Bianca no era solo guapa también era lista.
Solo podía usar esa manera para ese hombre frío.
Normalmente, si le importaba un poco la chica, quedaría.
Si no quería quedar, Bianca no abandonaría.
Había otra oportunidad.
Después de hablar, Bianca levantó la cabeza y vio a Simón.
Simón no le importaban las mujeres. No le importaba si estaba avergonzada o no.
Pero cuando la chica levantó la cabeza a verlo, su mirada se parecía mucho a otra mujer en su memoria.
Hace mucho tiempo, esa mujer también lo vio como así.
¡Joder!
¿Por qué la recordó otra vez? Estos días esa mujer salió más veces en su mente.
-¿Señor Simón?- Bianca descubrió que él se quedó quieto pensando y lo llamó.
Simón dejó de pensar y miró a la mujer delante otra vez.
No existía la sombra de otra mujer.
-Lo siento mucho. Entiendo que le pido demasiado, pero…-
-¡Déjame en paz!- No esperó que Bianca terminó sus palabras. Simón volvió a la mesa y se sentó otra vez.
Bianca se puso feliz y volvió a su asiento.
"¡Qué bien! Aún el hombre tenía la cara fría su corazón estaba caliente."
"Su apariencia estaba como hielo pero dentro de su corazón había fuego."
"Solo necesitaba insistir. Podía derretir el hielo."
Cuando pensó en eso, Bianca sonrió con timidez.
Simón le pidió que se dejara en paz. Ella no habló más. Solo lo miró a veces. Y cuando lo vio más veces, le gustaba más su apariencia.
Le gustaban los hombres guapos. Los hombres que la perseguían también eran guapos. Pero no eran muy masculinos.
Pero Simón era muy diferente.
El hombre delante era muy masculino y parecía que era muy fuerte como un rey.
Este tipo de hombre era que le gustaba.
Bianca había decidido que no le importaba si esta vez tenía que perseguir a un hombre. Quería conseguir a Simón.
Simón se daba cuenta de las miradas de la mujer. Se sentía más descontento.
¿Por qué Raquel le pidió que viniera a un lugar tan aburrido?
Si quería que él buscara a una mujer, podía encontrar a cualquier mujer. Pero encontró a la hija de una amiga.
Simón estaba muy descontento con las cejas arrugadas.
-Cinco minutos.-
De repente Simón dijo eso.
Bianca se sorprendió un poco y no entendió qué había dicho Simón.
Pero Simón no habló más. Bianca chequeó la hora.
Después de 5 minutos, Simón se fue sin parar.
Bianca no tenía tiempo para pararlo. Cogió el móvil y ver la hora y entendió qué había dicho Simón sobre 5 minutos.
Dijo cinco minutos que quedó aquí cinco minutos.
Ahora ya fue el tiempo. Se fue.
No fue una cita feliz. Pero Bianca tenía una buena impresión de él.
Parecía que esta persona siempre tenía la cara dura.
-Buenos.- Xenia contestó.
Felix se puso feliz y vino delante, -He traído el desayuno. ¿Quieres comer, Señora Xenia?-
Naomí lo paró cuando Xenia todavía no respondió nada, -¿Qué haces? ¿Tienes que decir tan cerca?-
-Vaya, Naomí. Tengo la enfermedad si no estoy más cerca de alguien, no puedo hablar.- Felix contestó con sonrisa.
Naomí dijo, -¡Qué cara dura!-
Después de decirlo, Naomí lo empujó a otro lado.
Felix se cayó y se apoyó contra la pared, -Naomí, has tocado mi cuerpo. ¿Estás pensando en mi cuerpo?-
Naomí, -¡Vete a la muerte!-
-¿Quieres morir conmigo?- Felix dijo.
-Joder. ¿Quieres saber cómo es mi puño?- Naomí no podía aguantar más, lo acercó con los puños cerrados.
Xenia que estaba al lado no quería ver más. Tocó el frente y pensó que no hacía más.
(El sonido del ascensor)
Justo llegó el ascensor y Felix corrió muy rápido.
-Señora Xenia, Naomí, me voy. Nos vemos al mediodía en el comedor.-
(El sonido del ascensor)
La puerta del ascensor cerró. Naomí dijo, -Ese Felix tiene la cara dura. ¿Hoy la actriz va a venir a nuestra empresa, Xenia?-
Xenia dijo, -No sé si venga ella o su agente.-
-Después de que me lo contaste, busqué las noticias sobre ella. Florencia es una actriz muy famosa. Y no es famosa depende de los datos.-
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