Antonio podía sentir la hostilidad de Alejandro y Alejandro también podía sentir lo mismo. Antonio había adorado a Danitza durante muchos años, pero ella se había casado con Alejandro, por lo que estaba celoso.
—Sr. Alejandro, a los pavos reales siempre les ha gustado Danitza. Cada vez que iba al parque, los pavos reales extendían sus colas delante de ella. —Antonio le dijo a Alejandro.
Él estaba mostrando la relación tan cercana que tenían cuando ambos eran niños.
—Ahora es lo mismo. Danitza sigue siendo igual de adorable que en es entonces. —Alejandro no mostró debilidad. No importaba que no hubiera sido parte de su pasado, pero ahora su futuro le pertenecía, y él simplemente quería pasar el resto de su vida junto con ella.
—Sra. Chloé, Sra. Jones, están todos aquí. Miren esos pavos reales, son tan hermosos. ¿Qué hacen esos tres ahí? —Victoria se acercó a Chloé y a la Sra. Jones.
Les pidió deliberadamente que miraran a esos tres.
—Parece que están hablando de algo, pero como vicepresidenta, ¿por qué es tan cercana a los dos presidentes? —Al escuchar las palabras de Victoria, Chloé realmente tuvo un pequeño prejuicio hacia Danitza.
—Como vicepresidenta, si no tiene una buena relación con el presidente, no habría estado en ese puesto. ¡Danitza es una chica muy inteligente! —Dijo Victoria deliberadamente. Ella conocía mejor a Chloé, sabía que ésta nunca se casó, así que a ella no le gustaba que una mujer obtuviera un puesto por su apariencia.
—Las mujeres deben confiar en sus propias habilidades. La apariencia no durará para siempre. —Chloé empezó a tener una mala impresión de Danitza en su corazón.
La señora Jones había estado escuchando tranquilamente las palabras de Victoria. No se apresuró a interrumpir, sino que esperó a que ambos terminaran de charlar.
La señora Jones finalmente habló al ver que la cara de Victoria estaba llena de satisfacción y felicidad porque había logrado meter una cizaña entre Danitza y Chloé.
—Chloé, creo que debería explicártelo. La Sra. Danitza es la esposa del Sr. Alejandro, y el Sr. Antonio es amigo de la Sra. Danitza desde la infancia. Por eso es normal que los tres tengan una charla tan amigable juntos.
—¿Quééé? ¿La Sra. Danitza es la esposa del Sr. Alejandro? —Chloé estaba perpleja. Alejandro era un hombre rico, y su mujer podía llevar una vida fácil en casa, pero Danitza fue ascendida a vicepresidenta. Definitivamente debería de tener el talento suficiente para que Alejandro lo hiciera.
«Aunque Danitza es muy guapa, si ella no tuviera un talento excepcional, Alejandro no la habría ascendido a vicepresidenta. Sin embargo, ¿qué clase de talento tiene ella?». Ella había despertado con éxito el interés de Chloé de nuevo.
Chloé miró fijamente a Victoria. «¿Por qué Victoria dijo aquello? Victoria debería de saber que Danitza era la esposa de Alejandro. Cómo Victoria sabiendo que ellos estaban casados, es capaz de decir aquello. ¿Realmente tenía malas intenciones?».
Victoria no esperaba que la Sra. Jones hablara por Danitza. Pensó que ella permanecería en silencio, pero ahora ella se sentía realmente embarazosa.
—Sra. Chloé, no lo sabía. Por favor, no se enfade. —Victoria puso inmediatamente una mirada penosa, dificultando que Chloé dijera algo sobre ella.
—Muy bien, hablemos de eso más tarde. —Chloé se fue junto con la Sra. Jones. Ella realmente no quería ver a Victoria en ese momento.
Victoria se quedó sola. En ese momento, ella se sentía muy ansiosa, «¿no es la Sra. Jones muy arrogante? ¿Por qué ha hablado en nombre de Danitza?». Victoria quería destruir la relación entre Danitza y Chloé.
***
Después de quitarse los tacones, Danitza se sintió más relajada. El banquete de hoy duró casi cinco horas, así que el usar tacones altos todo el tiempo hizo que le dolieran los pies.
La abuela Hernández y Mónica estaban sentadas en la sala de estar, amabas pusieron rostros sombríos, al ver que Alejandro cargaba en brazos a Danitza. En ese momento, la abuela se sintió devastada.
—¿Qué no tienes pies? ¿Por qué te dejas llevar por mi nieto? ¡Qué ridículo! —La abuela golpeó la mesa de café, sobresaltando a Mónica.
Mónica llevaba muchos días allí. Siempre había sido bastante reservada, porque era nueva en el lugar.
Fernanda volvió a casa de su madre. Ella no podía soportar estar en esa casa, ya que la abuela no le gustaba nada de lo que hacía Fernanda y discutía con ella todos los días.
—Abuela, aún no has dormido. Danitza ha estado usando tacones altos todo el día. Le duelen los pies, así que yo la estoy cargando. —Alejandro ignoró la expresión de la abuela. Quería mimar a su mujer y nadie podía impedírselo.
Por supuesto, la abuela no se atrevió a regañar a Alejandro. Toda la familia dependía de él. Sin embargo, era muy estricta con Danitza.
—¿No sientes pena por tu esposo? ¿Qué clase de modales tienes para dejar que un hombre te lleve a cuestas? —La abuela lo volvió a decir, entonces Danitza quiso bajarse. Si no bajaba, la abuela continuaría regañándola.
—Alejandro, déjame bajar. —Danitza le dijo a Alejandro.
—¿Por qué? Tienes los pies adoloridos, simplemente no les prestes atención. —Alejandro llevó a Danitza a través de la sala de estar y subió las escaleras.
—¡Qué desvergüenza es esta! Nadie en esta familia quiere escucharme, ¿verdad? ¡¿Acaso quieren matarme de cólera?! ¡Todos me están haciendo pasar un mal rato! —Al ver que Danitza no escuchaba sus palabras, la abuela comenzó a maldecir en voz alta.
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