Después de colgar el teléfono, Bernabé pensaba por un rato y sentía que había pasado algo raro.
Dentro de tan corto período de tiempo, ¿Simón era capaz de resolver todas las dificultades? ¿Y qué haría con la empresa en el extranjero? Jorge Carlos ya tenía edad, para él, no tenía mucha oportunidad a trabajar en la compañía durante el día, lo que podía hacer era que firmaba algunas transacciones importantes en tiempo libre.
Había muchos administradores que le ayudaban a manipular el resto de los asuntos, por eso, no haría falta meterse en las nimiedades.
Sin embargo, no significaba que podría descansar tranquilo, al fin y al cabo, no era tan joven, si volvió a patria, sería difícil a gestionar todo bien.
Bernabé estaba preocupándose por él, después de pensar por un rato, decidió a buscar a Jorge.
En estos momentos, Jorge estaba en una videoconferencia, llevaba las gafas para présbita, las cuales fueron decoradas con oro. Bernabé estaba fuera de la puerta, y le miraba a través del resquicio. Aunque Jorge tenía edad, se notaba el domino de grandeza en su cara, hablaba lógicamente, y sus palabras eran convincentes.
-No tengo que preocuparme, parece que no hay ningún problema.- Pensaba Bernabé.
No se podía encontrar ningún expresión en la cara de Jorge, cuando no estaba al lado de su bisnieto, no haría risa en su cara, especialmente en la ocasión de trabajo, nadie se atreviere a bromear ante él.
Quizás por su edad, sus cuencas de los ojos eran profundas, con las cuales se veía las miradas severas y fuertes.
-Vale, trato hecho, emprendéis ahora. Toma la responsabilidad del seguimiento, Giuliana. Si hay algún problema, no dudes de decírmelo.- Dijo Jorge, pensaba añadir algo más, pero encontró una silueta fuera de la puerta por el rabillo del ojo.
Mudó de color, creía que era un criado que se atreviera a violar su tabú. Sin embargo, cuando levantó la cabeza, Jorge encontró con las miradas claras de Bernabé, sus pupilas eran tan negras y cristalinas.
¿Bernabé?
El destello de furia desapareció en sus ojos instantáneamente, el cual fue captado por la persona en el otro lado de la pantalla. Jorge interrumpió el silencio, y dijo, -si no quieres decir algo más, así es todo, ya que se ha decidido. Estoy cansado.
-Vale.- Contestó esa persona.
Jorge terminó la videoconferencia, se quitó las gafas, y luego agitó la mano hacia Bernabé.
-Estás aquí, ¿por qué no entras?- preguntó Jorge.
Bernabé se escondía fuera de la puerta, y tapaba su boca con las manos, parpadeando los ojos con fuerza.
Al oír las palabras de su bisabuelo, dio una media vuelta y entró en el cuarto de estudio con pasos pequeños.
-¡Bisabuelo!
Después de oír su voz inmadura, Jorge convirtió en una persona suave y simpático, tendió la maño hacia Bernabé.
-Bernabé, ¡ven!- dijo Jorge.
Bernabé dirigió hacia él obedientemente.
-¿Por qué te escondiste fuera de la puerta y no entraste?- dijo Jorge, puso el niño en su regazo, y luego le ayudó a arreglar su ropa. Vio que Bernabé estaba vestido tan corta y sutil, Jorge frunció el entrecejo y preguntó, -hace mucho frío, ¿por qué llevas tan poco? ¿Los criados no eran responsables?
Entonces, podíamos explicar todo. Cuando Simón le llamó para llevar a Bernabé a casa, Jorge le enteró a él su plan, Simón quedaba en silencio por un rato y dijo, -Xenia y yo, respetamos la opinión de Bernbé, aunque es un niño, es capaz de pensar por si mismo, por eso, podrías discutirlo con él. Si permite que heredaría todo cuando era adulto, no nos opondríamos.
Cuando era maduro, tendría que elegir a su camino propio de la vida.
Sus padres no tendrían el derecho a intervenir, con tal que no errara el camino.
Por fin, Simón y Jorge llegaron a un consenso, Jorge se encargaría de preguntarlo a Bernabé, y se tranquilizó, mientras tanto, permitió que saldrían con ellos a patria.
Jorge confía en algunos empleados, por eso, podrían ayudarle a despachar los asuntos, entonces, tendrá tiempo libre para relajarse, y volvería a trabajar algunas veces.
-Jorge, ¿hay algunos asuntos urgentes en la empresa?- preguntó Bernabé en voz imadura.
Se llevaba por un período de tiempo, eran más cariñosos que antes, Jorge ayudaba a Bernabé a arreglar su ropa, y Bernabé mantenía la temperatura a las orejas de bisabuelo con sus manos.
Las palabras y la acción conmovieron a Jorge, su corazón frío estaba calentando, sujetaba a la cara de Bernabé, y estaba pensando cómo decirlo.
-No son tan urgentes, hay algunos profesionales que me ayudan a controlar la empresa, confío mucho en ellos, por eso, estoy ocupado por algunos asuntos relevantes. Bernabé, has dado un paseo en la compañía, ¿cómo lo piensas? ¿Te gusta? ¿Está extraordinaria?- preguntó Jorge.
Bernabé notó su cabeza puramente, para complacer a su bisabuelo, el niño dijo, -¡muy bien, es maravillosa, y eres genial! Bisabuelo.
A Jorge le agradó mucho lo que Bernabé le dijo, le miraba con los ojos entrecerrados, y preguntó, -pues, ¿tienes ganas a ser el dueño de la empresa?
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