Encuentro cercano romance Capítulo 22

Roberto se cubrió la cara. Sentía que últimamente había tenido demasiada mala suerte, puesto que desde que rompió con Danitza, a menudo era golpeado.

—¿Quién eres? ¿Te atreves a golpearme? ¿Sabes quién soy? ¡Soy el segundo a cargo del Grupo Ramirez! —dijo Roberto, apuntando con el dedo al médico que lo golpeó.

—¡No me importa quién seas, es tu culpa por intimidar a las mujeres! —dijo el médico con desdén.

Danitza descubrió que la persona que la había salavado era el médico guapo que acababa de examinar el estado de su padre.

Roberto quería arremeter contra el médico, se levantó y corrió hacia él, pero éste lo golpeó de nuevo.

Después de ser golpeado por segunda vez, Roberto ya no tenía la intención de enfrentarse a él, por lo que se levanto de inmediato.

—Danitza, me sorprendes, todos los días seduces a algún tipo y haces que golpee a tu exmarido. Y tú, que te atreviste a golpear al gerente del Grupo Ramirez, pronto veras las consecuencias de tus actos —Se escapó avergonzado después de decir esto.

—¡Gracias! —Danitza expresó su gratitud al doctor.

El médico volvió la cara y la miró en silencio.

—¿Eso es todo? —Él preguntó.

Danitza estaba desconcertada.

«¿Acaso quería dinero?»

Entonces, ella abrió su bolso y sacó treinta euros arrugados.

—Solo tengo esto —Danitza se lo entregó al médico.

El doctor se rió de repente, haciendo que quedara aturdida por su hermosa sonrisa.

«Seguro que ninguna mujer puede resistir su sonrisa.»

—Danitza, ¿has olvidado quién soy? —El médico agarró los hombros de Danitza con ambas manos y le preguntó con seriedad.

Danitza lo miró confundida y lo pensó durante mucho tiempo, pero llegó a la conclusión de que no lo conocía.

«¿Será una forma popular de entablar una conversación recientemente?»

Al ver la mirada confusa de Danitza, el médico volvió a sonreír.

Cuando él se alejo de Danitza, ella y Nora solo tenían diez años, por lo que eran muy pequeñas. Habían pasado diez años y todos ya habían crecido.

—¡Soy Antonio! —exclamó con fuerza su nombre.

—¿Eres el hermano Antonio? ¡Te convertiste en alguien muy alto y guapo! —Cuando supo su identidad, inmediatamente se entusiasmó muchísimo.

Antonio era el primo de Nora. Hace unos días atrás, ella escuchó a Nora decir que su primo había regresado recientemente, pero como tenía muchas cosas que hacer, se había olvidado de esto.

Desde la infancia, ellos vivían en el mismo barrio. Antonio era seis años mayor que ellas, y a ellas siempre les había gustado seguir a Antonio.

—Bueno, tu también has crecido y te has vuelto una señorita aún más hermosa —Antonio acarició el cabello de Danitza con cariño.

No muy lejos, Alejandro, que había terminado sus asuntos, vio aal médico mirando a Danitza con ternura y a él no le gustaba que los jóvenes de hoy hicieran eso en público.

—Danitza, debes prestar atención a tu imagen. ¡Eres una empleada del Grupo HD!— Alejandro se acercó y dijo directamente.

Una sonrisa rígida se dibujo en el rostro de Danitza. Ella solo estaba hablando con su amigo en el hospital. ¿Por qué afectaría la imagen del Grupo HD? Además, ella era una simple empleada allí.

Alejandro estaba muy enojado en aquel momento, pero esto hizo que Diego se sintiera muy contento. Su jefe estaba enamorándose lentamente de Danitza, por lo que podría olvidar a aquella mujer pronto.

Danitza lo miró de manera sospechosa,

«¿Qué pasó? ¿Por qué Diego me dice esto?»

—Diego, ¿a que te refieres? —Danitza preguntó desconcertada.

—Señora, ¿no tiene hambre? La comida ya debe de estar lista, regresemos a casa lo antes posible — Diego no respondió su pregunta, sino que cambió de tema.

Hablando de comida, Danitza realmente estaba hambrienta. Como el camino era un poco largo, solo planeaba descansar un rato, pero se quedó profundamente dormida.

Danitza no sabía cómo salió del auto, pero, mientras soñaba sintió un olor muy familiar, lo que hizo no quisiera despertar, entonces buscó una posición cómoda y continuó durmiendo.

...

—Danitza, hay un documento, llévalo inmediatamente al presidente en el piso treinta. Tengo dolor de estómago y necesito ir al baño —Una secretaria, con expresión de dolor, lo puso sobre la mesa de Danitza.

—Vale, te ayudaré a enviarlo —respondió Danitza amablemente, como era una recién llegada, debería de hacer más que los demás.

Danitza tomó el documento y se dirigió al ascensor. No notó las expresiones de las personas que se regodeaban detrás.

Cuando el ascensor llegó al piso treinta, Danitza caminó hacia la oficina del presidente.

La puerta de la oficina no estaba cerrada, asi que llamó a la puerta y la persona que estaba adentro la dejó entrar.

Danitza abrió la puerta y vio a alguien a quien no quería ver.

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