llegando aquí. Lo siento mucho, pero los dejo, yo tengo que irme al Tec.

Ya tenía el tiempo justo y no me iba a quedar a ver en qué acaba todo esto, así que tomé mi mochila con todas mis cosas y me disponía a salir.

–No Amaia, ningún, los dejo tienes que ayudarme – Suplicaba Ale – Ve con Axel y súpleme con el cliente, mi papá me matará si no llego a la junta.

Ella sabía que yo no podía faltar a mis clases, no me podía dar el lujo de dejar todo por un día, además podían buscar a otra persona, no necesariamente tenía que ser yo.

–Ale no puedo y lo siento. Tengo que ir al Tec, tengo que entregar un trabajo y ya sabes que no puedo perder mi beca. En serio quisiera ayudarte – Me lamenté – Mejor llama a mi papá para que él vaya con Axel o cambien de fecha la junta.

–Eso no se puede Amaia, si no me presento vamos a perder esto – Ale rompió en llanto – No me puedo ni poner en pie, me siento fatal y la junta es en media hora.

Era razonable, como era la mejor alumna, casi nunca faltaba y cuando lo hacía, entregaba mis tareas y cualquier cosa me ponía al corriente, podía hacer un arreglo con Luis Miguel, así como lo acaba de sugerir mi hermana.

–Sí, Amaia – Me pidió Axel desarmándome con su mirada – Si Ale no va, te necesito porque el cliente cuenta con que ambos vayamos, por favor acompáñame. Tu padre se pondrá furioso con Ale.

Bueno, peo solo por esta vez lo haría, que esto no se volviera costumbre, haría esa llamada y me pondría de acuerdo con mi amigo.

–Denme un momento, para arreglar lo de mi trabajo y lo de mis clases – Les pedí a ambos.

Llamé rápido a Luis Miguel y arreglé que pasara aquí con Ale por el trabajo y por mis tareas y después de arreglar todo, me despedí de Ale y salí con Axel para irnos a la junta con el cliente, teníamos el tiempo justo para hacerlo, a unas cuadras de llegar a la junta, Axel se detuvo lo que, en ese momento, me cayó de raro.

–Amaia cariño, te amo y no quiero que me castigues sin tus besos, no me hagas sufrir más – Me dijo al oído – Sabes que me encantas, Amaia.

–Tú me encantas a mí, Axel. – Dije sonriente.

Nos miramos con deseo y nos perdimos regalándonos dulces y apasionados besos, hasta que tuvimos que parar, para irnos a la junta. No tenía caso que hubiera perdido de ir al Tec para que además de todo, le quedáramos mal al cliente. Solo esperaba que, no hubiera problema con la ausencia de Ale.

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