Es complicado (Temática Bl) romance Capítulo 40

Tenía mis expectativas bastante poco desarrolladas, no me esperaba una cena romántica ni nada por el estilo, Jace no es para nada romántico o al menos eso creí antes de llegar a su casa donde esperaba por mí, había pétalos guiándome hasta una mesa con velas y unas rosas en mi asiento junto a bombones de chocolate.

El lugar estaba ambientado de manera romántica, velas en la mesa, vino, fresas bañadas en chocolate en un carrito aún lado de la mesa, la cena estaba cubierta por un cloche, busqué a Jace en medio de aquella semi oscuridad mientras poco a poco oía una suave melodía de fondo, no pude evitar liberar una pequeña risa al ser todo tan extraño, me gustaba mucho, sin embargo, no es algo que haría Jace si no estuviera buscando algo de mí, es obvio que está buscando algo y no sé qué es exactamente, ¿sexo? ¿Se mudará otra vez? ¿Quiere que le preste atención? Últimamente no le he dado la suficiente atención como antes, pero ¿será sólo eso?

–Ya... ok... ¿Esto es para mí o estas esperando a alguien más? –pregunté tratando de verlo salir, giré alrededor de mi órbita tratando al buscarlo con mi mirada, tenía ganas de verlo, pero no quería parecer desesperado.

Llevamos exactamente tres días sin hablar, con este sería cuatro, pero no cuenta al justamente hablar por la mañana, me sorprendió mucho su llamada con la intención de invitarme a su casa, pensé que se había cansado de ignorarme, aunque es más por mi culpa que comenzó con aquello, de todas formas cuando salimos en una especie de "cita" lo hice enojar, me encanta verlo enojado por culpa de los celos que le provoco con mera intención, sé que Jace sólo es celoso cuando lo provocan, normalmente si no hago nada para provocarlo él no se pone celoso y eso me gusta mucho.

–¿Jace...? –lo llamé sintiendo la forma en la que sus manos se pasaban por mis brazos suavemente.

–Te tardaste...– susurró a la altura de mi oído.

–¿Qué es todo esto? –pasó sus brazos por mi cintura abrazándome.

–Una cena– respondió en un tono de obviedad.

–¿Con qué intención? –me giré con desconfianza mientras él sonreía.

¡Cielos! Se veía tan guapo, sus brazos se marcaban en su camisa blanca con tres botones abiertos, aquello le daba un toque semiformal y sexy al mismo tiempo, es realmente muy guapo.

Jace tomó mi mano depositando un beso en mis nudillos dedicándome una sonrisa dulce, por un momento pensé que yo le gustaba como él me gusta a mí, me dejé llevar, me abrió el asiento dejándome claro que los obsequios eran para mí, las rosas rojas me encantan, además que obviamente los bombones de chocolate me fascinan, esto parecía que iba a resultar bien o al menos ha acertado con los obsequios.

La cena era casi tan elegante como la decoración, me sorprendió ver un platillo de estos luego de varios meses huyendo de casa, la carne estaba a un punto perfecto como la carne que solía preparar el chef de mi casa, mis padres son adinerados, por supuesto que estoy familiarizado con esta clase de ambientes al igual que comidas, tampoco me sorprendía el vino caro en mi copa, pero me resultaba aún más delicioso si Jace me acompañaba, además las sonrisas junto a las pequeñas caricias que me regalaba hacía que mi corazón saltara de la emoción, quería besarlo, sin embargo, me prometí a mí mismo que no lo haría hasta que me revelara sus verdaderas intenciones, no quiero ser su juguete, sobre todo porque los juguetes luego de un pequeño tiempo se tiran a la basura y definitivamente yo no quería ir allí.

–¿Te ha gustado? –preguntó pasando gentilmente sus dedos por mi mano acariciándome de forma tierna.

–hm...– pensé– quizás– respondí.

Jace se mordió el labio viendo mis labios como un segundo platillo para comer, me lamí los labios como si no me diera cuenta de sus claras intenciones, pero aún no quería arruinar el momento, estaba siendo verdaderamente muy lindo; miró hacia un lado tomando aquella fuente de fresas bañadas en chocolate, me miró a los ojos y acercó una de esas fresas a mi boca de forma lenta, yo la acepté viendo en todo momento sus labios, sus labios al yo morder la fruta se expandieron con una sonrisa.

–¿Vamos a otro lado? –preguntó.

–¿A otro lado? – pregunté con cierta desconfianza, no quería terminar en su cama como siempre.

–Hay una feria de juegos hoy ¿Qué tal si vamos?

–Está bien– respondí levantándome de mi asiento para irnos juntos, Jace me tomó de la mano al poner sus llaves y billetera en las carteras traseras de su pantalón, dejé escapar un pequeño suspiro a media que caminábamos por su jardín delantero en dirección a su auto, parecía ser que sólo buscaba divertirse y nada más.

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