Narra Amelia
Años después...
El sol estaba exquisito, Lorena y yo estábamos tomando el sol. Mientras mi padre y Daniel estaban en la parrilla. Era verano, habíamos planeado venir a la playa en nuestra casa de verano.
Mi hombre se veía muy atractivo, a pesar de sus años siempre se mantenía con ejercicios y buena alimentación.
Me quite los lentes de sol por un momento, miré a mis tres hijos jugando en la orilla con mi hermanito.
—Mami—me llamó mí pequeña princesa Alison acercándose a mí.
—¿Crees que papi quiera hacer un castillo para mi muñeca?—preguntó.
En ese momento me acerque a ella y limpié su mejilla la cual tenía arena.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Enséñame el placer