Esposa falsa de Simón romance Capítulo 268

La voz era ronca, seductora y perezosa, que entró en los oídos de Frida sin previo aviso.

Frida se quedó atónita durante unos segundos antes de reaccionar.

¡Era la voz de Simón!

¿La persona que la abrazó era Simón?

Frida miró hacia atrás y vio el rostro de Simón, pero ahora tenía los ojos cerrados y parecía que aún estaba dormido.

Se quedó atónita durante un rato y luego reaccionó. ¿No estaba soñando? ¿Por qué Simón apareció en su sueño?

Al pensar en eso, Frida no pudo evitar pellizcar su propia mejilla.

Le dolía...

Frida frunció las cejas y casi lloró por el dolor.

¿Era real? ¿Pero cómo podía estar de repente en una casa junto al mar y Simón estaba dormido a su lado? No parecía real.

Entonces Frida pellizcó la mejilla de Simón con fuerza.

Si no le dolía, sería un sueño.

Pellizcó con fuerza la mejilla de Simón, pero este gritó de dolor, parpadeó y luego abrió sus ojos.

Sus ojos eran oscuros y profundos, pero como acababa de despertarse, había aturdimiento en ellos.

Frida retiró lentamente su mano y preguntó con dudas, -¿Te duele...?-

¿Le dolía?

Simón entrecerró ligeramente los ojos y dijo con frialdad, -¿Qué haces tan temprano?-

Tras decir eso, la metió en sus brazos y bajó la cabeza para acercarla, -Compórtate y duerme un poco más.-

Frida fue metida en sus brazos y su mejilla apoyaba contra su pecho, así que escuchó los latidos de su corazón. Frida parpadeó con fuerza y no pudo resistirse a tocar su pecho.

"Se oyó el sonido del latido, ¿así que él era real?"

Pensando en eso, Frida sintió que el corazón de Simón latía rápidamente de repente.

¿Cómo? Frida se sorprendió. ¿Qué estaba pasando? Así que tocó otra vez su pecho y luego se inclinó para escuchar sus latidos.

Mientras pensaba, Frida oyó vibrar su pecho y Simón dijo con voz ronca, -¿Intentas seducirme tan temprano?-

¿Cómo? Frida levantó la vista sorprendida, -¿Quién intenta seducirte? ¿No es esto un sueño?-

Tras decir eso, se apresuró a apartarlo y se levantó de un salto, con los ojos temblorosos.

Creía que era un sueño, pero todo era demasiado real.

-¿Sueño?- Simón sonrió pero de repente se levantó y la derrumbó. Su cuerpo alto y pesado la presionó sin previo aviso.

-¡Suéltame! Simón, ¿qué pasó anoche? ¿Por qué estoy aquí? ¿Y por qué estás aquí?-

-¿Has olvidado?- Simón sonrió y pensó que esta mujer realmente había olvidado todo lo de la noche anterior al día siguiente.

-Parece que tendré que hacer algo para que recuerdes lo que pasó anoche.-

Tras decir esas palabras, la besó. El beso llegó tan rápido que Frida no tuvo tiempo de esquivarlo y sus labios fueron besados por Simón.

Sus labios eran tan dulces como la noche anterior. Al principio Simón solo quería hacerle recordar lo que pasó anoche, pero mientras la besaba, no pudo resistirse a acariciar su cuello.

Frida exclamó y mordió directamente el labio inferior de Simón.

Simón retrocedió dolorido y la miró con descontento.

Aunque era un mar, resultaba muy atractivo. Hacía un momento se sintió triste pero ahora esa sensación desapareció por completo y Frida sintió que se calmaba lentamente.

¿Dónde estaba exactamente este lugar...?

Dio un paso adelante y se quedó en el borde de la tabla.

-Ten cuidado de caerte.-

Una voz fría sonó detrás de ella. Frida miró hacia atrás y vio que Simón la seguía en su silla de ruedas y ahora no estaba muy lejos.

Frida se encontró con su mirada, pero luego miró hacia otro lado y no le hizo caso.

Frente a un mar tan hermoso, debería usar más tiempo para disfrutar de la vista. Enfadarse con él era una pérdida de tiempo y de vida.

Con esa idea, Frida se echó en la silla junto a la sombrilla, que la protegía de la feroz luz y le permitía mantener los ojos bien abiertos mientras miraba al mar.

El sonido de las ruedas se acercó y Frida dijo, -Me iré cuando vengas.-

Entonces el sonido de las ruedas se detuvo y Simón la miró frunciendo los ojos desde unos pasos más allá, -¿Tanto me odias?-

-¡Sí!- Frida respondió, -Me iré cuando vengas de todos modos.-

Simón respiró profundamente pero sonrió, -Estúpida, este es mi territorio, así que puedo ir a donde quiera. ¿Crees que puedes detenerme?-

-Sé que no puedo detenerte.- Frida se levantó y lo miró apretando las manos, -Pero tampoco puedes detenerme, así que he dicho que si vienes, me voy de aquí y de todos modos no quiero estar en el mismo lugar que tú.-

Simón la miró con ojos fríos durante un largo rato y finalmente hizo un compromiso, -Bien, te quedas aquí y haré que te traigan el desayuno en veinte minutos.-

Después de decir eso, se dio la vuelta y se fue.

Frida abrió sorprendida la boca. "¿Por qué de repente Simón se volvió tan amable?"

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