Esposa falsa de Simón romance Capítulo 1057

-¡Tonterías! Sé que aún no has conocido a tu amor, pero tendrás que casarte tarde o temprano.

Naomí no quiso contradecirla.

Además, quería casarse, con el hombre que le gustaba.

Pero, a él no le gustaba Naomí.

No quería casarse porque no creía que le fuera a gustar otro hombre en su vida.

-Todavía eres joven y comprenderás que no hay dificultad que no se pueda superar. La vida es un reto difícil.

Brisa conocía bien a Naomí y pudo ver que ésta había cambiado mucho últimamente.

-Voy a ver si Bernabé se levanta.

Cuando Mateo se enteró de que Bernabé y Naomí vivían juntos, quiso que le dieran el alta inmediatamente.

Pero Naomí y Brisa no estaban de acuerdo, ya que aún no se había recuperado del todo.

Por ello, Mateo se enfurruñaba durante mucho tiempo y a Naomí le divirtió la puerilidad de su padre.

Brisa eligió un día de suerte para la apertura del restaurante de Naomí, en el mes siguiente.

Naomí no pudo esperar, queriendo ocuparse y olvidarse de toda la tristeza.

-¿Qué te parece el día en que papá recibe el alta del hospital? -sugirió.

-Bien, lo llevaré y al restaurante entonces -dijo Brisa.

Naomí asintió.

***

Una semana después

Naomí preparó globos y flores para la apertura del restaurante.

Y contrató a dos personas para que la ayudaran con las promociones, de lo que se había ocupado durante varios días.

Incluso tuvo ojeras y perdió mucho peso en los últimos días.

Sin embargo, sus rasgos también estaban un poco más definidos, sus ojos eran profundos y estaba mucho más guapa que antes, aunque un poco demacrada.

Brisa se apresuró a ir al restaurante después de recoger a Mateo del hospital, -Ten cuidado, que no quiero volver al hospital.

Mateo tropezó, Brisa le ayudó y luego empezó a regañarle.

- ¿Por qué no me escuchas? Dios mío.

Mateo no dijo nada más, para no pelearse con ella.

Cuando los dos llegaron, el restaurante ya estaba llena de clientes.

Mateo miró a su alrededor y dijo, -Buena decoración. Naomí tiene mucha suerte de haber alquilado una tienda tan popular a un precio tan bajo.

Brisa no estuvo de acuerdo, -Bah, que Miguel es un hombre rico, no le importa el dinero, ¿ok? Naomí ha adivinado exactamente cuánto echa de menos a su mujer.

-¿Cómo? ¿Sabe ella el echar de menos?

La pareja se miró, sin hablar.

-Ya estáis.

Naomí vio a los dos y se acercó para coger el brazo de su padre, -¿Cómo estás, papá? ¿Dijo algo el médico?

-No, pero no podré hacer ejercicio durante un tiempo, así que tendré que estar en casa.

Naomí dio un suspiro de alivio, -Bueno.

-¿Dónde está Bernabé?

Naomí puso los ojos en blanco, así que Mateo estaba aquí por Bernabé y no por la apertura.

Naomí ayudó a su padre a sentarse y le sirvió un vaso de agua.

Cuando éste siguió mirando a su alrededor, Naomí dijo, -Bernabé está ayudando en la cocina.

Inmediatamente los ojos de Mateo se abrieron de par en par, -¿Qué? No estás abusando de él, ¿verdad?

-¿De qué estás hablando?

¿Cómo sería posible? Dado el ingenio de Bernabé. Pero fue cierto que últimamente se había portado mucho mejor y había dejado de ser travieso.

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