Esposa falsa de Simón romance Capítulo 1140

Pensando en ello, Naomí se enfadó mucho. Lo había dicho claramente, pero este niño era tan asusto.

-No juegues conmigo. Mándame la dirección rápido o me voy a enfadar de verdad. Y si me enfado tú sabrás las consecuencias.

Al ver este mensaje, Bernabé casi pudo imaginar cómo se encontraba Naomí en ese momento y se río. Pero a Bernabé no le gustaba Gaitán realmente.

Y pensó que sería una buena idea dejar que se comprara una comida, así que podría observarlo.

Él pagar o no, no le importaba.

Pero quería saber si él se atrevía a admitirlo.

-No se preocupe, Naomí. Me encargará yo mismo.

-Dirección, rápido.

Bernabé envió un emoji mimoso, luego guardó su teléfono y no siguió comunicándose con Naomí, quien se enfadó tanto por esta acción que se quedó en la puerta con la cara seria.

Y Brisa, al ver que llevaba un largo tiempo fuera y no había tomado un taxi, se acercó a comprobarlo.

-¿Qué pasa?

-Bernabé no me da la dirección. -Naomí habló con impotencia.

-¿Por qué? ¿El pequeño no se preocupa por sí mismo?

-¿De qué tiene que preocuparse? Mamá, deberíamos estar preocupadas por la otra persona. Será engañado por Bernabé.

-¿De qué estás hablando, Bernabé es tan puro, y es sólo un niño pequeño, ¿cómo podría engañar a alguien?

Naomí lanzó una mirada de impotencia a su madre. Parecía que se había dejado embaucar completamente por Bernabé y que éste debía de ser todo un encanto frente a ellos, por lo que sus padres no tenían ni idea de la verdadera cara de este diablillo.

Cuando pensó en esto, Naomí no quiso discutir más y sólo pudo decir, -Tengo que enviar un mensaje a Gaitán.

Ella y Gaitán se habían añadido mutuamente a WhatsApp, aunque todavía no habían intercambiado sus números de teléfono móvil.

En un principio había llamado a Bernabé porque lo conocía mejor y sería más fácil con él, pero se equivocó.

Ahora tenía que empezar con Gaitán.

Naomí le envió un mensaje.

Después de esperar mucho tiempo, él respondió.

-No te preocupes, yo me ocuparé de él.

Naomí se sintió muy frustrado.

¿Tampoco le dijo dónde estaba el lugar? Parecía que se había engañado por Bernabé. ¿Por qué este pequeño era tan...

Era imposible decir que lo odiaba, así que Naomí tuvo que buscar otra forma. Tomó un taxi y le dijo al conductor, -Señor, ¿sabes dónde está el restaurante más caro de estos días?

-¿El restaurante más caro? -el hombre mayor parecía estar pensando.

Naomí, al ver esto, se apresuró a responder, -¡Sí!

El conductor comprendió al instante, -Bueno, yo siempre ando por ahí, así que sé que hay unos sitios, pero ¿a cuál vas a ir?

Naomí no estaba segura de dónde iba a llevar Bernabé a Gaitán, pero como no la dejaba ir allí, estaba segura de que iban a un restaurante más caro.

-¿Usted no está tratando de mantener su palabra?

Estaban parados en la puerta del hotel, por lo que había mucha gente. Aunque la voz de Bernabé no era demasiado alta, Gaitán sintió vergüenza y sólo pudo acercarse a él y bajar la voz.

-No, no. Es que, pienso que este lugar no es adecuado para los niños. Te llevaré a un restaurante para los niños, ¿de acuerdo?

Pero preguntó de repente Bernabé.

-¿Tiene miedo de que este lugar sea demasiado caro? No te preocupes, si no quieres pagar, puedo pedirle a mi tío que lo pague.

Él pensaba, “si no es tan bueno como mi tío, no podrá casarse con Naomí. No sé si el tío se acercaría al ver mi mensaje. Si no, no volvería a hablar con él.

Al escuchar a Bernabé decir que había pedido a su tío que viniera a pagar, la cara de Gaitán se puso aún más seria. El niño había sido apartado por Naomí a mitad de su discurso antes, pero Gaitán había escuchado esas palabras con claridad.

Naomí debía haber tenido algo que ver con su tío.

Ahora el niño le decía que pidiera a su tío que viniera a pagar. ¿Estaba menospreciándolo? Por esoGaitán dijo, -No, me lo puedo permitir. Entonces entraremos.

-Oh, gracias, señor.

Una vez dentro, Bernabé se apresuró a entrar y encontró un palco. Gaitán siguió al camarero, un poco avergonzado pero aún descarado, le preguntó.

-¿Cuál es el consumo mínimo aquí?

El camarero fue muy amable, -Hola señor, el consumo mínimo es de quinientos si reserva un salón privado.

Quinientos...

Gaitán se veía peor. Lo que significaba que tenía que gastar al menos quinientos dólares hoy.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Esposa falsa de Simón