Encuentro cercano romance Capítulo 20

—Oye, preciosa, me podrías decir cómo llegar al baño —En la salida del baño, Danitza se encontró con una chica muy hermosa. Cuando Danitza la vio, sus ojos se iluminaron y luego directamente se acercó a ella para entablar una conversación.

—¡Está detrás de ti! —le dijo Danitza.

—Está aquí, no me había dado cuenta. ¿Eres nueva aquí, cómo te llamas? —Laura al verla una vez, se enamoró de Danitza. pues era mucho más hermosa en persona.

—Sí, soy nueva aquí. Me llamo Danitza. Pero Señorita, ¿no quería ir al baño? —Danitza se presento y respondió con extrañeza

—Mi nombre es Laura. Seré tu colega desde hoy, llevémonos bien —Laura extendió su mano y Danitza respondió de igual forma.

Señorita Laura, tengo algo de prisa, así que no puedo quedarme a charlar con usted —Danitza todavía tenía muchos pendientes.

Como era la nueva en la secretaría, mucha gente le dio trabajo, por lo que ella tenía muchos asuntos sin terminar.

—Bueno, ve a trabajar —Con una sonrisa, Laura dejó que Danitza se fuera, luego se escabulló a un lado para hacer una llamada.

—Mamá, acabo de hablar con ella, es bastante buena, ¡queda aprobada!

Todos ya se habían ido, pero Danitza era la única en quedarse. En está ocasión, no era que no quisiera irse, sino que tenía demasiado trabajo y aún no había terminado.

Después de terminar su trabajo, Danitza estiró su cuerpo y de repente recibió la llamada de Diego.

Danitza miró impotente su teléfono, ahora no tenía libertad alguna, ya que tenía un automóvil que la llevaría y recogería todos los días.

Ella no había visitado a su padre durante este tiempo y no sabía cómo estaba su condición de salud.

Después de contestar el teléfono y decirle al Diego que bajaría de inmediato, Danitza recogió sus cosas y bajó por las escaleras.

—Diego, ¿puedo visitar a mi padre? —una vez abajo, preguntó Danitza.

—Por supuesto, ¿quiere ir ahora? —Asintió Diego de inmediato.

—Sí, sí quiero. Entonces vamos ahora —Danitza no esperaba que Diego fuera tan comprensivo.

Al escuchar esas palabras, Danitza dejó de forcejear. Aprovechando esto, Roberto fue aún más exagerado y colocó su mano encima del hombro de ella.

—Danitza, ves lo difícil que es, te he dicho que no necesitas ir a trabajar, yo puedo cuidarte — dijo Roberto.

—Es verdad, Danitza. Mira lo bien que te trata Roberto, tienen que vivir bien. Yo ya estoy viejo y no podré cuidarte para siempre —Al ver la buena relación de ambos, Gonzalo se sintió contento y tranquilo.

Pero, Danitza sentía ganas de vomitar, qué Roberto la tocara era como tener bichos desagradables en todo el cuerpo.

—Por cierto, papá, ¿dónde está el sello corporativo del Grupo Sánchez? No lo he visto —Roberto cambió de tema en ese momento y le pidió a Gonzalo el sello corporativo.

—Está en... —Gonzalo estaba a punto de decirlo.

—Papá, estás muy débil, tienes que descansar, ya hablaremos de esas cosas más tarde —Danitza interrumpió las palabras de Gonzalo.

Ella se liberó de la mano de Roberto y caminó hacia su padre para servirle un vaso de agua. Al ver las frutas podridas compradas por Roberto, se acercó y las tiró sin dudar.

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