El almuerzo en Shangri-La fue encantador y divertido. Jacob y Matilda se sentían igualmente felices. Ella se sentía mal tras la muerte de su marido, pero parecía que el cielo se había despejado.
Paul estaba muy contento de ver a su madre de tan buen humor.
En cuanto a Charlie, él sentía pena por su suegro.
La razón no era otra que Matilda era demasiado perfecta para él. No podía imaginar lo que ocurriría cuando una dama tan elegante, glamurosa y rica, que además era soltera, regresara a la Colina Aurous. Atraería mucha atención, especialmente la persecución de otros viejos adinerados, lo que no haría más que acumular problemas para Jacob.
Matilda y Paul estaban bastante agotados después de viajar durante largas horas de vuelta a Oskia. Por eso, después del almuerzo, Jacob y Charlie los enviaron a su habitación en Shangri-La.
Una vez más, Jacob se sorprendió porque Matilda y Paul se registraron en las lujosísimas habitaciones ejecutivas.
La habitación ejecutiva del Shangri-La era solo superada por la habitación presidencial, que podía alojar a cuatro personas. El precio por noche era de decenas de miles de dólares. Esto demostraba además que Matilda tenía una gran capacidad financiera, ya que cada uno podía vivir en una habitación tan lujosa.
Tras despedirse, Charlie y Jacob abandonaron juntos el hotel.
En cuanto salieron de la entrada del hotel, Jacob miró al cielo, respiró profundamente y suspiró con fuerza.
Charlie preguntó: "Papá, ¿qué pasa?".
Jacob hizo un gesto y dijo: "No esperaba, realmente no esperaba que Matilda tuviera una vida tan buena en Estados Unidos, ¡incluso tiene su propio bufete de abogados! Yo no tengo nada, soy completamente inútil...".
Por supuesto que no.
Jacob podía sentir que Matilda seguía sintiendo algo por él después de tantos años. Además, en el aeropuerto, ella incluso dijo que no le importaría en absoluto que él viniera a recogerla montado en una bicicleta.
Esto era suficiente para demostrar que a ella no le importaban las necesidades materiales superficiales.
Finalmente, él respiró aliviado.
Sin embargo, le vino a la mente otro problema crucial.
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