—Alejandro, creo que tu esposa es realmente hermosa y simpática. Me agrada mucho.—Le dijo Laura a su hermano mientras comía.
—¿En serio? Llévame a verla algún día. También quiero ver cómo es mi nuera. La mujer elogiada por Laura debe ser muy buena —. Fernanda, al escuchar las palabras de su hija, hizo que también sintiera interés por Danitza.
Alejandro estaba comiendo e ignoró las palabras de su hermana y de su madre.
Pero Fernanda y Laura no necesitaban su respuesta. Las dos comenzaron a discutir cómo encontrarse con Danitza por casualidad.
—No hagan algo inapropiado. Ella todavía no sabe que soy su marido. —Alejandro escuchó a las dos mujeres hablar cada vez más emocionadas, y dijo esto.
—Alejandro, ¿por qué no le dices a Danitza que eres su esposo? ¿Es interesante para ti jugar al misterio con ella? —Fernanda estaba muy insatisfecha con su hijo, pues no le gustaba Victoria, la exnovia de su hijo, pero él la estimaba mucho como una joya.
—¿Interesante? Madre, por favor no intervengas en mis asuntos. Ahora estoy casado por vuestra exigencia. Así que no preguntes más sobre lo demás—Alejandro dejó su tenedor.
El abuelo de Alejandra estaba mirando al nieto. Alejandro era el más inteligente de todos los nietos, pero también el más leal a su corazón. Aquella Victoria había muerto hace cinco años, pero todavía no podía olvidarla. Si no fuera por que el abuelo le amenazo con su muerte, Alejandro todavía estaría solo.
—Fernanda, dado que él ya está casado, no nos importa. Pero no le has dado nada a esa chica que se casó contigo, ¿es justo para ella? ¿Esa es la conducta de nuestra familia? —El abuelo se sintió culpable por Danitza.
—Simplemente no le di una boda y no la dejé venir a verlos, pero le di lo que más necesitaba, ¡dinero! —Alejandro no quería seguir hablando con ellos.
—En resumen, no le digan que está casada con Alejandro Hernández —Alejandro no quería continuar. Si continuara, la familia volvería a mencionar a Victoria y a nadie de su familia le agradaba ella, por lo que no quería que hablaran mal de ella.
Después de terminar de hablar, Alejandro se puso de pie, su rostro ya estaba enfadado y todos dejaron de hablar, sabiendo que Victoria era el tema prohibido de Alejandro.
***
Alejandro estaba sentado en el auto, miró su teléfono celular nuevamente y confirmó que Danitza no le había llamado, por lo que llamó a Diego.
Danitza sabía que su padre iría al extranjero para una operación de trasplante de corazón. Estaba tan emocionada y al mismo tiempo asustada. Pensaba que la operación aún era muy peligrosa y tenía tanto miedo de que su padre no regresara.
—Danitza, soy Antonio—En este momento, Danitza recibió una llamada de Antonio.
—Antonio, ¿por qué me llamas? —Danitza estaba muy sorprendida, los dos no se volvieron a ver desde que tuvieron una barbacoa la última vez.
—Conseguí tu número de teléfono por parte de Nora. También puedes guardar mi número. Tu padre será trasladado al hospital extranjero pasado mañana para la cirugía. Escuché que se ha encontrado una un donante de corazón adecuado. ¿Cierto? —Le preguntó.
—Sí, lo encontraron. Así que tiene que realizarse la operación lo más antes posible —respondió Danitza.
—Bueno, ¿volverás al hospital mañana? Hablemos de ello en detalle cuando nos encontremos. No se puede hablar claramente por teléfono—le preguntó Antonio.
Danitza recordó el pasado y sintió que fue realmente estúpida, pues cuando salían a comer juntos, Josefina siempre los seguía todo el tiempo, pero nunca pensó nada raro.
Dejó de pensar en ello, creyendo que su vida que llevaba ahora era ya bastante buena. Tenía un marido que le cuidaba mucho. Aunque el matrimonio duraría solo dos años, también le hizo sentir su cariño.
Mientras pensaba, Danitza sintió que alguien se había subido a su cuerpo. Cuando pensó que su padre había sido salvado por este hombre que tenía enfrente, se sintió muy agradecida con él. Entonces, acarició la cara del hombre con sus manos y palpó un hoyos en su rostro.
—Esposo, aunque no te he visto de frente, te estoy muy agradecido. Nos salvaste a mí ya mi padre—le dijo Danitza a Alejandro.
—No es nada. Me acompañas dos años con tu cuerpo y tu juventud y esto es tu recompensa—dijo Alejandro a la ligera.
Al se estaba obsesionando cada vez más con su cuerpo. Este fenómeno no era bueno, pues si se divorciaban dos años después, ¿él podrá acostumbrarse a no estar con ella?
Al escuchar las palabras de Alejandro, Danitza sintió un dolor en su corazón. Resultó que solo ella pensaba así y la verdad solo era cambiar dinero con su juventud y su cuerpo, no la cuidaba por amor.
—No te enamores de mí. Solo tenemos dos años para estar juntos. Entonces tomaremos diferentes caminos. Si te involucras más, sufrirás más. Recuerda lo que te digo, solo tenemos un acuerdo —Alejandro dijo estas palabras con crueldad. .
Sus palabras destrozaron por completo el afecto de Danitza hacia él.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Encuentro cercano