Enséñame el placer romance Capítulo 44

Narra Daniel

Después de que terminara la cena y de darle las buenas noches a Amelia hable con Fabián durante unos minutos. Salimos al balcón y tomamos un trago mientras nos podíamos al día con el trabajo y la vida. Él y yo hemos sido amigos durante décadas, pero la noticia de Amelia y yo había sido impactante para él. Después de que ha pasado un par de años sabe que realmente la amo, ha llegado a comprender que mis intenciones son honestas. Quería cuidarla y adorarla por el resto de nuestras vidas. Hemos hablado varias veces y finalmente se ha recuperado.

El último de nuestros amigos se fue de la cena, le di las buenas noches a Amelia, dejándolo en el porche con su whisky.

Pero en lugar de salir por la puerta principal, gire a la izquierda hacia el ala oeste de la casa, donde sabía que está la habitación que le asignaron a Amelia. Después de todos nuestros toques juguetones esta noche estaba caliente. También estaba un poco triste de pensar en despertarme mañana por la mañana y no tenerla en nuestra cama conmigo. Cuando me besó esta noche, me di cuenta de que estaba teniendo el mismo problema. Sabía que mañana es el día de nuestra boda, pero también era navidad, e imaginar la mañana de navidad sin mi futura esposa era deprimente.

Cuando llegue a su puerta, no escuche ruido. Mire a mi alrededor para asegurarme de que no hubiera nadie. No era que no quisiera que me vieran entrando en su habitación, pero prefería tener algo de privacidad para lo que quería hacerle ahora mismo. Abrí la puerta en silencio y la cerre con cuidado detrás de mí. La suave luz de la luna iluminaba la habitación, mientras me quitaba toda la ropa, pude ver su pijama en el suelo, luego me dirigí a la cama.

Retire las sábanas, vi que estaba boca abajo con las manos metidas dentro de la parte delantera de sus bragas mientras dormía como un ángel. Sonreí y negué con la cabeza, sabiendo que si ella estuviera en la cama conmigo, tendría mi mano allí, acariciando suavemente a su coño. Ella debió haberme extrañado. Menos mal que estaba aquí para arreglarlo. Mire por encima de su cuerpo, me di cuenta de que no llevaba nada más que bragas de color blanco y brasiel del mismo tono. Mi polla, ya estaba dura por haberle negado el acceso a su cuerpo toda la noche, palpitaba de necesidad al verla. Me subí a la cama y me coloque encima de ella. Sentí que se movió y se incline para susurrarle al oído.

—Soy yo. Te necesito.

Capítulo 44 1

Capítulo 44 2

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