Entre Mafias romance Capítulo 15

Mía

Marcus se levanta observando todo mi cuerpo con sumo cuidado, buscando alguna herida.

- Espera aquí - Dice sacando una pistola y girándose para salir tras los que nos han disparado.

Lo agarro de la solapa de la americana. ¿Cómo voy a dejar que vaya tras ellos? ¿ y si lo hieren?

- No me dejes sola, por favor. No te vayas.

Encierra mis dedos entre los suyos y los acaricia. Está tan tranquilo que no lo entiendo. Acaban de intentar matarnos, ¿por qué no pierde los nervios como estoy a punto de perderlos yo?

- No te va a pasar nada ¿vale? Estoy aquí y jamás permitiría que nadie te hiciera daño - Suelta una de mis mano y acaricia mi mejilla. Su toque tranquilo y cálido consigue tranquilizarme un poco.

Se pone en pie y camina decidido hacia la cristalera que acaba de ser tiroteada hace un momento. No duda, ni tiembla. Camina decidido con la espalda recta, y la pistola en alto. Yo tiemblo como una hoja. No estoy preparada para vivir este mundo, no formo parte de él y dudo que algún día me acostumbre.

Escucho ruido de coches fuera ¿han vuelto para terminar el trabajo?  Salgo disparada hasta la puerta. Si puedo hacer algo por ayudar a Marcus lo voy a hacer, no puedo permitir que lo maten. Aunque esté dolida por sus palabras y por como me ha tratado hay una cosa que no puedo negar;  le quiero, haga lo que haga dudo que pueda dejar de amarlo.

Tres coches lo rodean. Corro hasta él esquivando uno de ellos. Cuatro hombres se bajan de él. El conductor del más cercado a mi me mira, Dante. ¿Son los hombres de Marcus?

- Vosotros - Señala Marcus al más cercano a él - seguid el rastro. Los quiero a todos ellos está noche bajo mi control.

Quiero saber quién ha sido y porque ¡¿Cómo cojones se han atrevido?!

Camino torpemente hasta Marcus. Todo mi cuerpo tiembla asustado. En cuanto me ve arruga las cejas y camina rápido hasta mi.

- ¿Por qué has salido? Te dije que no te movieras.

Lo abrazo fuerte. Entierro mi cabeza en su pecho y respiro su aroma. Huele a roble y a Limón. Escuchar su corazón me tranquiliza. Da igual lo que me haya hecho o lo que tenga planeado hacer ¿Cómo podría verlo morir y quedarme tan tranquila?

- Escuché los coches y pensé... Pensé que habían vuelto... creía que te harían daño - Explico entre sollozos.

Me separa de él y coloca sus manos detrás de mi cuello, jugando con mi pelo y con una sonrisa fresca e infantil en su rostro. Sus negros ojos brillan emocionados.

- ¿Pensabas que estaba en peligro y saliste? - niega con la cabeza para cortar el hilo de los pensamientos - Jamás vuelvas a hacer eso. Nunca te pongas en peligro por mi.

Rodea mi cintura y me pega a él. Nos acercamos a Dante que espera órdenes.

- Lleva a Mía al castillo.

¿Castillo? No debería pensar cosas raras ya que me ha protegido de los disparos, pero escuchar castillo hace que piense en mazmorras y torturas.

- Espera, espera ¿Qué castillo? ¿Me vas a encerrar otra vez? - Me Alejo de él dando un par de pasos hacia atras.

No pienso permitir que me deje con uno de sus hombres y me hagan lo mismo que hizo Beni.

Me mira sin comprender hasta que recuerda por lo que pasé esa noche. Puedo ver el momento exacto en el que ata cabos por como su rostro cambia a pura rabia. Empuja sus cejas intentando contenerse.  Golpea el capó del coche con el puño cerrado y yo pego un salto sobresaltada.

- ¡No te voy a encerrar maldita sea! - me agarra del brazo y me aleja de sus hombres para que no escuchen la conversacion - la única persona en la que puedes confiar aparte de mi es Dante.  Jamás te haría daño - Respira profundo sin quitarme el ojo de encima.

¿Qué demonios le ha pasado? ¿Se enfada porque desconfíe? Como si tuviera que fiarme de todo lo que dice... Es la persona que más me ha mentido  y aún así tiene la cara dura de enfadarse.

- ¿ ... Y como quieres que yo sepa eso?

- ¡Dante! - Grita ignorándome - llevala al castillo. A partir de ahora es tu responsabilidad.

Da media vuelta y se va. Se monta en uno de los coches. Desparece en un abrir y cerrar de ojos. Espero que no persiga a los que nos han disparado, preferiría que mandara a algunos de sus hombres a investigar. Lo se, soy tonta. Después de todo lo que me ha hecho sigo sin querer que sufra ningún tipo de daño.

- Señorita Mía ¿Está lista? - Me  saca Dante de los pensamientos tristes que no puedo evitar.

- Llámame Mía, por favor - Suspiro ocultando la presión de mi pecho - Estoy lista.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Entre Mafias