Como no tenía nada que decir, Simón no le preguntaría más.
Simón salió rodeando las ruedas, ella se quedó sola en la habitación. Frida se quedó aturdida, luego se reclinó en la cama mirando al techo frente a ella.
Aunque se consolaba a sí misma pensando que estas cosas no tenían nada que ver con ella y quería estar tranquila, todavía no podía evitar sentirse triste.
Cerrando los ojos, todo lo que apareció en la mente de Frida fueron imágenes de los dos juntos.
*
A partir de ese día, Sofía volvió a no contactar con ella, Frida no pensaba claramente en eso y tampoco tomó la iniciativa de contactar con ella, seguía trabajando todos los días, como si nada hubiera pasado.
Pero Simón era diferente, desde que Sofía le aclaró el asunto, comenzó a dudarlo, por lo que le pidió a Rafael que lo investigara.
Cuando Rafael escuchó la noticia, se sorprendió un poco, -Señor Simón, cree que Sofía...-
-Ella debería tener relación con este asunto, hay que buscar pistas sobre la mujer de esa noche apoyándose en ella, deberías entender a qué me refiero.
Al escuchar esto, Rafael finalmente entendió y asintió con la cabeza, -Pero ella es la hija de la familia Leguizamo, me temo...-
-Haz todo lo que pueda, y puedes utilizar métodos violentos cuando sea necesario.-
-Lo sé, señor Simón, lo haré ahora.-
Rafael se encontró con Frida que vino a entregar el café cuando estaba saliendo, al ver el rostro inexpresivo de Frida, Rafael de repente pensó en algo, y salió meneando la cabeza y suspirando.
Ya había pasado tanto tiempo, pero Rafael aún no había encontrado a la mujer para Simón. Pensaba que este asunto lo dejaría pendiente, no esperaba que de repente apareciera una pista.
Al ver que el señor Simón se preocupaba tanto por la mujer de esa noche, si realmente la encontraba, ¿qué haría la señora Frida?
De repente, Rafael se sentía lamentable por Frida.
Frida dejó el café en silencio sobre la mesa y volvió a salir.
Simón la miró sin decir nada.
El restaurante estaba ruidoso durante el almuerzo, normalmente Frida no lo hizo caso, pero hoy, cuando entró al restaurante, innumerables miradas de personas se posaron en su rostro, y algunas incluso mostraron desprecio y humillación, y a Frida le parecía muy rara.
Así que se estrelló contra Naomí a su lado, -¿Crees que hoy todos me miran extraño?-
Al oírlo, Naomí miró a su alrededor y asintió con la cabeza, -Lo veo también, parece que a ellos les fastidias, ¿has hecho algo malo otra vez?-
Las miradas de Frida estaban un poco aturdidas, -¿Qué hice?-
-Entonces comamos primero, y te ayudaré a preguntar por qué después de comer.-
Naomí la llevó a un rincón y acaban de sentarse, escucharon diciendo la persona de la mesa vecina.
-¿Cómo se atreve a venir? Es realmente sinvergüenza siquiera atreverse a aparecer aquí después de hacer tal escándalo-
¿Escándalo?
Frida frunció el ceño levemente.
Frida, que había estado sentada quieta, de repente se puso de pie y caminó hacia Viviana sin ninguna expresión y con las miradas frías.
-Tengo mucha curiosidad, ¿qué es la cosa que dijiste que hice pero no me atrevo a reconocer? ¿Cuál cosa es la que tú, una persona extraña, sabes mejor que yo, la persona relacionada con este asunto?
-¡Exacto! Aún no lo sabemos nosotras, ¿y ya lo sabes tú? ¿Realmente hicimos algo sucio o te inventaste las historias para engañar a los demás?-
-Bajad y echad un vistazo, ya sabréis si estoy inventando historias. ¡Amante sinvergüenza!-
¿Abajo?
Naomí y Frida se miraron y ambas vieron dudas en los ojos de la otra.
-¿Qué pasó abajo? Frida, vamos a ver.-
Al principio Frida quería asentir, pero después de pensarlo, dijo, -No hay prisa, comamos primero, y luego bajemos y echemos un vistazo después de comer.-
Después de hablar, Frida se sentó directamente, luego tomó los palillos y comenzó a comer despacio, Naomí se quedó aturdida a su lado durante un buen rato y reaccionó, -¿Frida?-
-Siéntate.- La expresión y las miradas de Frida eran obviamente tranquilas.
Naomí se sentó y luego siguió comiendo con ella.
En ese momento, Viviana, que estaba parada a su lado, estaba totalmente asombrada, ya dijo que algo pasó abajo y que todavía podían sentarse aquí y comer despacio.
-Perra, ¿eres un monstruo?- Viviana no pudo evitar insultar.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Esposa falsa de Simón