Encuentro cercano romance Capítulo 103

Danitza elogió a Alejandro una y otra vez, haciendo que Gonzalo, que estaba al margen, sintiera que todo el tiempo su hija Danitza y su nuevo yerno tenían una relación bastante buena.

—Pero, Danita, ¿cómo es que te dejó ese Roberto? Si tú eres una persona excelente, realmente no puedo entenderlo.

Su hija había estado enamorada de Roberto durante tres años, y durante estos tres años, aunque Roberto no fue muy bueno con él, pero lo aguantó por el bien de su hija. Realmente no esperaba ese maldito fuera a dejar así a su hija.

—Papá, ¿es tan difícil de entender? Como dice el refrán, después de la tormenta viene la calma. Mírame, ¿acaso no estoy bien ahora? Danitza hizo que Gonzalo la mirara y se percatara de su situación actual.

—Entiendo... —Gonzalo miraba a su hija como una buena persona, pero no sabía con qué tipo de persona se había casado, en caso de que fuera un anciano o alguien mayor que él, ¿cómo podría ver a su esposa a la cara?

—Suegro, ¿ha llegado bien? Lo siento mucho, tenía una reunión esta mañana y no tuve tiempo de ir a recogerlo personalmente. —Alejandro se apresuró a regresar en ese momento. Aunque en la mañana no dejó ir a Danitza, él mismo tampoco podía ir al aeropuerto, ya que tenía una reunión muy importante al que no podía faltar.

Gonzalo se dio la vuelta y se sentó sorprendido. «Este..., este hombre que me llamar suegro, ¿no es Alejandro?».

—¿A... Aandro..., presidente Alejandro? —Gonzalo ni siquiera podía pronunciar con claridad, pues ése que tenía a su delante era el dios de Ciudad R. Antes ni siquiera se atrevía a pensar de que podía trabajar con el Grupo HD, pero este hombre ahora le estaba llamando suegro.

—Es usted muy amable, suegro. Solo llámeme Alejandro. —Alejandro se acercó al lado de Danitza y le preguntó por su día.

Gonzalo se quedó boquiabierto, todavía era completamente incapaz de procesar los hechos que tenía delante.

—Papá, este es tu yerno Alejandro, no te sorprendas. ¿No te dije que tu hija tiene una buena vida ahora? —Danitza consoló a su padre, y fue en ese momento cuando Gonzalo se recuperó del asombro.

Si su hija fue abandonada por Roberto y ésta se casó con Alejandro, ¡realmente significaba que su hija había nacido con mucha suerte!

—Suegro, debes de haber tenido un viaje muy cansado, así que vaya a la habitación de invitados a descansar primero. Diego, lleva al suegro a la habitación de invitados a descansar. —Alejandro le dijo a Gonzalo con mucha consideración.

—Bueno, vale, la verdad es que sí me siento algo cansado, así que quisiera tomar un descanso. —El corazón de Gonzalo se sintió completamente en paz, esto era tan bueno y maravilloso, estaba feliz de que su hija tuviera tal bendición.

Gonzalo volvió a mirar a Danitza y sintió que la sonrisa en su rostro era genuina antes de que se fuera a descansar tranquilo.

Tan pronto como Gonzalo se fue, la sonrisa en la cara de Danitza desapareció.

Acababa de utilizar todas sus fuerzas para tranquilizar a su padre, y en ese momento se sentía muy agotada.

—Pareces cansada, te llevaré arriba. —Alejandro miró la cara de Danitza con fatiga, así que se agachó para cargarla.

—No es necesario, puedo caminar sola. Las embarazadas necesitan caminar más, para luego poder dar a luz sin problemas. —Danitza estaba demasiado avergonzada como para dejar que Alejandro la cargara delante de tanta gente.

—Entonces si quieres hacerlo por tu cuenta, tendrás que esperar unos meses, por ahora estás sufriendo de muchos malestares, así que tienes que moverte lo menos posible. —A Alejandro no le importó su rechazo, recogió a Danitza y se dirigió hacia arriba.

Danitza es tan ligera aunque no es tan bajita, parece que ni siquiera llega a pesar más de 50 kilos.

—Estás demasiado delgada, debes de comer más, o el bebé no tendrá buena salud. —Alejandro se acercó al oído de Danitza y le dijo.

—No es nada grave, así que vengan a divertirse. —A Danitza no le importaba lo que pensara Alejandro, de todos modos, ya se había anunciado que estaba casada con él, y esta familia era la suya. Además, estaba embarazada, así que Alejandro no podía regañarla, ¿verdad?

Sin embargo, Danitza sintió que aún debía contárselo a Alejandro, así que lo llamó.

—Aló, Sr. Alejandro.

—Aló, Danitza. ¿Ocurre algo? —Alejandro estaba en medio de una reunión, e inmediatamente mandó callar a todos.

—Quiero que Nora y Laura vengan a visitarme, ¿pueden venir? —La voz de Danitza tenía un tono suplicante.

La cara de Alejandro entonces puso una sonrisa, —Por supuesto que pueden, esa es tu casa también, tus amigos pueden venir cuando quieran, solo dile a Diego sobre lo que quieran comer. —La voz de Alejandro desbordaba dulzura.

—Está bien entonces, muchas gracias. —Danitza sólo escuchó a Alejandro estar de acuerdo, en cuanto al tono de Alejandro, estaba demasiado nerviosa para prestarle atención.

Las mandíbulas de los miembros de la junta directiva estaban en el suelo por el asombro, ¿era aquel hombre de corazón blando, su presidente serio y sanguinario? ¿Esa sonrisa cariñosa que tenía en la cara hace un momento, era real?

—¡Bien, hablemos del departamento de ventas! —Alejandro colgó el teléfono, y aquel tono frío como el hielo volvió a aparecer en sus palabras.

Todo el mundo se sintió aliviado porque el presidente volvía a sus sentidos. Lo de antes, solo debió ser una ilusión.

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