Entre Mafias romance Capítulo 27

Marcus

Me siento sobre la silla que me ofrece Ares, evidentemente no es su nombre real, es un apodo que él mismo se puso para acojonar a los novatos. Se creen que es el Dios de la guerra, invencible y todas esas mierdas.

- ¿Qué te trae por aquí? - Pregunta sentándose frente a mi.

- Como sabrás hay alguien que me está jodiendo. Explico un poco por encima - Quería saber si te has enterado de algo.

Lo que más me interesa es observar su reacción. Tengo que descartar sospechosos y es difícil engañarme. Tiene muy trabajada su cara de poker, ni un solo movimiento fuera de lo normal. Este tío es bueno, pero no tanto como yo.

- No he escuchado nada, lo siento - Se levanta y camina hacia la puerta.

¿Me está echando? Amablemente me está pidiendo que me largue. Aprieto la mandíbula, o es muy listo o muy tonto. No se donde encasillarlo todavía, aunque tampoco es que sea necesario hacerlo...

- Escuchame bien, Martín - Uso su nombre real mientras le ajusto la corbata apretándola más de la cuenta - Si me entero que has tenido algo que ver, que sabías algo o que simplemente has respirado cerca del que sabía algo, te las verás conmigo.

Termino de apretarle el nudo de la corbata y salgo sin volver a mirarlo.

Ya es noche cerrada cuando llego al castillo. Cerca de la entrada, unos paso antes de adentrarse en el bosque, están Mía y Lea. Han colocado dos tumbonas y están tapadas con unas colchas mientras miran las estrellas. Dante está de pie como una estatua unos metros detrás.

Me acerco a ellas, Mía  está explicando algo sobre las estrellas. Está tan concentrada que no me escucha llegar.

- ¿Qué miráis tan concentradas? - Pregunto dándole un beso en la mejilla.

Lea se levantan despacio, dobla la colcha y me saluda con una tímida sonrisa.

- Buenas noches, Marcus. Yo ya me iba.

Me vuelvo hacia Dante, aquí hay muchos hombres que la protegerían con su propia vida, pero también está mi hermano, y no me fío absolutamente nada de él.

- Acompáñala.

Se acerca hasta ella y espera hasta que comienza a andar. Jamás habría dicho que alguien como Dante tendría tanta paciencia con una chica como ella, pero ahí está, sin acercarse ni tocarla, solo esperando a su lado. Increíble como nos dominan las mujeres.

Me siento en la tumbona que se acaba de quedar libre.

- ¿Sabes reconocer estrellas? - Pregunto centrándome solo en ella. Mira fijamente hacia el cielo, disfrutando de lo que ve.

- ¿Conoces la historia de la constelación de Orión? Es muy triste.

Levanta el brazo y con el dedo extendido recorre el camino de las estrellas que forman la constelación. No puedo dejar de mirarla a ella. Tiene el pelo recogido en una trenza que cae sobre su hombro. Lleva un poco de maquillaje, tan sutil y delicado como ella misma.

- Cuéntamela - Pido acercando mi tumbona a la suya.

Me acomodo a su lado. Mientras ella busca las palabras para empezar la historia.

- Artemisa estaba enamorada de Orión, él era un gran cazador y ella la Diosa de la caza, pero Apolo, el hermano de Artemisa, estaba celoso - Me mira y levanta una ceja divertida - Creía que su hermana no debía estar con un simple mortal, así que decidió acabar con la vida de Orión.

Ha vuelto a centrar su atención en las estrellas. Supongo que estar cerca de mi hermano después de todo lo que le ha hecho le recuerda un poco a esta historia. Espero que Killian tomara mi aviso en serio,si no la próxima vez será peor para él.

- Continúa, por favor - Pido al ver que se ha quedado callada.

- Si, perdona. Intentó matarlo de diferentes maneras, pero no pudo, así que decidió engañar a su propia hermana. Sabía que Artemisa era la mejor con el arco, no había objetivo al que no pudiera dar.  Le señaló un punto sobre el mar que estaba lejos, muy lejos - Suspira y me mira con la intensidad de sus ojos verdes - El punto era Orión, pero ella no lo sabía.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Entre Mafias