A Óliver le pareció extraño y se quedó helado durante unos tres segundos mientras salía del coche y la alcanzaba.
- ¿Frida? -
Óliver le bloqueó el paso y la miró con desconfianza, - ¿Qué te pasa? -
Frida no fue muy amable, -Hermano, no está lejos de la oficina, iré andando. Me saltaré el hospital, gracias por hoy. -
Dicho esto, Frida ignoró a Óliver y se marchó directamente.
Óliver no la persiguió más, ya que se quedó quieto y vio a Frida alejarse.
Frida tardó en llegar a la oficina, pero la mayoría de la gente aún no había venido a trabajar y se dirigió a su despacho.
El escritorio seguía apilado con un montón de información como ayer, salvo que algunas zonas se habían despejado para dejar espacio libre. Estaba a punto de ir a mover la información cuando se dio cuenta de que tenía las manos cubiertas de pomada y eso era un inconveniente.
Sólo pudo usar su otra mano para ordenar la información primero, hasta que el calor de su mano desapareció y fue al baño a lavarse la pomada.
Por suerte, sólo era la sopa caliente, no una quemadura especialmente grave. Llevaba más de una hora aplicando la pomada y la herida estaba mucho mejor.
Cuando Frida volvió a la oficina, se encontró con Simón, que había venido a trabajar.
Como ayer, se mostró indiferente a ella y ni siquiera la miró.
Estaba en una silla de ruedas y fue llevado a la oficina por Rafael.
Frida volvió a su asiento para seguir ordenando la información. Probablemente por el cansancio y la falta de descanso de los dos últimos días, Frida no tardó en quedarse dormida sobre su escritorio.
No estaba claro cuánto tiempo llevaba dormida cuando Frida oyó que alguien la llamaba por su nombre.
-Frida, ¿por qué sigues durmiendo? Levántate y vamos a comer. - La persona que la despertó fue Naomí, que llevaba mucho tiempo esperando en el comedor sin ver a Frida, así que subió a buscarla.
Quién iba a saber que dormía en su escritorio.
Frida estaba medio dormida cuando oyó que alguien la llamaba por su nombre y abrió los ojos con dificultad para mirarla, - ¿Naomí? -
- ¿Por qué duermes aquí? Démonos prisa y bajemos a comer, si vas más tarde, el comedor se quedará sin comida. - Dijo Naomí, e ignorando su estado, la sujetó directamente del brazo y tiró de ella hacia arriba.
-De acuerdo. - Frida, que también tenía intención de ir a comer, se levantó con su arrastre.
Acabó dando dos pasos cuando su visión se volvió negra y su cuerpo cayó sin control.
Naomí gritó, -¿Qué te pasa? No te caigas sobre mí, tú tampoco te caes en el suelo … No, mejor que te caigas sobre mí. -
La fuerza de Naomí era bastante fuerte y la ayudó durante un tiempo. Finalmente, Frida cayó sobre el cuerpo de Naomí, Naomí la miró sin palabras, sólo para descubrir que los ojos de Frida estaban cerrados.
-¿Frida? ¿Frida? -
-Mierda, ¿te has desmayado? ¿Qué te pasa, tengo que llevarte al hospital? -
Naomí miró a su alrededor y sólo pudo suspirar con impotencia cuando se dio cuenta de que no había nadie en absoluto.
Puso a Frida de espaldas y luego se esforzó por dar un paso adelante.
Cuando llegó al ascensor, una voz surgió de repente detrás de ella.
Fue como si la puerta de la oficina se hubiera abierto, y Naomí miró hacia atrás para ver a Rafael empujando a Simón fuera de allí.
Las miradas de los tres se cruzaron en el aire, y Simón vio a Frida de sus espaldas, y sus hermosas cejas se fruncieron.
Naomí se acordó de los rumores en la empresa antes y habló para explicar, -Señor … sólo vine a buscar a Frida para que comiera conmigo, pero quién sabe si se desmayó de repente después de unos pasos, al parecer, tenemos que llevarla al hospital. -
Rafael se sorprendió, -¿Desmayó? ¿Cómo puede desmayarse de repente? -
Naomí tosió ligeramente y explicó, -No estoy segura, pero parece muy pálida y sus manos están frías…-
Mientras decía estas palabras, miraba a Simón, como si se lo dijera a propósito.
Efectivamente, las cejas de Simón se fruncieron un par de veces más, y al cabo de un momento dijo fríamente, -Dámela. -
Naomí, -¿Qué? -
-Lo que nuestro señor quiere decir, es que quiere llevar él mismo a la señora Frida al hospital. -
Naomí comprendió entonces y ayudó a Frida hacia los dos. Probablemente Simón se cansó de esperar y rodó su propia silla de ruedas, y antes de que Naomí pudiera reaccionar, sus manos ya estaban extendidas y agarraron directamente la cintura y los brazos de Frida, atrayéndola hacia sus brazos.
Cuando Naomí volvió a sus cabales, vio que Frida ya estaba en brazos de Simón.
Naomí se quedó aturdida en su sitio, mirando la escena que tenía delante con cierta sorpresa.
Aunque Simón se encontraba ahora discapacitado y en una silla de ruedas, todavía había una elegancia en él, y el pequeño cuerpo de Frida estaba acunado en sus brazos como si fuera una cubierta de cristal que protegía una rosa.
Naomí parpadeó y de repente recordó un famoso dicho.
En mí el tigre huele la rosa.
-Señor, ¿quiere decir que Frida está a su cargo para llevarla al hospital? -
Simón la ignoró, ni siquiera la miró, y se fue enseguida con Frida en brazos.
Rafael se quedó congelado unos segundos y le siguió rápidamente también, -Gracias por lo de hoy, nosotros iremos primero. -
Naomí pensó por un momento y la persiguió antes de que el ascensor se cerrara, -Entonces, ¿estaría bien si también voy al hospital con vosotros? En caso de que ocurra algo, puedo ayudaros. -
Rafael miró a Simón para pedirle su opinión, Simón no puso mucha cara, pero tampoco se opuso. Entonces Rafael asintió, -Sí, puedes venir con nosotros. -
Así que Naomí les siguió hasta el ascensor, muy contenta en su corazón.
Frida tiene realmente una relación inusual con señor Simón.
Mira cómo le duele el corazón a Simón.
¿Quién ha dicho que la relación entre ellos está rota? La relación entre ellos era claramente muy buena.
También me gustaría saber si Frida puede convertirse en la esposa del presidente del Grupo Freixa en el futuro, pensó Naomí con alegría en su corazón.
*
Tras un tiempo indeterminado de dormir, Frida finalmente se despertó lentamente. Abrió los ojos y vio que todo a su alrededor era blanco y olía a desinfectante. El olor la hizo fruncir el ceño y no pudo evitar mover un poco las manos.
- ¡Estás despierta! - Una suave voz femenina sonó a la izquierda, y Frida giró la cabeza para ver el bonito rostro de Naomí.
- ¿Naomí? - habló con una voz muy ronca.
-Deja que te traiga un vaso de agua. - Naomí se levantó rápidamente y le sirvió un vaso de agua, luego se lo llevó a Frida. después de beberlo, Frida preguntó, - ¿Cómo he llegado aquí? -
Naomí parpadeó, -Te desmayaste y el médico dijo que estabas demasiado débil y que no habías descansado bien últimamente. Ahora te están dando líquidos, y … Frida, estás desnutrida, ¿no comes todos los días? -
Frida, -…-
Naomí se acercó de repente a ella, - ¿Cuál es la relación entre tú y señor Simón? -
Al oír eso, Frida frunció el ceño, - ¿Qué pasa? -
-Sólo tengo curiosidad. Pues, hay alguien de la empresa decía que eras su amante pero que había roto contigo hace poco por lo que todo el mundo se regodeaba, pero me temo que esa gente se va a decepcionar hoy porque el señor Freixa se ha ido de la empresa con una Frida desmayada en brazos delante de todos… -
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