Esposa falsa de Simón romance Capítulo 470

Aunque su postura aplastante parecía dura y pesada, el material seguía siendo demasiado ligero. No se estrelló contra el cuerpo de Xenia. Simplemente cayó a un lado de sus pies.

Xenia miró el papel que había sido arrojado al suelo.

Era el diseño que le había pedido a Naomí que le enviara a Bianca.

Había tardado mucho tiempo en dibujarlo ella misma sin comer ni beber ni descansar.

Tras un largo momento de silencio, Xenia se agachó para recoger la obra. Con un rostro tranquilo, preguntó, -¿Qué es lo que no te gusta, señorita Bianca? Puedes decírmelo. Lo arreglaré por ti.-

Bianca se rio a carcajadas, -¿Arreglar? ¿Cómo te atreves a intentar engañarme con un diseño así? Aunque te deje revisarlo, ¿cómo podrías arreglar?-

En comparación con el rostro enfadado de Bianca, la expresión de Xenia era más ligera. Sonrió ligeramente y dijo en voz baja, -Señorita Bianca puedes hacer los cambios que quieras.-

-Me temo que no.- Bianca se puso las manos en el pecho y se acercó a Xenia con una mirada desdeñosa, -Después de todo, la gente como tú, ni siquiera dejas las cosas de los demás. ¿Tal vez las cosas que diseñaste son todas copiadas? Incluso si se diseña un vestido de este tipo, no me atrevería a ponérmelo. Por lo demás, tendría una mala reputación.-

Xenia se quedó sin voz.

Su rostro se enfrió al instante, levantando los ojos para mirarla con severidad.

La mirada fría hizo que Bianca se estremeciera. Un destello de miedo surgió en el fondo de su corazón.

-¿Sabías que puedo demandarte por difamación por lo que acabas de decir?-

Bianca levantó las cejas, -¿Difamación? ¿Demandarme? ¿He dicho algo malo? ¿No has robado a alguien?-

Xenia estaba segura de que ella estaba aquí por Simón, pero sus oscuras burlas como esa irritaban a los demás. Guardó los papeles de diseños y sonrió a Bianca, -Señorita Bianca, dímelo. ¿A quién he robado? ¿Qué he robado?-

Bianca se quedó sin palabras. No pudo responder ni una palabra.

-Dijiste que había robado a alguien, pero no se me ocurre nada que le haya robado a nadie. Quizá necesites que me lo expliques.-

Hubo unos segundos de silencio y Bianca se enfadó de repente, -¡Xenia, deja de fingir! No te atrevas a decir que no me has robado.-

Cuanto más furiosa se ponía Bianca, más se aliviaba Xenia.

Miró a Bianca con una mirada superficial, como si no se hubiera tomado en serio sus palabras, tampoco lo reconociera. Esto enfureció aún más a Bianca.

-Ya lo he dicho. Pensaste que yo había tomado algo de otra persona. Entonces puedes decirlo y hablemos de ello. No es aceptable criticaste a mis diseños. Y estabas delirando antes este diseño. Ahora estás enfadada conmigo por algo que no existe. Eso no está muy en consonancia con tu condición de señorita Bianca, ¿verdad?-

-¿Estás tratando de amenazarme con tu identidad ahora? ¿Intentas amenazarme?-

-Señorita Bianca, estás bromeando. Eres una clienta de mi empresa y fuiste referida a mí por Florencia. Por supuesto que te trataré bien, pero por la misma razón el respeto es mutuo. Si tienes alguna pregunta sobre mi trabajo puedes preguntarme en lugar de cogerlos y tirarlos al suelo. Se trata de un comportamiento muy poco calificado. Entonces, dijiste que yo había robado a alguien. Sería mejor que me dijeras directamente lo que he robado.-

Y naturalmente, Bianca estaba entre esas mujeres.

No se sentía menos atractiva, pero... Simón la tuvo a Xenia en sus brazos en el lanzamiento. Esa mirada imperativa en el rostro de Simón era como si le dijera a todo el mundo.

Esta era la mujer de Simón. Nadie podía tocarla.

¡¡¡Obviamente!!! Ella era la mujer que debía tener en sus brazos, pero la oportunidad... fue tomada por esta mujer llamada Xenia.

-Señorita Bianca, si no recuerdo mal. Al principio sólo dijiste que salías con él. No dijiste que era tu novio, ¿verdad? -

-¿Y qué? Es mi cita. Será mi novio tarde o temprano, pero, ¿qué estás haciendo? ¡Lo estás robando!-

-... Señorita Bianca.- Xenia la miró seriamente, -Eres una adulta, ¿no? No creo que deba enseñarte algo. Nadie puede quitarte eso si es tuyo, pero no lo es. Es sólo tu cita a ciegas. Dijiste que lo había robado. ¿Inicié yo la conversación con él? ¿O le he seducido? Mi memoria no está equivocada. Nos reunimos de nuevo más tarde, y fuiste tú quien me invitaste.-

Los labios rojos de Xenia se curvaron ligeramente con un toque de sarcasmo.

-Pensabas que él estabas interesada en mis diseños, por eso me arrastró hasta allí, ¿no? Desgraciadamente, lo has malinterpretado.-

Bianca no esperaba que dijera lo que pensaba con tanta rapidez y precisión. Por un momento su rostro se puso rojo y blanco que parecía un poco divertido.

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