Esposa falsa de Simón romance Capítulo 420

-Inconveniente.-

Simón la rechazó de plano.

-Quiero verte ahora.-

Una palabra hizo que el corazón de Xenia se agitó, y le dolían las sienes.

-Di dónde. Te recogeré yo mismo.-

-Señor Simón.-

-Quiero saber dónde estás ahora no es difícil.- Simón se rio a carcajadas. -Pero ¿Estás realmente segura?-

Xenia respiró profundamente y sonrió ligeramente. -Envíame la dirección, por favor. Voy a tomar un taxi allí ahora.-

Colgó el teléfono enseguida cuando terminó de hablar.

¡Bastardo Simón!

Xenia apretó los dientes con rabia. ¡Lo hizo a propósito!

Así es. Según las habilidades de Simón en Ciudad Norte, sí podría investigar el paradero actual de ella. Pero todavía tenía a Bernabé con ella, no quería que Simón supiera de la existencia de Bernabé.

Así que, al final, tuvo que llegar a un acuerdo.

Después de colgar el teléfono, Xenia se recompuso de sus emociones. Entonces, se dirigió hacia adelante.

-¿Qué pasa? ¿Quién llama por la mañana temprano?-

Preguntó Diego al acercarse.

Xenia sr rio suavemente. -Nada. Es sólo una cliente.-

-¿Una cliente? ¿La empresa ha estado ocupada últimamente?-

-Está bien. Tengo una actriz que me recomiende un montón de referencias.-

Diego asintió con la cabeza. -Bien. Es un buen comienzo.-

-Hermano, Naomí, tengo que irme por un tiempo. Dejaré a Bernabé a vuestro cuidado.-

Naomí la miraba con curiosidad principalmente, pero ahora como Xenia decía eso, se adelantó rápidamente y la apartó.

-¿Qué pasa, que Simón te llama otra vez?-

Xenia se encogió de hombros, diciendo que no podía hacer nada.

Naomí estaba furiosa. -te vayas, solo me quedaré con tu hermano, ¿no? ¿Qué incómodo sería eso?-

Xenia se alegró de oírlo. -¿No sería eso justo lo que quieres? Si estéis quedados solo los dos, hay muchas oportunidades.-

Xenia incluso extendió la mano y acarició el hombro de Naomí. Apretó los ojos. -Ve a por ello. Tengo confía en ti.-

-¡Xenia, párate!- La cara de Naomí se puso roja ante su burla. Dijo mordiéndose el labio. -Tu hermano no le gusto. Además, todavía estoy recordando la última vez que me avergoncé delante de él. Yo simplemente no tengo el valor para enfrentarlo de nuevo ahora.-

-Lo que sea. De todos modos, mi hermano sigue soltero, si eres valiente puedes tener una oportunidad. Si un día de repente quiere casarse, entonces no tendrás ninguna oportunidad.-

El teléfono volvió a vibrar. Xenia lo miró. Era un mensaje de Simón.

-Está listo. Tengo la dirección. Bernabé y mi hermano cuentan contigo. Déjame usar tu teléfono un rato.-

-Muy bien. Vuelve pronto entonces. Llama a tu hermano si pasa algo.-

-Vale.-

Xenia salió de la escuela, luego se dirigió al lado de la carretera y detuvo el taxi. Cuando subió al coche, abrió su teléfono para ver la dirección.

El brillo de los ojos de Xenia desapareció cuando vio la dirección.

Villa HoiKong...

Este era el lugar donde se había quedado hace cinco años.

En el momento en que esas palabras aparecieron ante los ojos de Xenia, todo lo que había sucedido cinco años atrás se estrelló contra su mente como una ola del océano. Se estaba estrellando y luego explotó.

Xenia dijo con voz ligera. -Sólo hay que preguntar. Esperaré aquí.-

Xenia se apartó y esperó por sí misma.

Su mirada no ansiosa era completamente diferente a la de las mujeres habituales que intentaban ligar con Simón. Además, su aspecto y su temperamento eran de la máxima calidad. No debería ser el tipo de mujer que quiere aprovechar del señor Simón.

Así que alguien entró y preguntó.

Xenia estaba allí con un vestido de punto ceñido en la ventosa orilla del mar, parecía especialmente tranquila.

Y el pelo que no había tenido tiempo de ordenar se alzaba con el viento, hizo un bonito arco en el aire.

Los hombres parecían un poco aturdidos.

Después de unos minutos, el hombre que había entrado a preguntar salió corriendo con un poco sin aliento.

-Señorita, le dejará entrar.-

-Gracias.-

Xenia se daba la vuelta, avanzando con la misma rigidez que una marioneta en una cuerda. No había ninguna sonrisa en su rostro. Parecía fría y helada, pero...hermosa.

Cuando se fue, ellos no pudieron evitar reunirse y cotillear.

-¿Qué pasa? ¿Cuándo el señor Simón ha pedido a alguien que venga aquí a hablar de trabajo?-

-¿Estás loco? La charla sobre el trabajo era sólo una tapadera. El señor Simón quiere estar solo con ella.-

-Eso es aún más extraño. Ninguna mujer ha entrado en todos estos años.-

-¿Quién ha dicho que el señor Simón no quiere a las mujeres? Lo dijeron cuando el último grupo todavía estaba por aquí. Había una mujer que vivía aquí hace cinco años, fue el señor Simón quien la guardó como un tesoro. Sólo...algo sucedió después y no se ha vuelto a ver a la mujer. Pero ahora como veamos, no es que al señor Simón no le gustan las mujeres, sino tiene buen gusto.-

-Tienes razón. Es una mujer atractiva, pero es un poco indiferente.-

-Oye. ¿Qué sabes? Tal vez al señor Simón le guste este tipo de belleza indiferente.-

Y Xenia ni siquiera sabía que se había convertido en el tema de discusión. Siguió caminando sola hacia adelante.

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