El Socio de mi padre romance Capítulo 28

Amaia Domínguez García

León, Guanajuato, México

Pasaron 3 desesperantes horas más y por fin un doctor, salió con camino a la sala de espera. Axel y yo, nos pusimos de pie para escuchar lo que él tenía que decir.

– ¿Los familiares de Elisa Vega Lazcano? Supongo que son ustedes – Nos abordó.

–Sí, yo soy su hermano – Contestó Axel – Dígame, por favor ¿Cómo está mi hermana?

–La situación es muy delicada y lamento ser el portador de malas noticias. La arritmia que padece, es muy severa y tuvo un ataque muy serio – Explicaba el doctor – Ella aún no ha podido recobrar la conciencia y hemos hecho todo desde que llegó al hospital para estabilizarla. No podemos mantener estable su presión y en un descenso brusco podemos perderla.

–No lo puedo creer – Axel se llevó las manos a la cara – Y usted, viene a decírmelo así tan tranquilo. No doctor, tiene que moverse, consiga al mejor cardiólogo, al mejor especialista para mi hermana. El dinero no es un problema, pero no se quede aquí sin hacer nada.

Axel se puso peor de lo que estaba, esa noticia lo alteró demasiado, estaba segura de que los doctores estaban haciendo todo lo humanamente posible, si ella tiene un problema en el corazón, se debió atender con antelación, lo que sospechaba Axel, era cierto, Elisa, tenía un problema cardiaco.

–Señor Vega, mi equipo y yo somos de los mejores cardiólogos, no solo de este hospital, de esta ciudad y le pido de la manera más atenta que se calme, no son modos de referirse a mí y no me trate como que no quiero salvar a su hermana – Rebatió el doctor – Le sugiero que, por la gravedad, que presenta la paciente, les llame a sus familiares para que vengan a verla, no sabemos si podrá salir de este grave estado.

El doctor no estaba actuando de mala manera, simplemente tenía que ponerlo sobre aviso, porque no creo que se pudiera disfrazar una noticia como esa, no había otra forma de decirlo, tampoco le podía suavizar el estado de su hermana.

–De acuerdo, le llamaré a mi madre – Dijo Axel – Lamento mucho como le hablé, doctor, pero es que debe entender al menos un poco de mi desesperación ¿Podemos ver a mi hermana?

–De momento no, ella está en terapia intermedia, se le está administrando oxígeno y está muy delicada. Si no reacciona por ella misma, tendremos que intubarla – Informaba el doctor.

Esperaba que Elisa, mejorara, tenía que reaccionar para que pudiera respirar por ella misma, me daba miedo escuchar que le tenían que hacer lo que decía el doctor, era una cuestión muy delicada.

–Entiendo doctor, gracias por los informes. – Dijo Axel, más calmado.

–Cualquier cambio, en la situación de su hermana yo le estaré avisando. – lo tranquilizó el doctor.

–Gracias, doctor.

El doctor se retiró de la sala de espera y Axel seguía muy mal. Yo no sabía que hacer para calmarlo, cuando en ese momento por la puerta apareció Ale, quién corrió a abrazar a Axel.

–Cecy, las cosas no han sido así y te pido por favor que te calmes – Intervine – Ale y yo, solo hemos venido a apoyar a Axel con todo esto que le está pasando a Elisa.

– ¿A ti quién te habló? – Me miró con desprecio de arriba abajo – Este no es lugar para ustedes, así que váyanse. Y te advierto Alejandra, fuera de horario laboral, aléjate de mi marido que sé de sobra, lo que quieres con él.

Abrí los ojos como platos, Cecilia estaba atacando a mi hermana en el hospital valiéndole que estuviera gritando, no respetaba que era un lugar donde se tenía que guardar silencio, había muchos más pacientes, y se tenía que permanecer callados para no molestarles.

–No me voy a ir Cecilia – Ale respondió furiosa – Vine para estar con Axel y si no te parece, vete tú.

–Así es Cecilia y te advierto que, no tienes que venir aquí a maltratar ni a Amaia ni a Ale y ellas si son alguien, mis compañeras de trabajo y mis amigas y si no te parece, vete a la casa y espera a que llegué allá – Axel la paró en seco – No respetas, ni el lugar, ni el momento, ni la situación. Mi hermana se está muriendo y tú sales con tus tonterías.

Cecilia nos miraba con desprecio, nunca la había visto con esa actitud, cómo si nosotras estuviéramos haciéndole algún mal al estar apoyando a Axel en tan penosa situación.

–Ya sabes que Elisa se va a morir, no le sirve el corazón – Dijo Cecilia con crueldad – No sé ¿Para qué ponerte así ahora?

Ale y yo nos quedamos mirándonos, impresionadas por lo que Cecilia acababa de decir. Axel se enfureció y la sacó del brazo del hospital, eso nos dejó más que sorprendidas, como hablaba de esa forma de una persona que estaba enferma y de gravedad.

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