Claire casi se desmaya por todas las escenas absurdas.
Su madre quería suicidarse cuando su padre quería el divorcio, pero en medio de la conmoción, ella comenzó una pelea con alguien a quien sólo le escucharon la voz, maldiciendo tales improperios ensordecedores...
Jacob también estaba un poco nervioso.
Él sabía que Elaine podía ser muy violenta verbalmente, pero no esperaba que fuera tan despiadada...
Si él insistía en divorciarse de ella, ¿ella se pasaría el resto de su vida llorando y maldiciendo delante de él?
¡Sería un infierno horrible!
Jacob suspiró abatido y pensó: ‘Maldita sea, parece que el plan de divorcio no sale como estaba planeado. Además, no me atreveré a hacerlo ahora…’.
Después de ganar el estruendoso debate en el balcón, Elaine se sentía un poco relajada.
Apoyándose contra la barandilla, pensó durante unos minutos, entonces se bajó, se sacudió el polvo del cuerpo, y caminó de regreso a la casa.
“Jacob Wilson, puedes divorciarte, aquí están mis términos. ¡Yo me quedo con la casa, tienes que pagarme cincuenta mil dólares de pensión alimenticia, no tienes permitido mudarte a Thompson Primero con nosotros, te vas sin nada y encuentras una manera de vivir por ti mismo!”.
Jacob frunció el ceño con gran consternación. “¿Qué demonios? ¡Oye, tú eres la pecadora aquí! ¡Tú deberías ser quien tiene que irse sin nada, no yo!”.
“¿Crees que puedes echarme así como así? ¡En tus sueños! No me iré, ¡y me mudaré a la villa Thompson Primero!”.
“Oh Dios mío, ¿cómo puedes ser tan desvergonzada!”. Jacob gritó de agonía. ¿Qué estaba pasando aquí? Él tenía la ventaja antes, ¿cuándo el control se cambió a Elaine de repente?
Charlie se sentía extremadamente arrepentido y apenado en ese momento.
Jacob volvió a su actitud cobarde de nuevo. Estaba en un dilema, sin saber qué hacer.
Si elegía divorciarse, era posible que tuviera que irse sin nada y era muy probable que esta p*rra lo cazara por el resto de su vida como un lobo...
Si no se divorciaba, sería tan miserable que quería morir...
En ese momento, Claire rápidamente dijo: “Dejemos que el pasado sea pasado y volvamos a nuestras vidas cotidianas, ¿de acuerdo? Ahora, ambos den un paso atrás. Mamá, de ahora en adelante, no tienes el derecho de manejar nuestro dinero y no puedes jugar al mahjong con la frecuencia que solías hacer. Papá, tú estarás a cargo del dinero y, por favor, olvida todo esto ahora”.
El rostro de Jacob se contrajo en una mueca de tristeza. “¿Me pones a cargo del dinero? Pero no tenemos dinero para manejar ahora…”.
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