En medio de la noche, Raquel y Rafael caminaron por el pasillo, mientras quejando, -Es el medio de la noche, no sabes dejarme descansar, cualquier cosa me buscas.-
Rafael dijo con un rostro amargo, -Tía Raquel, no quise molestarle, realmente fue la orden de Simón, no tengo otra opción.-
Raquel lo miró y dijo, -¿Qué pasó esta vez?-
-Alguien usó afrodisíaco en Frida, así que...-
-¿Afrodisíaco?- Raquel miró atónita.
Rafael sonrió amargamente y asintió con la cabeza.
Raquel abrió los ojos asombrosamente, -¿Qué pasa? ¿Simón no protegió a ella?-
-Tía Raquel, no habla eso, ve conmigo. Salvar una vida es igual que extinguir el incendio, debemos ir rápido.-
-Jaja.- Raquel se rio, -¿Ella necesita mi ayuda? ¿Él no puede salvarla su mismo? Realmente es...-
Rafael se paró, sacó la tarjeta de la habitación y abrió la puerta, - Simón, vino tía Raquel.-
Los dos se pararon y vieron la escena en la habitación.
En este momento, Frida abrazó a Simón con las manos y los pies, como se fuera un pulpo, menos mal ella estaba vestida con una camisa blanca, su pelo estaba desordenado. Simón sudaba mucho, mientras quitó sus manos, escapando de ella.
La escena no se vio romántica, sino que hacía reírse.
Simón vio que los dos entraron y se pararon allí tontamente, quería enojarse sin razón, exclamó fríamente, -¿No vienen a ayudarme?-
Se demudó visiblemente el rostro de Rafael, los acercó apresuradamente a ayudar.
Raquel no podía aguantar más y empezó a reírse.
-Simón, yo he vivido tantos años, nunca te he visto tan ocupado y perdido. ¿Cómo? ¿Desde cuándo te conviertas tan compasivo? Antes...no eras así.-
Mientras diciendo, caminaba hacia Simón.
Rafael quería ayudar a Simón para quitarse Frida, pero no se atrevió a tocar ella, tenía miedo de tocar con un lugar que no debería tocar. Este hombre adulto vino para ayudar, pero no ayudó nada.
-Tía Raquel, ¿qué debo hacer? Usted es doctora.-
Raquel puso sus manos delante de su pecho para contemplar esta escena.
-Tía.- Simón tuvo que llamarla a regañadientes.
Raquel abrió los ojos con asombro, Simón siempre era empedernido, muy pocas veces la llamaba tía, pero ahora...¿La rugó para ella?
¿Por qué?
Obviamente...él era un hombre, si alguien usó afrodisíaco en esa chica , él podía...
Pero Raquel sacó rápidamente una medicina preparada de su bolsillo y la puso bajo la nariz de Frida para que la oliera, mientras que se acercó a Frida para controlarla.
Ella no la controló con mucho esfuerzo, parecía hizo suavemente, pero fácilmente contraló Frida, un momento después, Frida se calmó lentamente, luego cerró los ojos y se desmayó.
Su cuerpo se cayó suavemente.
Simón la recogió, la abrazó en sus brazos, sus ojos estaban nublados.
-¿Eso es todo?- preguntó.
Raquel se sentó en el borde de la cama, -Por supuesto que no. Deja ella acostada, ve y haga tu cosa. Dámela a mí.-
Rafael ayudó a Simón para sentarse en su silla de ruedas. Después de todo, Simón no tenía ropa en la parte superior del cuerpo, no estaba formal. Raquel era tía de Simón, dejó Frida en su mano, era muy seguro.
Después de que Frieda recuperara la conciencia, recordé lo que había pasado antes y se preocupaba, -¿De verdad estaré bien?-
Sabía lo que le preocupaba, Raquel acarició su ceja como una anciana preocupada.
-Chica tonta, soy doctora, por supuesto sé de qué estás preocupada. Dejas de preocuparse, el bebé está bien.-
Ella finalmente mencionó al bebé. Frida escuchó que el bebé estaba bien, su corazón se relajó, -Gracias.-
Raquel no podía aguantar de reírse, -Tú eres esposa de Simón, yo soy tía de Simón. Desde hoy me llamas tía Raquel.-
De escuchar esto, Frida estaba estupefacta, si la llamara tía Raquel igual que Simón, esto significaría que...-
-Tía Raquel.-
Pensando en esto, sonó la voz fría de Simón, Frida miró hacia la fuente de la voz, y vio que Simón se movió hacia este lado.
Esta noche, su conciencia era clara. En este momento vio a Simón y recordó lo que había hecho antes, especialmente cuando vio las marcas rojas en su cuello, su cara enrojeció mucho.
En aquel momento, ella abrazó el cuello de Simón, lo besó y mordió, rogando por ayuda.
De recordar esto, Frida repentinamente pensó que no debía despertar, o...no reconocía lo que hizo.
Sin embargo, Frida no sabía ocultar su estado de ánimo. Cuando Simón apareció, su cara enrojeció, cualquier persona sabía lo que estaba pensando en su mente.
Por ejemplo, Simón lo sabía, sus ojos la miraron fríamente.
-Simón, no quiero hablar eso, pero lo que pasó la última vez puedes decir que fue un accidente, esta vez no puedes darte excusas, ¿verdad? Frida es tu esposa, así es cómo proteges a tu esposa? Tú...-
Simón no dijo nada, sus labios apretados, escuchó lo que Raquel acusaba sin expresión facial.
Finalmente, Frida no podía escuchar más, susurró, -Es que...Tía Raquel...-
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