Las manos de Simón se detuvieron en el aire, frunció el ceño y la miró.
¿Qué le pasó a esa mujer?
Frida no habló con Simón, solo se metió rápidamente en la colcha y usó la colcha para ocultar las marcas de su cuello.
Simón puso una cara de cabreo cuando vio que estaba ocultando las marcas, y sus dedos se detuvieron en el aire.
-¿Qué estás haciendo?-
Frida se escondió debajo de la colcha para asomar solo la cabeza, luego miró a Simón con un par de ojos desconcertados.
-A-anoche tú...- tartamudeó y no pudo terminar su frase.
Simón la miró fijamente, -¿Qué?-
-Anoche tú has...- Frida subconscientemente quería morderse el labio inferior, pero al recordar que le dijo que no paraba de morderse el labio y que había dejado mordeduras, se controló para no hacer ese movimiento.
-¿Yo qué?- Simón sabía que ella había perdido la cabeza en ese momento, y probablemente no sabía quién era él, así que le preguntó quién era en el momento más importante. Cuando ella estaba inconsciente, pero consiguió decir su nombre con claridad, Simón realmente tuvo un sentimiento extraño en su corazón en ese momento.
Por eso, cuando le hizo la pregunta, Simón no sabía si recordaba lo que pasó anoche.
Frida lo miró fijamente por un momento, -Cuando te dije que te vayas, ¿te fuiste?-
Respiró hondo y trató de calmarse.
La mirada de Simón seguía tranquila como antes, -No.-
¿No? Los ojos de Frida temblaron, -¿No te fuiste? Entonces tú...-
Si no se fue, entonces... Frida hizo una pausa por un momento, luego preguntó en voz baja, -Entonces, ¿estás bien?-
Simón se estaba enojando, entrecerró los ojos para mirar a la mujer frente a él, su mirada era tímida, como si estuviera preocupándose por él. Al parecer, era obvio que ella no sabía lo que pasó anoche, solo estaba preocupada por él.
-¿No sabes tú si estoy bien o no?-
-Mmm…-
-¿No recuerdas lo que pasó anoche?- Simón finalmente no pudo evitar preguntar.
Frida se quedó de repente en silencio cuando él preguntó, bajó la mirada como si estuviera pensando y luego dijo, -Anoche... solo recuerdo que entraste en la habitación, pero Nico había encendido el incienso drogado, así que si entrabas... te quedarías... te quedarías...-
-¿Cómo me quedaría?- Simón entrecerró los ojos y la miró fijamente.
Frida se avergonzó de decirlo y sus mejillas se sonrojaron.
-Dilo.- instó Simón sin querer dejarla en paz.
Frida evitó su mirada y susurró, -¿No conoces el incienso drogado? Si te ves afectado, te sentirás incómodo, como si estuvieras drogado, pero tu no tenías...- ¿No tenías disfunción eréctil? Por supuesto que Frida no dijo eso.
En cambio, lo expresó de otra manera, -Nico escuchó los rumores de la gente y pensó que tenías eso... así que quería tomar represalias contra ti, ¿de verdad estás... bien?-
¿Que tenías eso?... Simón pensó durante un buen rato antes de darse cuenta.
En privado, estaba un poco enojado porque trabajó muy duro para ayudarla anoche, pero ella se olvidó de todo y pensó que era un impotente. ¿Encima se estaba preocupando de que el incienso de Nico le había dejado incapaz de desahogarse su apetito?
-¿Señor Simón?- Lo llamó Frida al ver que no respondía.
Simón volvió a su consciencia, y acercó su silla de ruedas a Frida, -¿Te preocupas por mi bienestar?-
Frida se sorprendió por un momento y luego negó con la cabeza, -Solo pienso que me usaron para atraerte, así que... me siento culpable, señor Simón, no me malinterpretes.-
Sintió que la persona de la que hablaba Simón era ella.
-Al principio no tenía intención de ayudarla, pero ella no paraba de tirarse sobre mí para quitarme la ropa...-
-No-no digas más.- Lo interrumpió Frida con voz temblorosa, -Anoche estuve drogada y no recuerdo nada.-
Tan pronto como dijo eso, varias escenas pasaron por la mente de Frida.
En las escenas, salía casi medio desnuda sosteniendo el cuello de Simón, luego no paraba de moverse sentada en su regazo y no paraba de darle besos en todas las partes. En resumen, se podía decir que la escena era una escena terrible, ¡ella estaba totalmente fuera de control!
Además, pareció oír su propia voz diciendo, -Ayúdame...-
La voz era coqueta y encantadora, era la voz después de ser drogada.
Frida estaba completamente atónita.
-¿Entonces fuiste tú...?- Las marcas moradas que tenía en todo el cuerpo, ¿podrían ser obras de Simón?
Pensando en eso, Frida apartó a Simón con incredulidad y luego lo miró, -Anoche nosotros...-
-¿Te has acordado?- La mirada de Simón seguía expresando frialdad, pero había algo diferente en sus ojos, parecía que había un rastro de cachondeo allí.
-... He recordado algunas escenas.-
-¿Son las escenas de cómo me seducías? Mujer de segunda mano, que sepas que anoche fui seducido por tus palabras.-
La mirada de Frida se volvió complicada, luego miró sus entrepiernas inconscientemente, -Esto... Tú no tenías... ¿no tenías algún problema en ese aspecto? ¿Cómo pudo pasar eso?-
¿No eras impotente? Aún no pudo decir esas palabras.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Esposa falsa de Simón