Esposa falsa de Simón romance Capítulo 249

-Olvídalo, ya que no quieres contarlo, no te obligaré a decirlo.- Óliver tomó otro dumpling y la puso en su plato, -Pero estás muy flaca, tienes que comer más.-

-Sí, gracias, Óliver- Frida le agradeció, luego se comió otro.

Frida terminó su desayuno distraídamente. Cuando se despidió de Óliver, este no se quedaba tranquilo porque estaba sola, así que le dijo que tuviera cuidado durante un rato antes de dejarla ir.

Al final, Frida se subió al autobús por su cuenta. En el autobús, volvió a sumergirse en sus pensamientos profundos.

¿De qué forma podía dejar las cosas claras con Sofía hoy?

Frida estaba perdida en su mundo durante todo el camino, ni si quiera notó que se había pasado de parada, y hasta que se dio cuenta, de repente detuvo el bus para bajarse.

Después de bajarse del autobús, Frida se sintió muy deprimida, extendió la mano y pellizcó su entrecejo dolorido.

El teléfono vibró y Frida miró hacia abajo para ver un mensaje de WeChat que le había enviado Sofía, preguntándole por qué no había llegado todavía.

Frida no tuvo más remedio que responder con un mensaje, -¡Me he pasado de parada, llegaré ahora mismo!-

Luego, cuando estaba a punto de ir al lado opuesto para tomar el autobús, un coche se detuvo frente a ella y bajó la ventanilla.

-Sube al coche.- Óliver la miraba gentilmente y con impotencia.

Al ver a Óliver, Frida se sorprendió un poco, mirándolo con asombro dijo, -¿Por qué estás aquí? No deberías...-

¿Haberte ido ya? Ella se había pasado varias paradas, por lo que no debería aparecer allí.

-Tonta, como te he visto distraída en toda la mañana, ¿cómo podría estar tranquilo dejándote tomar el autobús sola? Pero no quieres que te lleve, así que solo he podido seguirte.-

Después de hablar, Óliver volvió a sonreír y dijo afectuosamente, -Sube rápido al coche.-

Sofía ya la estaba esperando, y podría tardar unos diez minutos en llegar si partía desde esa parada. Como a Frida le daba cosa hacerla esperar más, tuvo que subirse al coche apresuradamente.

Después de subirse al coche, Óliver le recordó que se abrochara el cinturón de seguridad y luego la llevó al lugar.

-Ves, pero ten cuidado.-

Óliver le frotó la cabeza y le dijo que se fuera. Frida lo miró embobada, luego asintió y se fue.

Aún quedaba una caminata de dos minutos hasta el lugar acordado, así que Frida se apresuró al lugar acordado.

Aunque no había pasado mucho tiempo desde que se graduó de la escuela, esa tienda de té de burbujas todavía tenía mucha clientela. Además, la mayoría era estudiantes de los alrededores. La Frida que se había arreglado era particularmente llamativa. Incluso llamó la atención de mucha gente al entrar en la tienda. Había algunos chicos con pinta de gánster que le silbaban en la tienda.

Frida caminaba ignorándoles, porque ya había visto a Sofía sentada en un rincón.

Hoy Sofía llevaba una falda rosa como siempre, la falda era un poco esponjosa, le hacía parecer como una princesita.

Sofía removía aburridamente las perlas que había en su taza. La expresión de su rostro era de muy impaciente. Un chico quería pedirle su número, pero ella le echó con una risa fría, -Lárgate feo, ¿no has visto la pinta que tienes? ¿Te crees que eres digno de mí?-

El chico se sonrojó cuando ella le insultó, -Va-vale que no me lo des, pero ¿por qué tienes que insultarme?-

Sofía lo miró con arrogancia, -¿Sabes quién soy? ¿Cómo te atreves a pedirme el número de teléfono? ¡Si no te largas ahora mismo, es posible que no solo te lleves mis insultes!-

El chico estaba indefenso, pero como era muy temeroso, solo pudo darse la vuelta para marcharse. En ese momento, justamente se chocó con Frida que se acercaba. Frida retrocedió dos pasos y casi se cayó por el choque.

-¡Ah, lo siento!- El chico rápidamente se disculpó al darse cuenta de que había chocado con alguien. Cuando levantó la cabeza y vio la apariencia de Frida, sus ojos abrieron en grande y se quedó allí parado, sus ojos mostrando asombroso.

Después de hablar, Frida le sonrió, -Sofía, ¿no crees que es bueno para mí estar así?-

La expresión del rostro de Sofía era rígida y asintió difícilmente, -Estás muy bien así, de verdad que muy bien.-

Era solo que se había convertido en una amenaza para ella porque se había vuelto muy hermosa.

De repente, Sofía descubrió que su lado perverso estaba ansioso por salir de su interior.

Frida no sabía lo que estaba pensando, pero su expresión aún podía decir algo, así que fingió preguntar, -No pareces estar contenta.-

Al oírla, el rostro de Sofía cambió y rápidamente se defendió, -¿Qué? ¿Cómo es posible? ¿Cómo no iba a estar contenta? Estoy muy contente de que te hayas puesto hermosa.-

-¿En serio? Entonces dime... Ahora que me he puesto guapa, ¿le gustaré a Simón?-

Sofía ya no podía controlar de ninguna manera su expresión facial, miró a Frida aturdida, -Frida, tú... ¿de verdad te gusta él?-

Frida sonrió levemente, -Sí, me gusta mucho.-

-Pero…-

-¿Pero qué?-

Sofía quiso decir algo, pero no pudo decirlo. En su mente recordó de nuevo el momento en que ella la salvó, y descubrió que no podía decir una palabra, aunque tenía las palabras en la punta de la lengua.

Frida vio que ella la miraba sin decir nada durante un buen rato, y la sonrisa de su rostro se desvaneció poco a poco. Al cabo de un tiempo, intervino directamente, -Pero a ti también te gusta, así que somos rivales amorosos, ¿no?-

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