Encuentro cercano romance Capítulo 21

Danitza tiró el cesto de frutas que trajo Roberto al cesto de basura, pero una manzana traviesa se desvió en el camino y salió volando para impactar con la pierna de un hombre.

Danitza, al darse cuenta que había golpeado a alguien, se apresuró a disculparse con él. Cuando levanto la mirada, descubrió que ese hombre era Alejandro, por lo que se dio la vuelta para escapar.

—¡Detente! ¿No es suficiente con golpear mi auto, sino que ahora me golpeas a mi? —Alejandro hizo como si la reconociera de inmediato.

Danitza se detuvo, se giró lentamente hacia atrás y poniendo la sonrisa más hermosa en su rostro, dijo:

—¡Qué casualidad! Hoy está tan guapo, que ni siquiera lo reconocí —Al acercarse pudo ver que el impacto había manchado el traje de Alejandro.

—Danitza, te atreves a tirar la fruta que compré —Roberto salió enojado y justo la vio charlando con un hombre guapo.

—¿Presidente Alejandro? —Roberto lo miró con timidez, ya que aquel hombre era más alto que él y tenía un aura muy poderosa.

Alejandro ni siquiera miró a Roberto. Todavía tenía algunos asuntos que tratar, por lo que temporalmente la perdonó. Una vez que regresara a casa por la noche, le haría pagar por su atrevimiento.

Alejandro pasó a Danitza, ignorando a Roberto, y se fue.

Danitza miró a Roberto con desdén, mientras que éste miraba a Alejandro de manera halagadora, pero Alejandro lo ignoró en absoluto.

Al volver a mirar a Danitza, Roberto de repente descubrió que ella había crecido, ya no era la misma niña de 17 años con quien estuvo comprometido, sino que se veía más madura y hermosa, especialmente sus pechos se veían mucho más firmes que los de Josefina.

En los últimos años juntos, éste siempre había querido poseer al Grupo Sánchez, de modo que nunca le prestó mucha atención a Danitza, pero ahora ella ya había crecido, pasó de ser una pequeña flor a ser una fragante rosa.

—Danitza, si no te gustan estas frutas, dímelo y compraré las que te agraden —La actitud de Roberto cambió de repente.

Ese cambio repentino hizo que Danitza se sintiera incómoda. Lo miró con desdén y entró directamente a la sala de su padre.

Roberto lo siguió, pero cuando Danitza pasó por su costado, sintió una dulce fragancia que lo embriagó.

Gonzalo miró fijamente a Danitza, ella al notar su mirada, temía que se diera cuenta que se había divorciado, por lo que no tuvo más remedio que salir junto con Roberto.

En la entrada del ascensor, Danitza quería zafarse de la mano de Roberto una vez más, pero éste tomó su mano con fuerza y la empujó contra la pared.

—Danitza, ¿cómo te sientes al estar con un anciano? Si no te sientes a gusto, puedes ser mi amante, eres tan guapa y me gustas mucho —Roberto se susurró en la oreja de Danitza en tono de burla.

—Roberto, no seas tan desvergonzado. Nunca jamás volveré a estar contigo, realmente estaba ciega antes, pero ahora no volvería a cometer el mismo error —Danitza aparto la mirada para no tener ningún contacto con Roberto, ya que éste le provocaba repugnancia.

—¿Lo dices en serio? Pero no puedo soportarlo más. Sin darme cuenta, ahora te has convertido en una hermosa mujer —Roberto todavía trató de tocar el rostro de Danitza con su mano.

Danitza quería alejarse, pero la brecha de fuerza entre ambos era muy grande que no podía escapar.

Como la asquerosa mano de Roberto estaba a punto de tocar su rostro, Danitza estaba lista para morderlo, pero, de repente, hubo un fuerte ruido. Danitza no fue capaz de reaccionar, solo vio a Roberto tirado en el suelo muy lejos mientras que ella estaba protegida detrás de una persona.

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