En las manos del presidente (COMPLETADO) romance Capítulo 6

Hizo una mueca cuando su rostro impactó de lleno contra el fuerte pecho de su dueño, la verdad es que le había dolido el golpe, pero estaba segura de cualquier ataque del amo de Valeria se podría decir que las cosas se estaban saliendo de control absoluto.

Escuchó el gemido de dolor que hizo su amiga cuando fue llevada hacia otro lugar del avión, sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas sin poder contenerlas cuando escuchó su queja mientras se alejaba.

Fue guiada por el alfa a una de las habitaciones del avión y luego fue dejada en la cama, a su lado sintió la presencia del alfa pero no dijo nada. Solo se quedó en silencio esperando que este no se enojara por desobedecer una vez más.

Un gemido asustado escapó de sus labios cuando las manos del alfa tocaron su cabello, se asustó. No podía negar eso, cualquier movimiento que hiciera el alfa era un detonante.

— No debes de estar cerca de esa chica cuando Zaid lo esté — le dijo, serio, mientras acariciaba su cabello con suma delicadeza la cual extrañó a Rachel porque nunca había recibido alguna caricia por parte del alfa a menos que sea algo sexual.

— Pero ella es mi amiga — dijo, confundida por lo que el alfa le estaba pidiendo —. Además, creo que eso es algo de lo cual él no tiene derecho a nada sobre ella sólo por la simple razón que la compró en una subasta…

— Él tiene todo el derecho — dejó de acariciar su cabello —.  Él pagó mucho por ella como para que ahora salgas con esas cosas.

—  Puede que haya pagado mucho por ella,  ¿Pero no se supone que tiene esposa y posiblemente hijos?

— Eso es algo en lo cual no debes de estar metida, Rachel — bramó —. Es su relación no la tuya…

— Se supone que es el presidente de un país que todos deben de estar haciendo las cosas bien y la primera persona que hace las cosas a su manera es usted —  se sentó en la cama — , ¿El país está de acuerdo con que su presidente haga las cosas de esa forma? ¿Qué el presidente en lugar de dar el ejemplo a sus hijos?

— Es mejor que dejes de decir cosas estúpidas— Rachel chilló cuando una de las manos de su amo la tomó del cabello —.  Por si lo sabías, omega estúpida, un presidente sólo gobierna un país durante cuatro años — acercó su rostro al cuello de esta, sin soltar su cabello —. En cambio, un dictador lidera un país durante su vida entera y eso es algo de lo cual debes de estar consciente en este lugar — la soltó —. Duérmete que los días son largos al igual que las noches.

*****

Las horas de vuelo fueron las más lentas de su vida, sólo sabía que irían a un país para que el alfa diera la cara en algo que no entendía de política, pero aún no sabía en qué consistía su papel en ese viaje.

El alfa había durado días completos sin verla y de la nada la necesitó para un viaje en el cual ella no tenía nada que ver y más que nada no pudo ver a sus amigas en ningún momento porque las habían separado a todas cuando subieron al avión.

Aunque, una pregunta rondó por la mente de Rachel y era que si el alfa tenía esposa, ¿Qué hacía con ella en ese lugar al otro lado del mundo? por así decirlo. Sacudió la cabeza dejando esos pensamientos a un lado y se concentró en la mano que estaba apoyada en su cadera incitándola a seguir caminando por el largo pasillo.

Su ceño se frunció suavemente cuando no escuchó ningún ruido de alguna persona de la prensa por ningún lado o a las personas que suponía que estaban detrás del alfa para conseguir alguna foto de este. La mano que sostenía su cuerpo fue bajando hasta detenerse casi llegando a su trasero.

Sus mejillas se tiñeron de rojo carmesí sin poder evitarlo y la risa del alfa a su lado fue suficiente para darse cuenta de que su sonrojo era notorio en ese momento.

Un jadeo salió de sus labios, cuando fue levantada con facilidad del suelo. Sus pequeños brazos rodearon el cuello del alfa con mucha delicadeza por si este le decía algo, por lo que había sucedido hace algunas horas.

Su cuerpo descansó sobre el asiento trasero de lo que parecía ser una camioneta y el alfa también se posó a su lado segundos después. No estaba segura de si estaba en lo correcto quedarse sentada en el mismo lugar que el alfa, por lo que se movió un poco hacia el piso para alfa comodidad del otro. Pero un fuerte brazo la sostuvo de la muñeca deteniendo su avance.

— ¿Qué demonios haces? No te dije que tenías que sentarte en el piso — la jaló hacia el asiento otra vez y Rachel se sintió pequeña en ese lugar.

— Yo lo siento, amo. La verdad es que no sabía si tenía que sentarme en el mismo lugar que usted — bajó la cabeza y comenzó a jugar con sus dedos.

— Te sentaras donde te diga y en el momento que lo diga…, ahora quiero que te sientes en este lugar en lo que llegamos a nuestro destino — ordenó y Rachel asintió —. Tengo que hacer algunas llamadas de suma importancia y necesito silencio absoluto.

Volvió a asentir y se recostó en el asiento una vez más dejando que el tiempo pasara en ese lugar, la verdad es que ya no sabía que haría con su vida a partir de ese momento. Su amo varias veces le había dejado en claro que era de armas tomar si lo desobedecen, por lo que optó por quedarse callada sin decir una sola palabra.

El camino hacia el hotel, eran muy largos o era que ella se encontraba todo de forma corta mientras estaba cerca del alfa.

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