Max dijo: "Sra. Lewis, por favor no te metas, esto es entre Charlie y yo. Además, no importa quién gane o pierda hoy, el orfanato es el mayor ganador. El valor de reventa de mi coche es de unos cuatrocientos mil dólares, el de Charlie es ligeramente más barato, unos doscientos o trescientos mil. Puedes utilizar el dinero para mejorar las instalaciones y comprar cosas para los niños del orfanato".
Charlie dijo con una cálida sonrisa: "Sra. Lewis, no te preocupes por nosotros, Max y yo nos encargaremos personalmente".
La Sra. Lewis realmente temía que Charlie estuviera en el lado perdedor, sin embargo, al ver la sonrisa confiada de Charlie, sentía que no era tan simple como pensaba.
Francamente, mientras recibía tratamiento en Punta Este, ella notó algo extraño y peculiar.
En primer lugar, se dio cuenta de que los doctores del hospital eran muy educados y respetuosos con ella, casi como si fuera una paciente VIP.
Durante su estancia en el hospital, una famosa celebridad había acudido al Hospital Visión Justa para ver a un doctor que resultó ser su doctor de cabecera. Sorprendentemente, ella descubrió que la actitud del doctor hacia la celebridad era mucho menos amistosa que su actitud hacia ella.
No podía evitar preguntarse por qué el doctor y el personal del hospital la trataban con tanta amabilidad. Ella no era más que una empleada común de un orfanato, y había llegado a Punta Este por primera vez en su vida. No tenía ninguna relación con nadie importante ni ningún antecedente influyente. ¿Por qué ese trato especial?
El segundo momento peculiar fue cuando estaba en la mesa de operaciones y le habían inyectado anestesia. Antes de desmayarse, oyó la conversación entre el doctor y su ayudante.
En medio de su mareo, había escuchado al doctor decir que ella era la benefactora del joven amo, por lo que ellos debían ser extremadamente cautelosos en su procedimiento.
Ella no sabía quién era ese "joven amo" del que hablaban. Era posible que lo haya escuchado mal cuando perdía el conocimiento.
Por lo tanto, ella asintió y decidió no intervenir en la apuesta entre Charlie y Max.
Max sonrió engreidamente y pronunció: "¡Charlie, para ser justos, cinco personas nos acompañaron en nuestros dos coches, y que los pasajeros, incluida la Sra. Lewis, sean nuestros testigos en caso de que la persona que pierda rompa su promesa!".
Charlie asintió y dijo: "¡De acuerdo, trato hecho! Entonces, la Sra. Lewis, Stephanie y Harvey se sentarán en mi coche".
"¡De acuerdo!". Max se rió. "¡Mis amigos se sentarán en mi coche!".
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