-¿Nadie te lo dice que no utilices la misma estrategia por segunda vez?-
Sin embargo, esta vez, Xenia no lo logró.
Simón pareció anticipar su movimiento, reprimió sus piernas de antemano e le interrumpió fácilmente.
La diferencia de fuerza entre los dos fue originalmente grande. La razón por la que Xenia pudo hacerle daño fue que Simón estuvo inmerso en su dulce fragancia. Además, no esperó que ella lo pateara de repente, por lo que accidentalmente había sido pateado por ella.
Pero si ella usó el mismo truco por segunda vez, el efecto...era mínimo.
Las piernas de Xenia fueron reprimidas por él, y su rostro cambió de repente, -Déjame ir.-
Simón sonrió en broma, -Y después de que te dejo ir, ¿Me sigues pateando? ¿Crees que soy tan estúpido? ¿Vuelvo a ser engañado por ti?-
Xenia respiró hondo y se obligó a calmarse.
Se mordió el labio inferior y dijo en voz baja, -Simón, te prometo que no voy a hacerte lo mismo otra vez. Por favor, déjame ir. ¿Podemos hablar en serio sobre el trabajo?-
-¿Hablamos de trabajo?- Simón sonrió y dijo, -Está bien, hablamos de esto.-
Al principio, Xenia pensó que estaba de acuerdo. Pero ella no esperó que después de que él dijo esta frase, él mantuviera allí. Él todavía la presionó y le impidió moverse.
Xenia extendió la mano y lo empujó con fuerza, pero la persona que la apretaba estuvo inmóvil.
-...Simón, ¿estás bromeando conmigo?- Los ojos de Xenia finalmente se enfriaron.
Los ojos de Simón también estuvieron sombríos, se inclinó, bajó su cabeza, y solo estuvo a una pulgada de distancia de ella, -¿Crees que estoy bromeando?-
La baja presión del aire a su alrededor infectó la temperatura circundante, y toda la oficina fue como el invierno, pareció un invierno frío.
Exactamente en este momento, el sonido de golpe en la puerta vino de fuera.
Xenia dijo con frialdad, -Alguien viene aquí.-
-No entra sin mi permiso...-
Aún no terminó de hablar, la puerta de la oficina fue abierta. Los dos accionistas que estuvieron discutiendo, entraron con cara seria.
-¿Preguntamos a Simón cómo solucionarlo? De todos modos, ¡no estoy de acuerdo contigo!-
-Está bien, entonces vamos a preguntar a Simón cómo lidiar con eso! ¡Realmente no creo que Simón te escuche!-
Así que los dos entraron con arrogancia, pero cuando vieron la escena en el sofá, se detuvieron al mismo tiempo. Sus ojos y sus bocas se agrandaron con incredulidad, y parecían estupefactos.
Xenia apretó sus dientes, -¿No dijiste que no entrarían?-
Las comisuras de la boca de Simón se crisparon. ¡Estos dos malditos viejos!
Con una estrechez que brilló a través de sus ojos agudos, Simón sonrió, -Espérame.-
Después de hablar, abrazó la espalda de Xenia, y luego rápidamente la arrastró detrás de él. Su velocidad fue tan rápida que los dos no vieron el rostro de Xenia.
-¿Simón?- Uno de ellos estuvo un poco avergonzado. Luego inconscientemente arrancó la barba de la comisura de su boca.
El otro sonrió, -Vaya, nuestro Simón en realidad...-
-¡Largaos!- Sin embargo, en el siguiente segundo, las expresiones en sus rostros se congelaron, porque Simón de repente dijo con fiereza que se fueran.
Las expresiones de los dos cambiaron, la persona que se rio hacía un momento se volvió severo de inmediato, -¡Simón! ¡Aunque eres el jefe, no debes despreciar tanto a mayores! ¿Qué es “largaos”?-
Aunque el rostro de la otra persona también cambió, no hubo tal exageración. En cambio, se dio un paso adelante para agarrarlo, -Interrumpimos las buenas acciones de Simón, por supuesto que no está contento con nosotros. Incluso si deja que nos fuéramos, eso es natural.-
-¿Qué dices?-
-Quiero decir que podemos largarnos ahora.-
Los movimientos de Xenia se detuvieron debido a sus palabras. Aunque no hubo expresión en su rostro, hubo más de diez mil frases de maldición en su corazón. ¿No sería posible? Cuando la presionaba en el sofá hacía un momento, sus ojos eran casi como una bestia salvaje.
Probablemente así era la manera de que se humilló a ella.
Xenia tomó la información preparada previamente de la bolsa y la puso sobre la mesa.
-Podemos empezar.-
Simón se acercó con las piernas largas y se sentó en el sofá frente a ella.
-Simón, respecto a este diseño, ¿quieres que yo diseñe ropa para ti o para tu familia?-
Cuando Simón escuchó eso, no pudo evitar levantar las cejas, -¿Familia? Xenia, ¿te preocupas tanto de mi situación familiar?-
Xenia se quedó sin voz.
Después de un rato, sonrió y dijo, -Simón, me entiendes mal. Como tu diseñadora, tengo derecho a conocer sus pensamientos actuales y...por favor llámame Shelly.-
Simón, -Vaya, ¿Xenia no es tu nombre?-
De hecho, Xenia fue su nombre. Fue el nombre que le había puesto la familia Leguizamo después de abandonar el nombre de Frida Casaus hacía cinco años.
Escuchó a Diego Leguizamo decir que este fue el nombre que todos en la familia Leguizamo le pusieron juntos y que tuvo un significado extraordinario.
Para Xenia, además del sentido que le dio la familia, este nombre también representó el renacimiento.
Solo perteneció a ella... el renacimiento.
Ya no era la Frida de antes y ya no tuvo esperanzas a Simón.
-En el trabajo, prefiero que mis clientes me llamen Shelly, gracias.-
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