Esposa falsa de Simón romance Capítulo 392

Simón anduvo un paso adelante, su aura fuerte se acercó un poco más.

Xenia ya estaba calmada, quedó en el mismo sitio, la mirada y la expresión eran indiferentes.

-¿Qué pasa? -Bianca se dio cuenta de que era un poco raro, entonces lo preguntó.

Escuchando eso, Xenia miró hacia Bianca, puso una sonrisa.

-Señora Bianca, ponemos contactar más tarde, no os molesto por ahora. -

Dicho eso, Xenia asintió la cabeza hacia la dirección de Simón y pasó por otro lado de la mesa para marcharse.

Bianca dijo con un poco de vergüenza, -O... será mejor que te quedes y tomes una copa antes de irte. -

-Esto... -

-Viniste con propósito, me siento vergonzosa si te vas ahora, de todos modos... él también ha vuelto, no hay problema que te sientas un rato. -

Xenia apretó su bolso con fuerza durante unos minutos y luego lo soltó, ella se rio tranquilamente, -Vale, pues hago lo que pides.-

Xenia pidió un vaso de zumo.

El restaurante le sirvió el zumo con rapidez, Xenia sabía que solo se había sentado por cortesía, por eso lo sólo tomó pocas veces.

También quedó Simón quien había planteado a marcharse también, se sentaba en otro lado con la cara indiferente.

La cara de Simón estaba mal, Bianca no se atrevió a decir nada, cada uno tenía su pensamiento.

Pero la mirada seria de alguien estaba caída en ella, aunque la vista era fría, pero la mirada cayó a su cara ardorosamente, y había estado mirando.

Casi le iba a hacer un agujero en la cara con la mirada.

El tiempo pasó, después de unos minutos, Xenia se levantó.

-Muchas gracias por la hospitalidad. Pero todavía tengo trabajo, así que realmente no os molesto.-

Dicho eso, ella se levantó con una sonrisa, -Hoy invito yo. -

Entonces no le importaba qué reacción tenían ellos dos, se dio la vuelta y caminó hacia la caja para pagar la cuenta.

Cuando Xenia estaba a punto de entregarle la tarjeta al cajero, alguien se movió más rápido que ella.

-Usa esta. -

La voz fría no llevó ninguna emoción.

Xenia estaba muy familiar a esta voz, a ella no le hacía falta de levantar la cabeza, ya sabía quién era.

-No tengo la costumbre de dejar que las mujeres paguen por mí. -

Xenia, -…-

Ella estaba callada por un rato, guardó la tarjeta en el bolso silenciosamente. Volvió la cabeza mirando a Simón y puso una sonrisa desconocida, -Así, muchas gracias a señor Simón. -

Bianca, quien lo siguió, vio esta escena, estaba feliz escondidamente.

El hombre que le gustaba era diferente, el hombre tenía que ser como Simón, era caballeroso.

Cuando anduvo a la puerta, Bianca dijo de repente, -Xenia, te llevamos a la compañía, de todas maneras, no está lejos. -

Escuchado eso, Xenia paró un rato, las comisuras de la boca no aguantó crisparse una vez.

-No hace falta, señora Xenia, puedo caminar de regreso. Gracias por la hospitalidad de hoy. -

Xenia no creía que era necesario de llevarle con esta distancia, vio que Bianca no dijo algo más. Ella dio un paso adelante y se marchó directamente. Ignoró otra línea de visión.

Bianca miró su espalda, y luego miró escondidamente a Simón que estaba cerca de su lado.

-¿Cuándo digo que te llevo a casa? -

En efecto, una voz fría vino desde arriba.

Aunque Bianca había adivinado que Simón no iba a acompañarle a casa, pero su repentina apertura la hizo sentir vergonzosa. Menos mal que había marchado Xenia.

Al pensar así, Bianca levantó la cabeza y puso una sonrisa a Simón, -Yo sé que no me vas a acompañar a casa. Te molesto hoy, ten cuidado en el camino.-

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