Esposa falsa de Simón romance Capítulo 126

Frida, como una chef que cocina por primera vez, llevó la comida que había hecho al invitado. Al ver que el invitado comía con fruición, incluso mostró una profunda y significativa sonrisa.

Esta escena, como Carmen la miraba, se sentía extraña.

¿Qué demonios está pasando?

-Siento llegar tarde. - La voz de un hombre apareció detrás de ellos.

Carmen y Frida se sorprenden y miran hacia el sonido.

El apuesto Simón, vestido con un traje negro y sentado en su silla de ruedas, fue empujado hacia ellos por Rafael.

Al ver a Simón, los ojos de Frida se agrandaron con sorpresa; ¿cómo había aparecido aquí de repente?

¿No debería estar en la oficina a estas horas? Y esta tarea ya se la había dado.

¿Ha vuelto a hacer algo malo?

Pensando en lo que había pasado antes, Frida se levantó de su asiento y se dirigió hacia él. Esta actitud cautelosa de ella fue vista por Diego, que estaba sentado al otro lado de la mesa, y éste no pudo evitar seguir mirándola.

Siguiendo la figura de Frida, Diego y Simón se miraron.

Pensando en los resultados de esta investigación, Diego reflexionó en sí mismo.

Sin saber lo que se le ocurrió, Diego sintió más que un poco de curiosidad por los dos.

Carmen se levantó de repente, -Señor Freixa, si hubiera sabido que usted también iba a venir, tendría que haber…-

Simón parecía tranquilo, -No hace falta, sólo he venido a ver cómo había hablado mi asistente. -

Su voz era indiferente y no pudo escuchar ninguna otra emoción.

Carmen lanzó una mirada incómoda a Frida, quien se acercó a Simón y bajó la voz, - ¿Qué te haces por aquí? -

Su expresión de sorpresa era como infantil. Simón pensó para sí misma, ¿cómo es que no se había dado cuenta antes de que esta mujer también tenía un lado tan lindo?

Y ahora, sus diversas expresiones, incluyendo sus movimientos y ojos, eran adorables para Simón.

Y cada vez le gustaba más.

¡Mierda!

¿Es sólo porque tuvieron sexo? ¡No puede ser!

Al pensarlo, Simón se enfadó inexplicablemente y volvió con una voz que sólo podían escuchar dos personas, -He venido a ver si has estado seduciendo a hombres cuando estoy ausente. -

Frida, -…-

Por un momento, su rostro se puso rígido.

Y el apuesto Simón sonrió amablemente. Se acercó a la mesa, - ¿Les importa si me uno a ustedes? -

Diego dejó sus cubiertos que tenía en la mano.

-Señor Freixa, encantado de conocerle. -

Simón curvó los labios, -Es mi placer. -

Frida, en cambio, seguía en su posición original, y sólo reaccionó cuando los oyó hablar.

Volvió a su asiento. Todos se sentaron tranquilamente, y Frida tardó medio día en darse cuenta de que sólo Diego tenía comida delante, y que se había olvidado de su comida y la de Carmen.

-¡Lo siento, voy a llamar al camarero para que pida! -

Cuando llegó el camarero, Frida preguntó la opinión de todos y finalmente pidió para todos.

Incluso buscando a ese desconocido, es la propia oferta de Sofía para ayudarla.

Así que esta vez, Sofía se alegró mucho de que Frida le pidiera dinero prestado. Como había pedido ayuda y Sofía había encontrado la oportunidad de compensarla, el corazón de Sofía se sentía menos culpable.

Así que Sofía transfirió rápidamente el dinero a Frida, y cuando ésta recibió el mensaje de banco, dijo agradecida, -Gracias. -

Sofía preguntó despreocupadamente, - ¿No me has dicho por qué te han prestado el dinero? Aunque sea complicado, puedes explicarlo brevemente. -

Hablando de eso, Frida se rió un poco, -Es una larga historia, ¿recuerdas cuando dije antes que invitaría a tu hermano a cenar? -

Al oír estas palabras, Sofía tuvo un mal presentimiento en su corazón, -Sí, sí. ¿Qué pasa? -

-El Grupo Freixa va a cooperar con Leguizamo, así que tengo el honor de invitar a su hermano hoy. -

-Tú, ¿qué has dicho? -

Las palabras de Frida acababan de ser pronunciadas cuando Sofía se quedó sorpresa hasta sin aliento, y Frida la oyó al otro lado del teléfono como si hubiera derramado algo, y preguntó con curiosidad, - ¿Qué pasa? -

- ¿Te has reunido con mi hermano…? - La voz de Sofía sonó agitada. Frida se sintió extraña y frunció el ceño.

Frida se apresuró a explicar, -No te preocupes, no estoy molestando a tu hermano, nos conocimos porque estábamos hablando de trabajo. -

-¿Dónde estás ahora? - preguntó Sofía de repente.

-¿Qué? -

-Dímelo, ¿no están comiendo? ¿En qué restaurante estás? - Sofía ni siquiera se dio cuenta de que le temblaba un poco la voz.

Frida, -Es el más famoso … de la Ciudad Norte-

Antes de que pudiera terminar su frase, Sofía la interrumpió rápidamente, - ¡Espérame, ya voy! -

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