-Tantos, Dios mío.-
Los ojos de Florencia Fraga se abrieron bien, mirando todo lo que tenía frente a ella con incredulidad.
-Esto, estas son ... tus obras, ¿por que hay tantas?-
Xenia sonrió y susurró, -Mi hermano las coleccionó y la mayoría de ellas ya están en el mercado. Algunas se han comprado y algunas solo se vieron una vez, luego se guardan aquí.-
-Wow, mi diosa, tu hermano te trata muy bien.- Florencia no pudo evitar cubrirse la boca, y no esperaba que un hombre de aspecto frío fuera tan cariñoso.
¿Qué pasó? Se conmovió un poco, vaya ...
-Vamos.- Xenia la llevó adentro, -Diseñé esta falda con intencionalidad, pero aún no está en el mercado desde que se hizo. Nadie lo ha visto antes. Hoy lo tomaré como una disculpa y te lo regalaré.-
Florencia miró la falda que brillaba como estrellas, y estaba tan conmovida que casi lloró.
-Diosa, eres tan amable. No esperaba poder vestir la obra preciosa que diseñaste a mano de mi vida. ¡Debería haber salvado la galaxia en mi vida anterior! Diosa, te invito a la conferencia de prensa. ¡Vamos juntos!-
Xenia pensó por un momento y asintió, -Está bien.-
Luego cambió sus palabras y dijo, -¿Puedo traer a una persona más?-
-Sí, la diosa puede llevarse a quien quiera.-
Florencia miró la falda fijamente, y solo tenía la luz de las estrellas en sus ojos.
Xenia también miró la falda.
Probablemente fue el destino. Cuando diseñó este vestido, pensó que era muy agradable. Debido a que era diferente con su diseño anterior, lo guardó para apreciarlo. No esperaba que... se lo dio a Florencia hoy.
El nombre y la vida de Florencia eran como las estrellas brillantes.
¡Quizás hubiera destino en esto!
Florencia puso la falda en su bolso, pero no se la llevó, sino que se la dejó a Xenia, diciendo que la vestiría en su casa el día de la conferencia de prensa.
Por supuesto, Xenia estuvo de acuerdo. Después de que ella se fue, regresó a la empresa.
Cuando regresó a la empresa, estaba casi fuera del trabajo, empacó sus cosas, y cuando estaba a punto de salir, entró el abogado.
-Lo siento, señorita Xenia, me temo que las cosas que usted me confió no se cumplirán.- dijo el abogado sin rodeos después de entrar, -El Grupo Freixa no está dispuesto a cambiar la decisión. Además... creo que es mejor que la señorita Xenia resuelva este asunto en persona.-
Al escuchar, Xenia hizo una pausa y luego dijo, -Si puedo resolverlo yo mismo, ¿por qué contrato a un abogado?-
Esto fue cierto. La cara del abogado cambió mucho, y no pudo hablar durante mucho tiempo.
Finalmente, colocó el archivo en el escritorio y habló.
-De todos modos, no puedo manejar este caso. Señorita Xenia, debería contratar a otro más profesional.-
-Abogado Moruga.- Xenia lo miró con una expresión indiferente, -Antes de que tomara este caso, usted ya conocía el nombre de esa persona. Pero todavía firmaste un contrato conmigo. ¿Va a incumplir el contrato ahora?-
-¿Qué pasa con mi incumplimiento de contrato? ¿No sería peor si perdiera mi trabajo por un contrato?- Abogado Moruga puso una tarjeta directamente sobre la mesa, -Además, también rompiste el contrato con ellos, ¿no puedo hecerlo? Solo necesito pagar la indemnización.-
Xenia, -...-
Ella miró la tarjeta sobre la mesa y arqueó las cejas, -¿Indemnización triple?-
-Sí.- Abogado Moruga asintió, mirando la tarjeta bancaria, y se sintió amargo en su corazón.
-Déjalo a un lado por ahora.- suspiró Xenia, -De ninguna manera, Simón no debería molestarme estos días.-
-Bueno, no nos queda otro remedio. Hay otras cosas son más importantes en este momento. Por cierto, no pude conseguir lo que me pediste. Puede que tengas que esperar.-
-Vale.-
Las dos estaban hablando, pero la puerta de la oficina se abrió de repente.
Fue Isidora Hurtado, miró a las dos y luego entró con un sobre.
-¿Hay algún problema?-
-Recién entré, alguien me dio un sobre diciendo que debía entregarlo a ti.-
Después de hablar, Isidora lo colocó frente a Xenia.
-¿Qué es?- Naomí se apresuró a abrirlo con impaciencia.
El sobre era muy grande y grueso, debido a que los movimientos de Naomí eran bastante urgentes, las fotos del interior se cayeron y luego extendieron por todo el suelo.
Todos se sorprendieron y se acuclillaron para verlas.
-Bueno, ¿no es esta Ángela Ordóñez?- Naomí miró fijamente a la persona de la foto, -Es muy extraño, ¿quién envió este sobre? ¿Por qué lo envió?-
Xenia tendió su mano, tomó la foto, y después de mirarla por un rato, dijo, -¿Mira lo que hay en el sobre excepto de la foto?-
Naomí buscó y su expresión cambió de repente, -Todavía hay esto.-
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