Ichiro tuvo que armarse de valor para llamar a su padre.
En ese momento, Masao estaba esperando ansiosamente que las píldoras mágicas llegaran a Tokio.
Él era una persona muy impaciente y ya le había pedido a su familia que contratara una ambulancia para llevarlo directamente al aeropuerto y así poder esperar allí.
La familia Kobayashi tenía una gran reputación en Tokio. Incluso tenían un hangar independiente en el aeropuerto de Tokio para su avión privado.
Además, en ese hangar había una sala de descanso de muy alto nivel que era propiedad de la familia Kobayashi. Por lo tanto, Masao llevó a su segundo hijo, Jiro, al aeropuerto mientras esperaba que las píldoras mágicas llegaran a Tokio.
En ese momento, él recibió de repente una llamada telefónica de Ichiro. Masao se apresuró a preguntar: "Ichiro, he oído que no subiste al avión cuando éste despegó antes. ¿Dónde estás ahora?".
Ichiro se apresuró a responder: "¡Papá! Me capturó el joven señor de la familia Wade de Punta Este. Me acusó de robar las píldoras mágicas y su receta. Ahora él quiere que le compremos la patente de la receta de la píldora mágica por diez mil millones de dólares. De lo contrario, no sólo me quitará la vida, sino que expondrá el robo de recetas de las Farmacias Kobayashi...".
"¿Qué?", Masao exclamó inmediatamente mientras gritaba: "¡Idiota! ¿Cómo puedes ser tan descuidado en el manejo de tus propios asuntos?".
Ichiro gritó: "¡Papá! He sido muy cuidadoso y meticuloso, pero no sé cómo me han descubierto. Tienes que salvarme o voy a morir de verdad esta noche".
Masao respondió fríamente: "¡Diez mil millones de dólares es simplemente una fantasía! ¡Nunca aceptaré eso! Todavía puedo aceptarlo si están de acuerdo en aceptar mil millones de dólares".
Cuando llegue ese momento, el gobierno japonés también prohibirá la producción de estas píldoras mágicas, en cumplimiento con el derecho internacional.
De este modo, él sólo saldría perdiendo.
Además, ¡también era posible que le costara la vida a su hijo!
Por otro lado, si la medicina era realmente tan eficaz, diez mil millones de dólares no eran mucho dinero. Incluso si pagara diez mil millones de dólares a Charlie, podría recuperar fácilmente ese dinero en un año. ¡Al año siguiente empezaría a obtener beneficios!
Mientras pensaba en esto, Masao respondió inmediatamente: "¡Está bien! Si tu píldora mágica realmente me cura de mi grave paraplejia y me devuelve mi estado de salud anterior, ¡entonces te daré diez mil millones de dólares para comprarte esta receta exclusivamente!".
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: El Yerno Millonario