Esposa falsa de Simón romance Capítulo 1055

Por supuesto, no pasa nada por tomar unos bocadillos de vez en cuando.

Sin embargo, Simón no estaba de acuerdo por las condiciones higiénicas y los conservantes.

Para que Xenia comiera algo, los criados decidieron hacer bocadillos en casa, aunque con mucho esfuerzo.

Finalmente, Simón aceptó.

Justo cuando Xenia estaba a punto de llamar a Bernabé para preguntarle cuándo volverá, un niño entró por la puerta.

-¿Bernabé?

-Mamá -Bernabé abrazó a Xenia.

-¿Dónde está la tía Naomí? -Xenia miró a la puerta.

-El padre de la tía Naomí tuvo un accidente de coche y ella fue al hospital.

Xenia se quedó helada al oír las palabras, -¿De verdad? ¿Cuándo?

Bernabé asintió.

Xenia entró en pánico ante el shock e intentó salir corriendo.

-¡Mamá! -Bernabé se apresuró a detenerla-. La tía Naomí ya se ha ido.

Xenia respiró profundamente, se calmó y preguntó, -¿Cómo está su padre? Dime lo que sabes.

Cuando Bernabé terminó, Xenia se sintió aliviada, pero su corazón se dirigió a Naomí.

En ese momento, Naomí se molestó pero se negó a reunirse con Xenia. Xenia, que es hermana de Diego, no pudo estar presente frente a Naomí.

Xenia se culpaba por no haber estado al lado de su mejor amiga cuando el padre de Naomí tuvo un accidente.

¿Cómo superó ese difícil momento?

Xenia estaba tan angustiada que no pudo decir una palabra.

-¿Mamá? Bernabé intentó consolarla-. La tía Naomí no te lo contó porque no quería que te preocuparas, que estás embarazada. Y su padre está bien ahora.

Pero Xenia seguía triste por haber dejado sola a Naomí.

Bernabé supo entonces que no sería prudente decirle que Naomí y Diego se habían encontrado hoy.

Bernabé ayudó a Xenia a sentarse en el sofá, -No te preocupes, mamá, me quedaré con la tía Naomí por ti.

Xenia aceptó y decidió llevar a Bernabé a la escuela privada más tarde.

***

-Tía Naomí, me iré contigo.

-Pero volveré pronto. Te aburrirás allí.

-Puedes ir con ellos, Brisa. Estaré bien aquí. Bernabé puede contagiarse aquí en el hospital.

Naomí se quedó sin palabras, pero sabía que su padre lo dijo por la bondad de su corazón.

En cualquier caso, el hospital era el único refugio para los enfermos.

-¡Papá! -Naomí frunció el ceño, un poco descontenta.

Mateo inmediatamente hizo un gesto con la mano, -Vamos, a tus ocupaciones.

-Tu padre se está recuperando bien estos días, las enfermeras cuidarán de él -dijo Brisa.

Naomí tuvo que asentir.

Los tres se dirigieron juntos al restaurante.

Tras colocar los muebles, Brisa volvió al hospital y Naomí y Bernabé regresaron.

Naomí iba a pedirle al chófer que llevara a Bernabé de vuelta, pero éste sacó una bolsita del maletero del coche y le guiñó a Naomí.

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