Ella es mi medicina romance Capítulo 54

Narra Pablo

Después de haber calmado la bestia quien literalmente se había adueñado de mí. Me dispuse a arreglar mis asuntos de manera más "racional".

Racional porque el método que utilizaría me ayudaría a sacar toda la información que ellos tuvieran, y no muy racional porque ese método consiste en tortura.

Sería una buena manera de desquitar la rabia que en estos momentos estaba a punto de llegar a mí. Sin embargo, los chicos quien me conocía demasiado, no me dejaron ser partícipes de dicha tortura. No directamente, sin embargo me permitieron ver y oír todo desde un cuarto en la que una de sus paredes consistía en un vidrio polarizado y blindado. En la que podría ver y oír todo lo que en el cuarto de tortura que estaba en frente mío podría pasar.

Narrador omnipresente

Aidan y Harry se encontraban en el cuarto oscuro uno sentado al lado del otro, en sillas separadas, centrando su atención en dos personas, Daniela y Joseph, quienes no despertaban de su estado de inconciencia provocado por la bestia que se encuentra a sus espaldas, observando cada cosa que allí sucedía.

El reloj marcaban las 10:00 pm, ya Aidan al igual que Pablo mostraba desespero por saber lo que la noche podría deparar. Aidan estresado se fue a una esquina de la habitación, Harry quien ya se había cansado de decirle que esperara simplemente se resignó a las acciones impulsivas de su amigo. Después de todo, sus dos amigos tenían razones suficientes para desesperarse.

Muchos pensarían que Aidan estaba actuando como si nada le importara, pero él sabía perfectamente que Aidan utilizaba su máscara de descomplicado y mujeriego para ocultar su soledad. Aidan estaba convencido que esa chica llamada Yohana, era la misma que tanto le gustaba observar desde un árbol grande cerca del orfanato.

La misma chica que de un día a otro dejo el orfanato y con el ese vecino de catorce años que se subía diariamente al árbol cerca del orfanato para ver a la chica que tanto le gustaba, pero de quien ella no tenía conocimiento.

Decir que estaba equivocado y que Yohana no era la misma chica, era un argumento imposible de que Aidan aceptara y menos en estos momentos. Se notaba, intentaba ser el mismo chico relajado que aparenta ser pero esta igual o peor que Pablo. Así que lo máximo que Harry podría hacer es que esos dos chicos enamorados no mataran a estos dos antes de que hablaran.

Sin embargo, aunque el clima afuera es agradable, en este cuarto parece el mismísimo infierno y no porque haya algún tipo de calefactor si no porque tanto la mirada de odio de Aidan como la de Pablo —que seguramente tiene ahora— haría sentir celoso al mismísimo diablo. No quisiera ser Joseph en estos momentos.

De un momento a otro veo como Aidan le tira un balde de hielo más que agua tanto a Joseph como a Daniela haciendo que ambos despertaran agitados.

— No soy el hada madrina quien ayudo a cenicienta en la reunión con el príncipe y le dio hasta las 12 de la noche. Pienso —dice Aidan mientras mira su reloj de pulso— que con una hora inconsciente es suficiente. Ahora —dice mientras rueda su silla para sentarse en ella— cuéntame querido Joseph ¿Por qué estas metido en todo esto?

— Porque sí —responde sin ningún temor—.

— Naha, respuesta incorrecta —dice Aidan quien se levanta de su silla— primero que todo, déjame darte la bienvenida a mi cuarto de juegos —dice alzando ambas manos mientras contempla un cuarto oscuro con mucho entusiasmo—.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Ella es mi medicina